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doctor Zoilo Fernández clínica de salud mental en Sevilla

El papel de la psiquiatría privada hospitalaria frente al sistema público

Artículo de opinión del doctor Zoilo Fernández, director técnico de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness

 

Todos los que trabajamos en la atención sanitaria, tanto pública como privada, lo hacemos a nivel personal por un motivo económico, de estabilidad, de formación y de confort en el futuro. La empresa privada asume una función asistencial alternativa o complementaria, por las limitaciones que ofrece la red asistencial pública en una sociedad de consumo.

La bondad y la valoración de la asistencia pública es encomiable en cuanto ofrece una atención universal y da el mejor nivel asistencial posible a la población, independiente de los recursos económicos de los individuos. ¿Pero, qué ocurre cuando en esta universalización se aprecia deficiencias que afectan al cumplimiento de sus objetivos? El mismo modelo público impulsa la existencia de una asistencia discriminada para individuos favorecidos o desfavorecidos económicamente.

Este modelo está asumido en nuestra sociedad. Ocurre con la Educación, con la Atención Sanitaria General, con la red de instituciones y de recursos sociales.

Conforme el modelo público de atención se reduce en prestaciones y calidad, aparece la oferta privada que cubre esas necesidades. El modelo de nuestra sociedad lo permite y a su vez beneficia a un sinnúmero de trabajadores.

La estigmatización y la desvalorización de la atención a la salud mental han sido históricos, tanto de las instituciones públicas como en las privadas por cuestiones médicas y por los aspectos sociales que llevaba implícita la asistencia. La modificación de la atención médica y la transformación de los recursos terapéuticos para el tratamiento de los trastornos mentales, se inician a mediados del siglo pasado por los avances científicos y por los movimientos sociales democráticos y de dignificación de los enfermos.

Las instituciones públicas se colocaron en cabeza de estos cambios y progresos, y fueron pioneras en los avances más importantes en la atención a la Salud Mental. La atención asistencial en el ámbito privado quedó relegada a un segundo plano, sólo valorada como de una mejor calidad en la atención clínica ambulatoria; mientras que en lo hospitalario iba solo al paso de las nuevas apariciones en el mercado de los tratamientos farmacológicos.

El auténtico progreso en el tratamiento integral de la salud mental se llevó a cabo fundamentalmente en las instituciones públicas, sustentado por una ideología sociopolítica de izquierda y democrática. Y es ese modelo público asistencial el que se hace referente universal de ese progreso terapéutico, cambiando estructuras de atención y anulando complejos de hospitalización manicomial, con un objetivo principal: la instauración de una atención comunitaria a través de una red multiplicada de dispositivos especializados y definidos.

Los recursos, la implementación del modelo, el orgullo ideológico que lo impregnaba, no solo se fundamentaba en los avances terapéuticos, también en la prevención de la enfermedad y en la consecución de niveles de libertad, dignidad, y anulación de la marginación y de la exclusión de las personas enfermas. Dando lugar a la recuperación y a la integración social de los pacientes. Este modelo asistencial tan novedoso e ideológico (político) en la atención a la salud mental, llevaba implícito, consecuentemente, una valoración despreciativa de todos los recursos o instituciones privadas con ánimo de lucro. No se preservaba la esencia de la libertad y de la dignidad del enfermo mental.

Esta misma percepción desvalorativa se hace extensiva cuando se aplica a modelos con ánimo de lucro en otras áreas de atención ciudadana: educación, servicios sociales, salud… o en cualquier otra actividad cultural, de ocio o deportiva.

Aunque, es una realidad constatada en nuestra historia reciente que cuando este ideal de atención social, bien por la limitación de los recursos o por la disminución de la calidad de la prestación, para suplir estas carencias aparece la iniciativa privada. (Esta intervención, que es desdeñada públicamente, no lo es individualmente por los mismos que proclaman, gestionan o gobiernan lo público. Contradicción suprema).

Pero lo que hoy trato de plantear, es que se ha dado un cambio muy importante en la calidad y en la valoración terapéutica de la asistencia de las patologías mentales en las instituciones privadas, en comparación con la red asistencial pública.

La asistencia privada ha dejado de ser recurso de segundo nivel de calidad o simplemente de confort residencial, para convertirse en centros avanzados de innovación y nuevos tratamientos. Ya que el modelo público comienza a presentar ahora limitaciones importantes.

A pesar de que la fuerte ideologización política de la reforma en salud mental, y muy especialmente en  Andalucía en comparación con otras comunidades autónomas, invalida toda consideración de aporte innovador o de progreso de la atención privada en Salud Mental. Se hace una desvalorización ética de lo privado, que no se aprecia en otros ámbitos de intervención sanitarios.

Qué aporta una institución privada como SAMU Wellness

¿Qué puede aportar respecto al abordaje psiquiátrico/psicológico una institución privada en el tratamiento en la excelencia de las enfermedades y trastornos en salud mental?

El modelo público de atención a la salud mental presenta dos elementos estructurales deficientes, no reconocidos ni admitidos, que son demandados en su modificación y corrección por la sociedad:

  • El modelo público abusa de la fragmentación de los dispositivos terapéuticos con la pérdida del “referente” terapeuta o director de facto. La sectorización o la Unidad de Gestión de los recursos en Salud Mental de un territorio poblacional, no lleva implícita la coordinación y la continuidad de cuidados personalizada, referenciada y fluida que el paciente demanda. El coordinador e integrador del tratamiento del paciente es siempre el máximo valedor de la eficacia terapéutica.

El paciente tiene serias dificultades de vinculación por los numerosos profesionales por los que suele ser atendido. Aunque sobre el papel se le asigna un profesional responsable a ese tratamiento: un enfermero. Y es éste el que coordinará y se responsabilizará de las diferentes acciones asistenciales y recursos que se van a utilizar.

El paciente, y la familia, buscan un especialista único y director. Pero éste se difumina en los diferentes recursos, tiempos de espera, y sensación compartimentada en abordajes y criterios terapéuticos.

  • La subsanación de este problema intenta resolverse mediante la información documentada que se comunica y se complementa en cada dispositivo terapéutico, con el informe escrito que se entrega al usuario; así como con la cita comunicada en tiempos excesivamente dilatados. El único hilo de continuidad eficaz en el mantenimiento de la “salud” y de la disminución del sufrimiento, es el tratamiento farmacológico prescrito inicialmente. Esto con lleva de hecho una medicalización de la asistencia, aunque el resto de los diferentes recursos terapéuticos se conciban para otros objetivos: psicoterápicos, rehabilitadores, ocupacionales o residenciales. A la larga, son compartimentos estancos, con criterios singulares en cada recurso y por cada equipo que lo integra; y con el único nexo de continuidad y de acción terapéutica finalmente concretado, en el control y ajuste de la medicación según la sintomatología más o menos grave que presenta.

En el equipo de salud mental público se trabaja el diagnóstico, la elaboración del problema, conflicto o trastorno y se diseña un plan terapéutico para el individuo. ¿Pero dónde se siente el paciente acogido, arropado, dirigido, en una vinculación transferencial y terapéutica para la utilización de los diferentes instrumentos personales de crecimiento? ¿Cómo se ayuda a la maduración e integración, por un profesional de confianza, que no sea solo a través de la prescripción de fármacos?

¿Un tratamiento sólo con fármacos?

¿Cómo podemos solo con fármacos retrotraer el individuo a un proceso de modificación y recuperación no solo conductual, sino también vivencial, para así hablar de salud personal y social?

La persona enferma además de fármacos necesita volver a la experiencia de ser, crecer y madurar.

El modelo médico es insuficiente en el abordaje de los problemas en salud mental. Y este es el que se potencia y se expande como acción prioritaria en el modelo público. No existe una “unidad de acción” terapéutica efectiva que daría una intervención más personalizada y de acogimiento en un recurso polivalente, unitario y reducido en su dimensión operativa.

La estructuración de la clínica privada como instrumento terapéutico, único e integrador de toda la acción terapéutica sobre el paciente, persigue este objetivo.

El modelo asistencial de comunidad terapéutica (no pervertido en su nombre para usurpar sus fundamentos de acción terapéutica) es el que subsana estos errores del modelo público y que en la actualidad demanda la sociedad.

Y esta es la línea asistencial directriz que debe asumir una clínica de hospitalización y de tratamiento multidisciplinar en el abordaje integral de los trastornos y enfermedades en Salud Mental.

Conclusión final

La asistencia psiquiátrica pública que ahora veo, que ahora toco, la siento más lejana.

Me preocupa más la “resolución” del sufrimiento personal o el sufrimiento familiar. Me preocupa cómo la medicalización es insuficiente, como único instrumento para el abordaje de los cuadros clínicos psicopatológicos. A estos los veo amplios, complejos y necesitados de múltiples profesionales… pero vividos por el paciente en una vinculación transferencial de confianza.

Este otro mundo de la asistencia privada de la salud mental, hoy por hoy, no margina, ni encierra como siempre se le achacó. Se pretende y se desea incorporar a los pacientes al mundo productivo del que proceden, y es su ámbito de normalización.

El Trastorno Mental Grave (TMG) está más desdibujado psicopatológicamente en la clínica privada que en la pública. El factor socioeconómico sigue estando presente en la patoplastia de la enfermedad mental. El paro, la pobreza, la inmigración, están mucho más presentes en la sociedad actual y es donde tiene su caldo de cultivo el TMG.

La sanidad pública absorbe puntualmente la locura… la contiene, la amortigua. ¿La excluye, la encierra, la margina? ¡La compartimenta!

La hace esperar, la trata médicamente, no la resuelve en lo que hoy se espera de alivio y de curación.

Quizás ahora los papeles se han cambiado y la asistencia privada en salud mental pone el dedo en la llaga de lo que falta por hacer, o en lo que hay que hacer en la atención pública a la salud mental.

Nuevos métodos, nuevos enfoques, nuevas metodologías… ¿nuevas patologías?, asoman y nos demandan atención.

 

De los libros a la práctica en la clínica de salud mental SAMU Wellness

El recorrido teórico-práctico vivido como estudiantes del prácticum de Psicología en la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness Miguel de Mañara ha sido la experiencia más enriquecedora a nivel formativo durante nuestra trayectoria.

Decidimos apostar por este centro privado como destino de prácticas por diferentes motivos. Por un lado, la clínica SAMU Wellness presume de unas instalaciones que poco o nada tienen que ver con el modelo de centro psiquiátrico clásico. Goza de un entorno tranquilo donde predomina el verdor de la naturaleza, piscina, huerto, granja o sus salas destinadas a sesiones de grupo o reunión familiar. Además, el servicio asistencial favorece el bienestar integral de sus pacientes desde una perspectiva psicodinámica actual, diferenciándose del abordaje meramente conductual de los modelos clínicos habituales.

Por otro lado, confiábamos en no sufrir el prototipo de tareas asignadas a los estudiantes de prácticas, que se limita a actividades con poca respuesta a las necesidades formativas del alumnado. En ruptura a dicha afirmación, SAMU Wellness ha superado las limitaciones docentes de otras clínicas con el objetivo de brindarnos una formación más completa y real.

Desde esta clínica se nos ha ofrecido un día a día muy heterogéneo en el abordaje terapéutico de personas que padecen diferentes trastornos mentales. Todo el equipo multidisciplinar ha favorecido una participación activa dirigiendo nuestros conocimientos teóricos previos hacia intervenciones prácticas, tanto en sesiones individuales como de grupo, siempre previo consentimiento del paciente y supervisión del profesional correspondiente.

Además, en el centro se nos ha invitado a asistir a las reuniones y sesiones clínicas realizadas por el equipo técnico. Estas actuaciones están destinadas a integrar toda la información acerca de cada paciente en vistas a desarrollar un plan asistencial eficaz e individualizado en respuesta a sus necesidades.

Hemos sido partícipes de la favorable evolución de muchos pacientes, lo cual es el reflejo de todo el trabajo terapéutico realizado desde la clínica. Contribuir al bienestar mental de las personas de forma tan empática y cercana ha incentivado nuestra motivación interna, capacidad de reflexiva y ganas de seguir en formación.

Tras compartir entre los alumnos la valoración subjetiva realizada acerca de nuestra trayectoria en la clínica, las tres experiencias desembocan en una misma idea de crecimiento y autorrealización. Esta vivencia nos ha permitido desarrollar conocimientos académicos previos, adquirir un importante rodaje en técnicas de psicoterapia, proponer y dirigir dinámicas en beneficio formativo y, sobre todo, desarrollar múltiples capacidades de carácter tanto profesional como personal.

No podemos olvidar el apoyo y supervisión de nuestras principales referentes, Eva Fernández y Dulce Nombre Franco, y el refuerzo recibido por la gama de facultativos y personal asistencial, además del director médico del centro, el doctor Carlos Álvarez Leiva, y el director técnico, el doctor Zoilo Fernández. Nos sentimos muy satisfechos y agradecidos por habernos beneficiados de la docencia ofrecida por este equipo de alto nivel.

Artículo escrito por Andrea Osoro, Roberto Alconada y Alison Colbert, graduados en Psicología.

Tratamiento de adicciones en la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness

La compleja relación entre las drogas y los trastornos mentales

Los datos estadísticos demuestran la alta tolerancia al consumo de sustancias psicoactivas, especialmente entre los jóvenes. Preguntamos a una experta de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness qué vinculación tienen las drogas más comunes con la aparición de cuadros psicóticos o trastornos afectivos. 

 

Con demasiada frecuencia, los jóvenes consumidores desconocen los efectos que las drogas pueden tener sobre su salud mental. Los datos son claros: España es de los países europeos donde más se consume. Las drogas con mayor prevalencia de consumo son el alcohol (77,6%), el tabaco (40,2%) y los hipnosedantes (12,0%), seguidos del cannabis (9,5%) y la cocaína (2,0%), según el Informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, elaborado con datos de 2015.

El alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida. Con los datos de 2015, el 62,1% lo había consumido en los últimos 30 días y el 9,3% diariamente en los últimos 30 días. La prevalencia de consumo de alcohol mantiene una tendencia estable y en niveles altos desde la década de los noventa. Otro dato: el 16,8% de los españoles de 15 a 64 años se emborracharon en 2015.

La ingesta abusiva de alcohol es más frecuentes entre los hombres de 15 a 34 años, el grupo de edad con mayor prevalencia de consumo de la mayoría de las drogas. Los hombres consumen más que las mujeres, y esa diferencia se acentúa en el caso de la cocaína, donde la proporción de hombres triplica a la de las mujeres, y en el del cannabis, que registra una diferencia de casi 8 puntos porcentuales. El inicio más precoz se produce con el tabaco y las bebidas alcohólicas (17 años), seguido del cannabis (18 años). Así, el 17,1% de los jóvenes de entre 15 y 34 años admite haber consumido cannabis en el último año.

Efecto de las drogas sobre la salud mental

¿Hay desconocimiento de los efectos del consumo sobre la salud mental? Según la doctora Irene Pérez Zapico, psiquiatra de la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, la respuesta es sí. “Falta conciencia de los efectos en los adolescentes” explica, refiriéndose al consumo de cannabis, y antes de matizar que ese desconocimiento está condicionado frecuentemente por el nivel socioeconómico y cultural. Pérez habla desde la experiencia, puesto que percibe en sus consultas un consumo “extenso y normalizado” de cannabis entre los jóvenes y advierte que ese consumo interfiere con frecuencia con trastornos mentales.

“Todas las drogas pueden tener algún efecto sobre la salud mental”, advierte la psiquiatra, que concreta, pueden desencadenar un trastorno mental o agravar un trastorno preexistente. Con frecuencia, están asociadas a trastornos afectivos (depresión, ansiedad…) y, en casos más graves, a trastornos psicóticos. Sin embargo, los efectos son variables según cada droga. Le hemos preguntado por las tres más frecuentes en España:

  • Alcohol: Éste tiene unos riesgos orgánicos por todos conocidos. Suele usarse como vía de escape y tiene un efecto directo de desinhibición. Sin embargo, el efecto posterior es depresivo. “Si hay un cuadro depresivo de base y se tiende al consumo del alcohol para desconectar, lo que hacemos es agravarlo”. Si no existe ese cuadro previo, puede desencadenarlo.
  • Cannabis: “Muchos estudios muestran la relación entre trastornos mentales psicóticos con el consumo de cannabis”, comenta la psiquiatra. Este artículo (pincha aquí) compila gran parte de esos estudios. La investigación Relación entre consumo de drogas y predisposición a tener desórdenes del espectro esquizofrénico, de los profesores de la Universidad de Almería García Montes, Zaldívar Basurto, Moreno Montoya y Flores Cubos, concluye que “las personas que muestran un perfil de consumo de riesgo al  alcohol y al cannabis también presentan niveles (puntuaciones) mayores de esquizotipia” (el conjunto de características de la personalidad relacionadas con la esquizofrenia). Otro estudio concluye que la presencia de un determinado genotipo (ATK1) influye en el riesgo psicótico asociado al cannabis. Todos estos estudios corroboran la experiencia práctica de la doctora Pérez: “La mayoría de pacientes jóvenes que ingresan por trastornos psicóticos tiene un consumo de cannabis asociado”.

Sin embargo, la relación entre el consumo de cannabis y los trastornos psicóticos (particularmente, la esquizofrenia) ha sido objeto de un largo e inacabado debate. El matiz es: ¿El consumo desencadena el trastorno o lo que ocurre es que muchas personas psicóticas acuden al efecto ansiolítico del cannabis? “La causa-efecto no está demostrada”, comenta la experta de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness. El consumo puede ser un también un desencadenante de que a largo plazo, un primer episodio psicótico evolucione hacia una esquizofrenia. No obstante, hay excepciones. “Es raro, pero hay personas muy susceptibles a los tóxicos que pueden presentar un episodio agudo o síntomas aislados, y que cuando se para el consumo desaparece”.

  • Cocaína: es un excitante que genera una adicción muy rápida. Incidir sobre el consumo y mantener la abstinencia es complicado, comenta la psiquiatra. “Por eso se relaciona a problemas de ansiedad y a cuadros depresivos“. También puede tener relación con patologías psicóticas.

Además del tipo de droga, la forma y regularidad del consumo influye en la afectación a la salud mental. “Si hablamos de cocaína, no es lo mismo un consumo de fin de semana asociado a alcohol y fiestas, que un consumo diario o habitual en una persona que lo usa como método de evasión y lo consume incluso en soledad”, explica la experta. En el caso del consumo de fin de semana hay que tener en cuenta la predisposición genética o biológica de desencadenar un trastorno mental. No obstante, Irene Pérez advierte: el consumo esporádico no elimina el riesgo de dependencia o de sufrir el síndrome de abstinencia y es, obviamente, la vía de entrada a un consumo regular y a la adicción.

¿Cómo funcionan las drogas en nuestro cerebro?

El sistema de recompensa, muy útil para nuestras funciones vitales, se basa en la segregación de una hormona, la dopamina. Las adicciones introducen una distorsión en ese sistema. La experta explica que hay personas “con tendencia a buscar la inmediatez de la satisfacción”. Pues bien, cuando existe una adicción el sistema de recompensa satisface de manera continua a la persona, que se siente bien y requiere más dopamina para mantener ese bienestar.

El problema es que la mayoría de las drogas actúan sobre áreas cerebrales alteradas en trastornos mentales. ¿Hay relación de causalidad? “En la práctica y es complicado establecer cuál es la causa de qué, sobre todo con un cuadro agudo”, comenta la especialista, que añade que la información que aporta la familia es clave. Para los pacientes puede ser difícil reconocer una adicción y un trastorno mental.

No hay que olvidar que el DSM-V (el último manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, validado por la OMS) recoge la propia intoxicación por sustancias y la abstinencia como un trastorno en sí mismo: un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental.

Tratamientos en la clínica de salud mental SAMU Wellness

Una vez diagnosticado el cuadro, ¿qué hacer? Aparte de los fármacos que generan un efecto adverso en caso de consumo, hay otros que inciden sobre el sistema de recompensa y pueden reducir el deseo. Pero además de los fármacos para el tratamiento de la adicción física, hay terapias individuales o grupales para abordar la dependencia psicológica.

En la clínica de salud mental SAMU Wellness el tratamiento se adapta a cada situación concreta y a la historia personal y familiar del paciente, individualizando las intervenciones. Si el episodio psicótico muestra un paciente fuera de la realidad se procederá al ingreso, siempre teniendo en cuenta el apoyo familiar. Una vez que se trata el episodio agudo y el tratamiento farmacológico permite una mejora, Irene Pérez comenta que “lo ideal es hacer algún tipo de psicoterapia” para mitigar y acabar con la dependencia psicológica.

SAMU Wellness dispone de un programa de hospital de día, muy útil para personas dependientes porque permite estructurar horarios, llevar la dinámica del día a día y alejarlas de contextos que pueden incitar al consumo. Hay una programación diaria de actividades, basada en talleres de terapias grupales, que cumplir con el objetivo de la clínica: funcionar como comunidad terapéutica.

esquizofrenia clónica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness

Esquizofrenia: ¿Qué es? ¿Cómo se diagnostica? ¿Cómo mitigar sus efectos laborales y sociales?

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 21 millones de personas en el mundo. Muchos hemos escuchado historias de una persona con esquizofrenia más o menos cercana: un pariente lejano, el amigo de un amigo, una conocida. Sin embargo, a pesar de que afecta aproximadamente a tres de cada mil personas, sigue cubierta de un manto de desconocimiento. ¿Qué es? ¿Cómo se diagnostica? ¿Cómo tratar con un esquizofrénico? ¿Cómo mitigar los efectos de la esquizofrenia en las relaciones laborales y sociales? Planteamos estos y otros temas al Doctor Zoilo Fernández, psiquiatra de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness.

Dice la OMS, máxima autoridad mundial de la salud, que la esquizofrenia se caracteriza por “una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta”. Y cita entonces algunos ejemplos de experiencias comunes, como oír voces y los delirios. La esquizofrenia afecta más a hombres (12 millones) que a mujeres (9 millones) y sus síntomas se aprecian más frecuentemente entre los 16 y los 30 años, según Medline.

No existe un dato oficial de enfermos españoles diagnosticados de esquizofrenia, pero aplicando proporcionalmente los datos de la OMS rondarían los 150.000. Según el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) hay unos 400.000. Sin embargo, el doctor Zoilo Fernández, de la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness especifica que en estos datos suelen incluirse otros trastornos psicóticos que obedecen a causas muy diversas.

La OMS distingue tres tipos de síntomas:

  • Alucinaciones: oír, ver o percibir algo que no existe.
  • Delirios: ideas persistentes erróneas de las que el paciente está firmemente convencido incluso cuando hay pruebas de lo contrario.
  • Conducta extravagante: aspecto estrafalario, abandono del aseo personal, discurso desorganizado, vagabundeo, habla balbuceante.

Como recalca el doctor Zoilo Fernández, sólo un profesional de la salud mental puede diagnosticar la esquizofrenia. Aún hay un estigma asociado a esta enfermedad, lo que aconseja prudencia y minuciosidad en el diagnóstico. “Por darse en personas jóvenes, en momentos de maduración personal y de proyección de su futuro individual y social, las manifestaciones han de valorarse de manera muy minuciosa y por un equipo y en un tiempo suficiente de observación y estudio”, explica el experto.

La esquizofrenia es una enfermedad grave. La OMS resalta que las personas con esquizofrenia tienen entre 2 y 2,5 veces más probabilidades de morir a edad temprana que el conjunto de la población, debido generalmente a enfermedades físicas, como las cardiovasculares, metabólicas e infecciosas.

Sin embargo, el cine ha representado este trastorno con más o menos fidelidad a la realidad, y ha contribuido a deformar el concepto común de esquizofrenia. La obsesión artística que deriva en delirios en El Cisne Negro (Darren Aronofsky, 2011), la compleja brillantez del matemático John Nash en Una mente maravillosa (Ron Howard, 2001) y las visiones apocalípticas de Take Shelter (Jeff Nichols, 2011) son ejemplos recientes. Los trastornos esquizofrénicos han afectado también a algunos de los grandes genios de la pintura, como Van Gogh o Dalí, o de las letras, como Virginia Woolf. Esto no ha servido para conocer mejor la enfermedad y sus tratamientos, sino para rodearla de un cierto halo.

Causa desconocida y tratamientos de la esquizofrenia

Aunque la causa de la esquizofrenia sigue siendo desconocida, los expertos citan a la genética y los factores ambientales como factores probables. Zoilo Fernández explica que gracias a los avances en el estudio del genoma humano comienzan a identificarse “factores predisponentes o favorecedores de la aparición de la enfermedad”. Sin embargo, aclara: “En absoluto se han identificado los factores causales o etiológicos”. Es decir, el origen de la enfermedad.

Pese a que la esquizofrenia tiene un origen desconocido y sigue sin tener cura, es tratable gracias a la farmacoterapia y al apoyo psicosocial. “La enfermedad esquizofrénica tiene un origen multicausal y desde esa misma perspectiva hay que enfocar el abordaje de su tratamiento“, explica el doctor de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness, que aboga por un estudio bio-psicosocial del paciente, para ofrecer un tratamiento “global e integrador” que incorpore, según un objetivo terapéutico individual, la amplia variedad de avances farmacológicos o de técnicas de psicoterapia y de “movilización personal” que se pueden aplicar:

  • Nuevos fármacos o medicamentos clásicos.
  • Técnicas de psicoterapia de las diferentes corrientes asistenciales.
  • Trabajos, juegos, ocio, teatro, cultura, música, danza…

Como explica Zoilo Fernández, la evolución de la enfermedad dependerá más del tratamiento y la intervención que con la propia “identidad fisiopatológica intrínseca” de la esquizofrenia o su manifestación: “Es un hecho constatado la muy diferente evolución que puede tomar la enfermedad en un medio socio cultural bajo o alto, o la disponibilidad de recursos terapéuticos aplicados en unos casos u otros”.

La resistencia al diagnóstico

Hace unos años, El Mundo publicó un reportaje en el que personas con esquizofrenia “salían del armario”. Este era el término, porque hasta ahora la enfermedad suele ocultarse. En el texto se contaba la experiencia de Vicente Rubio, que había superado la esquizofrenia paranoide y daba charlas para animar a otros afectados. Sin embargo, no es lo habitual. Más de la mitad de quienes sufren una enfermedad mental no son conscientes de ello, según expuso el psiquiatra Fernando Cañas, del Hospital Rodríguez Lafora de Madrid, en una jornada organizada por #di-capacitados, una plataforma que busca desestigmatizar a quienes padecen estas enfermedades.

Esto tiene una consecuencia decisiva: los profesionales médicos y psiquiátricos deben tratar frecuentemente con gente que no asume que está enferma. Esto hace que la relación médico-paciente sea esencial. “Aunque se avance con fármacos eficaces y prodigiosos, si no está el soporte humano de quien instaura el tratamiento, en la confianza, en la autoridad de ciencia reconocida y en la disponibilidad para la ayuda no se conseguirán los objetivos de la curación”, comenta Zoilo Fernández.

Esto pasa por instituir un “vínculo” y evitar algunos errores comunes, como la “atomización de las intervenciones”; el cambio de profesionales en unos momentos caracterizados por la confusión y el sufrimiento; la variedad de diagnósticos; los tiempos de espera y, como destaca Zoilo Fernández, “las angustias no calmadas, o no entendidas ni por el paciente ni por la familia…”.

El estigma de la esquizofrenia

Además, hay que tener en cuenta que a las dificultades para el tratamiento se suma el hecho de que las personas que padecen esquizofrenia han sufrido históricamente un rechazo social que está aún lejos de desaparecer. “La sociedad se angustia ante la enfermedad mental. Se comprende. Lo asumimos hasta los propios trabajadores cuando convivimos con ellos. El bien supremo de la razón ha desaparecido transitoriamente. Pero no es para siempre ni definitivo”, explica el doctor Fernández, de la clínica SAMU Wellness.

El estigma de la enfermedad mental ha afectado históricamente de modo especial al ámbito laboral. Se estima que solo el 15% de los afectados por esquizofrenia en España tiene trabajo, el 35% lo busca y una parte de ellos (unas 2.500 personas) está ocupado en centros especiales de empleo, según este reportaje de El País. Según el estudio El paciente que padece un trastorno psicótico en el trabajo: diagnóstico y tratamiento (Adán, Del Pino, Huidobro, Gutiérrez, De Miguel y Gálvez), “la mayoría de estas personas que padecen psicosis, están desempleados o excluidos del mundo laboral y presentan importantes dificultades para acceder y mantenerse en puestos de trabajo remunerado”.

Por eso, el doctor Fernández aboga por romper la distancia que genera el estigma: “Si no abolimos la exclusión, si no ayudamos al paciente en su ser persona y en su crecimiento con sus dificultades, nunca lo recuperaremos. Se añadirá a su esquizofrenia un resultado y un final que no estaba incluido en la enfermedad”.

Acuerdo SAMU Cáritas

Cáritas y Fundación SAMU acuerdan colaborar en la atención gratuita de familias sin recursos con problemas de salud mental

Cáritas Diocesana Sevilla y Fundación SAMU han firmado dos convenios de colaboración que permitirán apoyarse mutuamente en el desarrollo de sus proyectos. El primero de estos acuerdos establece una atención psicológica y psiquiátrica totalmente gratuita por parte de los profesionales de la clínica de salud mental SAMU Wellness Miguel de Mañara a familias sin recursos económicos y con problemas de salud mental acogidas y acompañadas por los voluntarios de Cáritas parroquial San Juan Pablo II, en Dos Hermanas (Sevilla). Estos derivarán a la clínica a aquellas personas que estén bajo su protección y en las que detecten algún problema de salud mental.

Por otro lado, en base a un segundo acuerdo, Cáritas ofrecerá apoyo de voluntariado al centro de Menores de Miguel de Mañara, también en Dos Hermanas. El convenio incluye trabajo voluntario con menores, apoyo extraescolar, actividades lúdicas y deportivas y la participación de los menores del centro residencial en el campamento de ocio y tiempo libre programado por la Parroquia San Juan Pablo II.

En la firma de ambos convenios estuvieron presentes el director general de Fundación SAMU, Carlos González de Escalada; el director de Cáritas Diocesana Sevilla, Mariano Pérez de Ayala; el presidente y la directora de Cáritas Parroquial San Juan Pablo II, Adrián Ríos y Eloísa Padilla, respectivamente.

Los documentos firmados, con una vigencia de dos años prorrogables, también establecen la elaboración conjunta de un calendario de actividades que incluya actos, conferencias, foros y cursos de formación, entre otras.

El Centro SAMU Wellness es un recurso terapéutico y hospitalario de la entidad Fundación SAMU gestionado a través de la compañía Servicios de Asistencia Médica de Urgencia, S.A., dedicado al tratamiento integral de la salud mental. Este proyecto aboga por la atención biopsicosocial e integral del paciente, proporcionando servicios sanitarios, procesos terapéuticos y programa individualizados y grupales en la atención a la salud mental de las personas. La Fundación SAMU cuenta con un equipo interdisciplinar de profesionales especializados en salud mental a través de un enfoque inclusivo e integral de la persona.

Gabriel Cruz clínica salud mental en Sevilla

“Nuestros comportamientos, aunque sean aberrantes, execrables, terroristas o inhumanos, no son fruto de una enfermedad mental”

Artículo de opinión del doctor Zoilo Fernández, psiquiatra de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness desde su apertura en 2017. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, durante su extensa carrera destaca su paso como director del Hospital Psiquiátrico de Teruel y del Instituto Psicoanalítico de Zaragoza, además de su trabajo en la unidad de salud mental del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y como jefe de área de Rehabilitación en el Instituto Andaluz para la Reforma Psiquiátrica.

 

El pececito

Si psiquiatrizamos el comportamiento humano, las cárceles no serían tales, serían hospitales psiquiátricos.

La racionalidad de las manifestaciones de la asesina confesa de Gabriel Cruz y la inteligencia desarrollada en la presumible ocultación de las pruebas que le inculpan, nos hace pensar en la existencia de una conducta asocial, no relacionada con una alteración de las facultades mentales de Ana Julia Quezada, al menos inicialmente. Este tipo de conductas, pese a la primera reacción que podamos tener como espectadores, no requieren tratamiento psiquiátrico y sí precisan de la aplicación de las normas fijadas por la sociedad para este tipo de conductas.

Nuestra sociedad, en su evolución, en su cultura, en el sentir y vivir democrático de las personas que la integran, ha elaborado normas con rango de leyes. Estas normas son escritas, fijadas y aplicadas en su ejecución por quienes nos representan en esa labor; y siempre en el ámbito de los derechos humanos, de la dignidad y de la justicia.

A todas las conductas humanas podemos encontrarle un porqué, bien sea psicológico, sociológico o de otra índole; hasta por qué yo soy psiquiatra y usted, lector, tiene cualquier otra profesión.

Nuestros comportamientos, aunque sean aberrantes, execrables, terroristas o inhumanos, no son fruto de una enfermedad mental. Son el resulta de nuestra condición humana: biografía, historia, sociedad, carencias, genética, frustraciones, anhelos… Y aun más: religión, cultura, ideología, fanatismo…

Esta realidad no se puede reducir a un simple diagnóstico de una patología mental, y a un tratamiento de una enfermedad psiquiátrica.

El hombre es un ser social en armonía con su individualidad. Aprendemos a distinguir lo bueno de lo malo; dónde terminan los derechos de uno y dónde comienzan lo de los otros. Ya en nuestro código genético está grabada esa condición de ser social. Con el desarrollo afectivo en la infancia, con la educación y con la integración sociolaboral, llevamos a sus últimas consecuencias nuestra condición de individuos sociales.

Si siendo adultos no contenemos y adecuamos nuestros impulsos, ahí está la sociedad para preservarse y preservarnos de los actos.

El sujeto único

Ante un acontecimiento, una imagen o una situación que genere un impacto emocional a nivel individual, una comunidad local, nacional, internacional e incluso mundial, me atrevería a decir, puede responder como un individuo único. Este fenómeno se ha visto muy favorecido por las redes sociales y mediáticas. Una comunidad con un solo oído, una sola voz y un único sentimiento expresado a través de la red:

Gabriel, el pececito.

El niño en los brazos de un voluntario en la isla de Lesbos

La pareja en el pantano…

La masacre en Siria

La noticia tiene que ser novedosa y sorpresiva, y además debe ser impactante desde el punto de vista de los sentimientos. Si la imagen se repite, el efecto emocional desaparece. “El sujeto comunitario”, como tal, se diluye.

Antes de la existencia de estas redes sociales y medios todo era lejano. Solo se respondía ante la información que llegaba a una comunidad aludida o implicada por la noticia. Hoy cada ciudadano es un corpúsculo, una célula del “sujeto social” que responde a un impacto emocional con sentimiento, con empatía o con una conducta activa.

Se produce una resonancia sentimental que se multiplica o se potencia en la transmisión de esa misma información procedente de la red y que se vuelca nuevamente a la red. Tiene por tanto un carácter “invasor”, de ahí la palabra “viral”.

Si ya hemos sido contagiados previamente por la repetición de noticias similares, deja de existir la respuesta emocional: estamos “vacunados”. Establecemos defensas ante la movilización sentimental para mantener la rutina de la vida y la economía emocional.

La bruja de la capucha

Ante un acto execrable o terrorífico que conmociona a una población, es necesario conocer al causante o responsable del mismo. Si se oculta o se desconoce, la comunidad no descansa hasta que lo encuentra. La sociedad necesita descubrir al hacedor y conocer las motivaciones que le llevaron a ese hecho. Después lo etiqueta, para finalmente aplicar el castigo (linchamiento).

Es liberador considerar la locura como causa de sus actos, y así encontrar una explicación patológica en el origen de su comportamiento.

La sociedad queda así liberada de la angustia que le produce sus contradicciones internas. Queda a salvo de tomar conciencia de la incapacidad para controlar las fuerzas individualistas de sus componentes que ponen en riesgo constante la armonía social.

 

(Fotografía: Imagen publicada en Twitter. Carla Navarro)

 

clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness

Salud mental en Sevilla: Conoce el hospital de día de SAMU Wellness

En nuestra clínica de salud mental en Sevilla Samu Wellness ofertamos un programa de Hospital de Día basado en una hospitalización parcial. Es un recurso ambulatorio con una programación concreta y delimitada en el tiempo que brinda servicios clínicos estructurados, coordinados e intensivos dentro de un ambiente terapéutico seguro. Es un dispositivo asistencial de tratamiento activo de la patología psiquiátrica en régimen de día.

La intencionalidad de este recurso es que los pacientes se impliquen en su proyecto vital con unos objetivos individualizados. Estos les permitirán organizarse en su día a día mediante una planificación, logrando la rehabilitación personal y social.

En el programa de Hospital de Día de la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness Miguel de Mañara, el paciente será atendido por un equipo multidisciplinar, formado por terapeutas ocupacionales, psiquiatras, psicólogos, enfermeros, técnicos sanitarios y auxiliares de clínica. Desde nuestro modelo de Hospital de Día y Rehabilitación Psicosocial, todo el personal de la clínica SAMU Wellness recibe formación continuada en salud mental y son parte del programa terapéutico y del día a día de los pacientes.

Es importante que el paciente pueda construir y autoevaluar cada uno de sus proyectos. La función del terapeuta ocupacional es ser referente y guía en el asesoramiento, motivando continuamente al paciente y dotándolo de habilidades que le permitan alcanzar la autonomía y la capacidad ocupacional. El fin será potenciar  una mejora de su calidad de vida y hábitos de saludable.

Cuando el paciente comience el programa, se acordará con él los entrenamientos y tareas adecuadas para alcanzar la mejoría mediante un compromiso terapéutico. Al paciente se le otorgará una descripción detallada de la tareas que se van a realizar, al igual que se le ofrecerán instrucciones claras y prácticas, dándole apoyo en todo momento y se le proporcionará un feedback de su evolución.

Objetivos y talleres del hospital de día de nuestra clínica de salud mental en Sevilla

Los objetivos generales del hospital de día desde nuestra visión de terapia ocupacional son los siguientes:

  • Mantener y/o recuperar los niveles de desempeño ocupacional previos a la aparición de la enfermedad.
  • Adquirir o recuperar las destrezas que sustentan dicho desempeño ocupacional.
  • Mejorar la calidad de vida.
  • Ser un punto de referencia para el paciente.

Los talleres irán dirigidos a:

  • Recuperación o el mantenimiento de las capacidades cognoscitivas, afectivas y psicomotoras.
  • Recuperación de la esfera de interacción social, participando aquí las relaciones interpersonales.
  • Adquisición o recuperación de las destrezas pertenecientes a las actividades de la vida diaria básicas e instrumentales.
  • Orientación vocacional y laboral.
  • Exploración de intereses de ocio y vinculados a la participación social
  • Asesoramiento en la organización del tiempo
  • Contención de la sintomatología a través de actividades significativas.
  • Equilibrio de las distintas áreas.

Ventajas de la hospitalización parcial

Una de las ventajas más destacadas de la hospitalización parcial es que la persona pasa parte del tiempo en su entorno de pertenencia, sin romper vínculos personales y ocupacionales relativos al internamiento, pudiendo además aplicar las herramientas adquiridas durante el programa en sus actividades cotidianas del día a día.

Los programas de terapia ocupacional se estructuran a través de la elección y mezcla de heterogéneos espacios terapéuticos, actividades y prácticas para confeccionar un programa institucional con el que conseguir los objetivos particulares de cada paciente en cada caso.

En nuestra clínica de salud mental en Sevilla se ofrecen diferentes programas enfocados a conseguir objetivos individualizados. Los pacientes participarán activamente en varias terapias grupales con diferentes enfoques y distintos objetivos, se beneficiarán de la psicoterapia individual con la atención de un psiquiatra y/o psicólogo semanal; del taller de rehabilitación de las actividades de la vida diaria, talleres ocupacionales y de habilidades sociales, rehabilitación cognitiva, danza, teatro, yoga, cerámica, carpintería, jardinería y horticultura, entre otros; apoyo familiar y psicoeducación.

Una vez a la semana se hará una salida a la naturaleza o cultural en grupo acompañados del personal técnico. Se brindará asesoramiento para la organización del tiempo en el domicilio, actividades de ocio fuera de la clínica, estipulación de objetivos a corto, medio y largo plazo, y acompañamiento en la búsqueda de otros recursos (grupos de tiempo libre, ocio, recursos de empleo y ocupacionales).

El objetivo final es trabajar hábitos, rutinas, roles, desempeño ocupacional y participación comunitaria, figuras mermadas debido a la patología aguda y subaguda que sufren los pacientes.

 

Bibliografía:

Moruno, P. y Valverde, T. (2011). Terapia ocupacional en salud mental. Madrid: Elsevier Masson.

Molina, P.; Arnaiz, B. y Miralles, P. M. (2000). Terapia ocupacional en salud mental: principios y práctica. Masson.

Valverde, M. y Miralles, P. (2011). Razonamiento clínico en terapia ocupacional en salud mental. Terapia ocupacional en salud mental (pp. 317-332). Masson.

Sánchez, O.; Polonio, B.; y Pellegrini, M. (2013). Terapia ocupacional en salud mental: teoría y técnicas para la autonomía personal (No. 616.89-085.851. 3). Médica Panamericana.