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Residencia Santa Teresa: una parte del pueblo

SAMU sigue adelante en su estrategia de expansión en todos los territorios de España. Si en anteriores números de Revista SAMU hemos reseñado los proyectos en marcha en las Islas Canarias y en Asturias, hoy queremos detenernos en Castilla-La Mancha.

En el pequeño pueblo de Villafranca de los Caballeros (Toledo) está la residencia Santa Teresa, donde viven 34 personas con discapacidad intelectual entre leve y moderada, todas con una plaza subvencionada por la Consejería de Servicios Sociales. Es un lugar ideal para un centro como éste, según explica Sonia Oliver, su directora: “Es un pueblo pequeño [de unos 5.000 habitantes], con lo que la interacción es más fácil. No es un entorno complejo en el que tengan que acceder a transporte o centros comerciales. A veces, los residentes hasta toman café con las vecinas”.

La cercanía facilita la vida comunitaria, que es uno de los grandes objetivos del centro. “Todas las intervenciones tienen que basarse en la planificación centrada en la persona”, explica la directora, que resalta que la promoción de la autonomía personal está por encima de todo. Es un modelo de intervención basado en ocho ejes y que implica derechos, inclusión, dar voz a las personas y, en definitiva, dignificarlas y conferirles el poder de decidir sobre su vida. A partir de esas premisas se organizan los apoyos para que lo logren.

De esta forma, los usuarios de Santa Teresa van ganando en autonomía, aprendiendo a elegir. Y la autonomía, dice Oliver, es dignidad. “Cuanto más autónomos por más tiempo, más calidad de vida”.
Premio del Carnaval y un programa de radio.

Llevan en el pueblo desde 2015 y la integración es cada vez mejor. Por la mañana los residentes que pueden van a centros ocupacionales, mientras otros (en función de su edad o de sus características) la pasan en la residencia. Por la tarde llega el momento de las actividades en la comunidad, que son de lo más variado: desde clases de informática a cerámica, pasando por música, estimulación cognitiva o deporte inclusivo. Actividades que organiza el ayuntamiento y en las que participan los residentes de Santa Teresa. “Eso es la inclusión, no montar talleres aparte”.

Pero sin duda, lo que más disfrutan los usuarios son las actividades lúdicas. Los residentes de Santa Teresa han vendido sus propios llaveros, marcapáginas y pendientes en mercadillos medievales, han hecho representaciones teatrales en pasacalles y hasta han ganado un premio en el concurso de disfraces de carnaval. La mitad del premio, 100 euros, la donaron a la Protectora de Animales, donde algunos de ellos realizan voluntariado sacando a pasear los perros. Otro de sus grandes hitos es un programa de radio, que en los días de actividades restringidas en el exterior funcionó a pleno rendimiento.

La crisis sanitaria que vivimos también ha puesto en duda sus vacaciones de verano. El año pasado fueron a Asturias, y este año pensaban pasarlas en Fuengirola (Málaga).

La mayoría han comprendido la gravedad de la situación y se han volcado con el personal del centro, a quienes agradecieron su trabajo en un emocionante vídeo. “No hacemos más que nuestro trabajo, pero llevamos unos días de muchos nervios y tensión para intentar protegerlos”, explica la directora.
Esa sensación de protección es fundamental para ellos, y el cambio social y de hábitos provocado por el coronavirus ha sido drástico para sus vidas.

Ya desde un par de días antes de la declaración del estado de alarma decidieron que debían quedarse en el centro. Lo comentaron en una asamblea y, a partir de entonces, reorganizaron todas las actividades para realizarlas dentro de la residencia. Así que fueron días de mucho bingo, de cine, de yoga y pilates, de costura y hasta de preparar una procesión de Semana Santa para los días más señalados, Jueves y Viernes Santo. Siempre dentro del centro, claro.

“El alcalde de Villafranca de los Caballeros siempre dice la misma frase: el pueblo es mejor desde que estáis vosotros aquí”, cuenta Sonia Oliver a los usuarios de este centro, que ya vuelve a disfrutar de una vida más normalizada tras el fin del confinamiento y del estado de alarma.

La consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha visita la residencia Santa Teresa

La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, visitó el 19 de julio la residencia para personas con discapacidad intelectual Santa Teresa de Villafranca de los Caballeros (Toledo), gestionada por Fundación SAMU, con el objetivo de conocer las instalaciones y el trabajo en uno de los centros más representativos del sector en la región.

La consejera de Bienestar Social estuvo acompaña del director general de Personas Mayores y Discapacidad, Javier Pérez; el director provincial de Bienestar Social en Toledo, Gregorio Gómez, y el alcalde de la localidad, Julián Bolaños, al que agradeció su acogida. “Estamos en un municipio que tiene unos recursos muy importantes para atender a los colectivos más vulnerables”, señaló.

La representante del Gobierno de Castilla-La Mancha realizó un recorrido por las instalaciones de la Residencia Santa Teresa y dedicó su tiempo a saludar a los chicos y chicas del centro, y a hacerse algunas fotografías con ellos. Todos recibieron esta ilustre visita con mucha ilusión y regalaron a los políticos objetos de artesanía que habían creado ellos mismos de forma previa a la visita, como una de las actividades más de su jornada.

Durante la visita, la consejera de Bienestar Social y sus acompañantes visitaron el huerto de la residencia, la clase de musicoterapia, el taller de laborterapia y las clases de gimnasia, que representan algunas de las actividades terapéuticas, formativas, de entretenimiento y de integración social que forman parte del programa de Santa Teresa.

Coincidiendo con la visita, Aurelia Sánchez destacó que “los datos de dependencia ya sitúan a Castilla-La Mancha en la senda de recuperación, con más de 54.000 personas incorporadas en el Sistema de Dependencia, 20.000 más en esta legislatura, y que tienen más de 65.000 prestaciones”.

La consejera celebró la intención del Gobierno de España de aprobar una ley para garantizar la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, punto que ya está recogido en la ley de Protección y Apoyo Garantizado para Personas con Discapacidad en Castilla-La Mancha, recientemente aprobada.