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Nutrición y dietética Samu Wellness

SAMU Wellness te ayuda a perder peso de una forma saludable

Desde el Servicio de Nutrición y Dietética de SAMU Wellness queremos ayudar a todas las personas que lo necesiten a perder peso de una forma natural, saludable y, sobre todo, perdurable en el tiempo. Durante el programa les enseñaremos a conocer los errores de una inadecuada alimentación, y a conocer las raciones recomendables de alimentos para su persona y cómo equilibrarlas. El proceso, de forma personalizada, se convertirá en la guía básica de una alimentación adecuada para cada persona y le conducirá a cumplir sus objetivos de forma permanente en el tiempo.

Nutrición SAMU Wellness tiene el firme propósito de ayudar a mejorar la salud y la calidad de vida de todas aquellas personas que optan por hacer de una alimentación más sana y equilibrada, su forma de vivir.

Nutrición SAMU Wellness está formado por un equipo multidisciplinar de profesionales del campo de la nutrición, la medicina y la psicología, que, mediante un tratamiento integral, quiere ayudar a sus pacientes a obtener unos resultados óptimos. Somos especialistas en sobrepeso y obesidad; además de componer un equipo integral en los trastornos de la conducta alimentaria.

 

Apoyo psicológico frente al Covid-19: La voz al otro lado del teléfono

Un gabinete formado por doce psicólogos de SAMU, principalmente de la clínica de salud mental SAMU Wellness, y de consultas privadas, todos ellos especializados en Psicología Clínica, ofrecen apoyo psicológico a pacientes y familiares del Hotel Alcora (Sevilla) y la Residencia de Tiempo Libre El Burgo de la Línea de la Concepción (Cádiz). Estos profesionales también asisten a trabajadores de SAMU que intervienen en el traslado de pacientes en Madrid o en alguno de los centros medicalizados mencionados anteriormente. Desde que se puso en marcha este servicio a finales de marzo, se han realizado más de 400 intervenciones psicológicas.

“El proyecto nació tras observar la magnitud creciente de los casos y las medidas de confinamiento tomadas para su prevención. Pensamos en las consecuencias psicológicas que podría sufrir la sociedad y cómo podríamos ayudar desde nuestra experiencia. Al mismo tiempo, se estaban gestando dos proyectos sanitarios dentro de SAMU: la apertura del Hotel Alcora como centro medicalizado de recepción de pacientes positivos derivados de residencias de ancianos, y el traslado de personas mayores de la residencia de Alcalá del Valle hasta la Residencia de Tiempo Libre El Burgo, en La Línea de la Concepción”, explica Roberto Alconada Padilla, psicólogo de SAMU Wellness y coordinador de este proyecto.

El trabajo de estos psicólogos se basa principalmente en gestionar la angustia de los familiares de los pacientes ingresados, ofrecerles información sobre su traslado y estado de salud, contener las respuestas emocionales a la situación de crisis que se presenta por tener a un familiar positivo en Covid-19 y ofrecerles herramientas para afrontar la situación cuando la persona se ve desbordada. Todo ello, de forma telemática.

“Otro trabajo ha sido el de gestionar la angustia de los propios usuarios ingresados. Muchos de ellos han presentado sintomatología ansioso-depresiva, crisis de angustia y desorientación”, continúa Roberto Alconada.

También se ofrece apoyo y tratamiento psicológico a los profesionales sanitarios, piezas claves en este proceso. “Estar lejos de la familia, o exponerse a situaciones de riesgo y de desgaste por los equipos de protección individual utilizados durante la jornada laboral pueden llevar a un desbordamiento de la situación que puede desencadenar en síntomas postraumáticos”, señala.

Las intervenciones se realizan de forma telefónica o por videollamada. Dependiendo del caso, se hacen sesiones diarias, semanales o quincenales.

“Lo más duro son las situaciones de duelo tras el fallecimiento de un familiar. Los familiares no pueden despedirse en condiciones de su ser querido. En el mejor de los casos podrán despedirse del difunto una vez acabe la crisis, fecha que nadie conoce. Por esta razón, en los centros gestionados por SAMU, la realización de videollamadas es algo primordial y de vital importancia”, destaca el psicólogo. “Estar lejos de un familiar contagiado resulta una situación vital estresante, más aún si la persona está en fase terminal. Para la familia es muy importante estar ‘presente’ aún en la distancia. Poder acompañar a su padre o madre en sus últimos días permite que la situación posterior de duelo sea más fácil de llevar”.

“También estamos tratando duelos de familias a las que no se les ha permitido despedirse de su ser querido en otros hospitales de España. Nos estamos encontrando familias muy desbordadas, situaciones que pueden desencadenar en duelos complejos por la mala gestión del fallecimiento. Nuestro gabinete de psicología acompaña a la familia antes, durante y después del fallecimiento”, continua Roberto Alconada.

El psicólogo de SAMU Wellness destaca que a la sociedad no se le ha preparado para esta pandemia y que cada persona tiene que utilizar sus propios recursos para hacer frente a esta situación. “Si contamos con herramientas útiles saldremos airosos de esta crisis, pero si las herramientas con las que contamos (o la situación en la que nos encontramos) no son las mejores, contar con un equipo de psicología que pueda ayudarnos a adquirir estrategias de afrontamiento más adaptativas es algo muy beneficioso. Saber que al otro lado del teléfono hay una persona que te escucha, entiende por lo que estás pasando y te ofrece técnicas para gestionar la situación hace que la situación de crisis se lleve de una forma más saludable y con el menor impacto emocional posible”.

Hotel Alcora SAMU psicólogos covid

Psicólogos de SAMU Wellness ofrecen apoyo a pacientes, familiares y trabajadores durante la crisis sanitaria

Un gabinete formado por doce psicólogos de SAMU, principalmente de la clínica de salud mental SAMU Wellness, y de consultas privadas, todos ellos especializados en Psicología Clínica, ofrecen apoyo psicológico a pacientes y familiares del Hotel Alcora (Sevilla) y la Residencia de Tiempo Libre El Burgo de la Línea de la Concepción (Cádiz). Estos profesionales también asisten a trabajadores de SAMU que intervienen en el traslado de pacientes en Madrid o en alguno de los centros medicalizados mencionados anteriormente. Desde que se puso en marcha este servicio a finales de marzo, se han realizado más de 400 intervenciones psicológicas.

“El proyecto nació tras observar la magnitud creciente de los casos y las medidas de confinamiento tomadas para su prevención. Pensamos en las consecuencias psicológicas que podría sufrir la sociedad y cómo podríamos ayudar desde nuestra experiencia. Al mismo tiempo, se estaban gestando dos proyectos sanitarios dentro de SAMU: la apertura del Hotel Alcora como centro medicalizado de recepción de pacientes positivos derivados de residencias de ancianos, y el traslado de personas mayores de la residencia de Alcalá del Valle hasta la Residencia de Tiempo Libre El Burgo, en La Línea de la Concepción”, explica Roberto Alconada Padilla, psicólogo de SAMU Wellness y coordinador de este proyecto.

El trabajo de estos psicólogos se basa principalmente en gestionar la angustia de los familiares de los pacientes ingresados, ofrecerles información sobre su traslado y estado de salud, contener las respuestas emocionales a la situación de crisis que se presenta por tener a un familiar positivo en Covid-19 y ofrecerles herramientas para afrontar la situación cuando la persona se ve desbordada. Todo ello, de forma telemática.

“Otro trabajo ha sido el de gestionar la angustia de los propios usuarios ingresados. Muchos de ellos han presentado sintomatología ansioso-depresiva, crisis de angustia y desorientación”, continúa Roberto Alconada.

También se ofrece apoyo y tratamiento psicológico a los profesionales sanitarios, piezas claves en este proceso. “Estar lejos de la familia, o exponerse a situaciones de riesgo y de desgaste por los equipos de protección individual utilizados durante la jornada laboral pueden llevar a un desbordamiento de la situación que puede desencadenar en síntomas postraumáticos”, señala.

Las intervenciones se realizan de forma telefónica o por videollamada. Dependiendo del caso, se hacen sesiones diarias, semanales o quincenales.

“Lo más duro son las situaciones de duelo tras el fallecimiento de un familiar. Los familiares no pueden despedirse en condiciones de su ser querido. En el mejor de los casos podrán despedirse del difunto una vez acabe la crisis, fecha que nadie conoce. Por esta razón, en los centros gestionados por SAMU, la realización de videollamadas es algo primordial y de vital importancia”, destaca el psicólogo. “Estar lejos de un familiar contagiado resulta una situación vital estresante, más aún si la persona está en fase terminal. Para la familia es muy importante estar ‘presente’ aún en la distancia. Poder acompañar a su padre o madre en sus últimos días permite que la situación posterior de duelo sea más fácil de llevar”.

“También estamos tratando duelos de familias a las que no se les ha permitido despedirse de su ser querido en otros hospitales de España. Nos estamos encontrando familias muy desbordadas, situaciones que pueden desencadenar en duelos complejos por la mala gestión del fallecimiento. Nuestro gabinete de psicología acompaña a la familia antes, durante y después del fallecimiento”, continua Roberto Alconada.

El psicólogo de SAMU Wellness destaca que a la sociedad no se le ha preparado para esta pandemia y que cada persona tiene que utilizar sus propios recursos para hacer frente a esta situación. “Si contamos con herramientas útiles saldremos airosos de esta crisis, pero si las herramientas con las que contamos (o la situación en la que nos encontramos) no son las mejores, contar con un equipo de psicología que pueda ayudarnos a adquirir estrategias de afrontamiento más adaptativas es algo muy beneficioso. Saber que al otro lado del teléfono hay una persona que te escucha, entiende por lo que estás pasando y te ofrece técnicas para gestionar la situación hace que la situación de crisis se lleve de una forma más saludable y con el menor impacto emocional posible”.

 

Hogar San Lázaro SAMU Tenerife

El Hogar San Lázaro reabre sus puertas gracias al impulso de la Fundación SAMU

SAMU Hogar San Lázaro, centro especializado en Santa Cruz de Tenerife en atención a pacientes con discapacidad intelectual y/o trastorno mental grado 1 y 2, ha reabierto sus puertas tras hacerse la Fundación SAMU cargo de su titularidad, después de las circunstancias personales que obligaron a los anteriores responsables a decretar su cierre, dejando desasistidos a 16 pacientes.

Actualmente, SAMU Hogar San Lázaro puede acoger de manera inminente de 16 a 18 usuarios, y, además, está a la espera de recibir la acreditación del concierto de plazas con el gobierno de Canarias. El proyecto está avalado por la experiencia y fiabilidad de SAMU Wellness, entidad de referencia a nivel nacional en salud mental y bienestar emocional.

Después de reunirse hace unas semanas con el diputado del Común, con el ánimo de desbloquear la situación, la Fundación SAMU se comprometió a hacerse cargo del centro, en el que ha realizado una inversión de 20.000 euros destinada a remodelación de la sede y mobiliario nuevo para adaptar las instalaciones a las necesidades de los usuarios.

El perfil del paciente de SAMU Hogar San Lázaro es el de personas adultas dependientes (grado I y II -Ley 29/2006) con discapacidad intelectual y/o trastorno mental con edades comprendidas entre 16 y 64 años, de gran autonomía, sin necesidad de apoyos médicos constantes y que no tenga trastornos de conducta o personalidad graves. Es decir, que precisan de ayuda, control y supervisión en el desarrollo de las actividades de la vida diaria (alimentación, higiene, tratamiento y desarrollo personal) y que no pueden ser atendidos por sus familias o tutores por cualquier tipo de circunstancia.

Con este nuevo proyecto, SAMU implanta en este centro un nuevo modelo asistencial para la salud en Tenerife centrado en las personas, con el objetivo de dar apoyo en la normalización e integración social, la mejora de la autonomía personal y la potenciación de las habilidades sociales. Este modelo se caracteriza principalmente por la continua colaboración con equipos de salud mental, telemedicina, vida normalizada, apoyo de las familias, convivencia y desarrollo personal a través de excursiones y saludas, integración comunitaria y calidad asistencial. Para ello, SAMU Hogar San Lázaro cuenta con una experimentada plantilla de cuidadores que trata cada caso de manera especializada apoyado a través de la telemedicina por un diverso equipo de profesionales compuesto de psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y colaboraciones con equipos privados de psiquiatría en Tenerife.

SAMU, a través de su Fundación, cuenta con una amplia experiencia en atención a personas con discapacidad desde hace más de una década a través de varios centros especializados: Residencia Santa Ana (Sevilla), Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla), Residencia Santa Teresa (Villafranca de los Caballeros, Toledo), UED San Lucas (Sevilla), y Centro El Alfar (Gijón. En cuanto a las cifras propias de SAMU, es pionero en España en el sector salud, acción social y emergencias, en el que acumula 37 años de experiencia. Tiene 52 centros de trabajo en 8 comunidades autónomas y presencia internacional en Marruecos y Estados Unidos, cuenta con una plantilla de más de 1250 profesionales y ha formado a más de 11.000 alumnos en salud y emergencias.

Entrevista Yolanda Abreu Samu Wellness

“En SAMU Wellness el paciente es coterapeuta”

Yolanda Abreu (Caracas, Venezuela, 1991) llegó a España en junio en busca de un futuro para su hija dada la situación económica y política de su país natal. Médica en SAMU Wellness, Abreu participa en el programa de talleres terapéuticos del centro.

—¿Por qué decidió emigrar a España?
—La situación en Venezuela era insostenible. Tuve una hija y era muy difícil conseguir pañales o medicamentos. Yo trabajaba en un hospital en muy malas condiciones. Había fugas de agua; pasaba consulta sin luz, con la linterna del móvil y, en las guardias, no se podían usar los baños porque estaban sin agua, sin luz, sin un mantenimiento mínimo. Me cuestioné seriamente si quería seguir en el país bajo esas condiciones y más aún teniendo una bebé. ¿Qué futuro quería darle a ella?
—¿Tiene familia en España?
—Sí, mi hermana vive en Barcelona desde hace un año. Fue ella la que me animó y me motivó a dar el paso.
—¿Cuál es la situación actual en Venezuela?
—Peor que cuando yo me vine. Cada vez hay más desabastecimiento. El problema de Venezuela es que el sueldo mínimo no alcanza para absolutamente nada y las personas sobreviven gracias a lo que le mandan familiares y amigos desde el extranjero. Yo, por ejemplo, envío dinero y medicamentos a mis padres, que viven allá. Pero, aunque tengas el dinero, a veces no puedes comprar lo que necesitas porque no hay. Cuando vivía allá, viajaba a Argentina, de donde es mi marido, y hacíamos acopio de todo lo que podíamos necesitar, como pañales, ropa o medicinas.
—¿Cómo era trabajar en un hospital público en Venezuela?
—El hospital en el que yo trabajaba no tenía ningún tipo de infraestructura. Yo llegaba y, literalmente, me mojaba las piernas hasta las rodillas de agua.  Trabajaba en el departamento de psiquiatría, con pacientes difíciles, algunos incluso agresivos, y no había luz. Los enfermeros administraban los medicamentos a los pacientes en absoluta oscuridad. Y a la hora de indicar un tratamiento, a veces no podías recetar el mejor fármaco porque el paciente no tenía modo de conseguirlo ni en Venezuela ni en el extranjero. Acababas recetando el medicamento que había en la farmacia aunque sabías que no era el mejor para el paciente.
—¿Se arrepiente de haber emigrado?
—En absoluto. Siento nostalgia y echo de menos a familiares y amigos, pero acá tengo una calidad de vida que en Venezuela no hubiera podido tener. En mi país también hay mucha inseguridad. Ya te matan para robarte el móvil. A mí me daba miedo ir al parque sola con mi hija. Al final acabas aislándote y encerrándote en casa.
—Hace unos cinco meses que trabaja en la clínica de salud mental SAMU Wellness. ¿Cuál es su papel aquí?
—Soy parte de la comunidad terapéutica del centro y trabajo en el área de consultas externas. Una parte muy importante del trabajo que se hace aquí son los talleres y terapias ocupacionales. Hay de muchos tipos, educativos, estimulación neurocognitiva, arteterapia o educación sobre psicofármacos, que es uno de los que llevo yo.
—¿En qué consiste este último taller?
—El taller de educación sobre fármacos consiste en ofrecer a los pacientes información sobre los medicamentos, cómo funcionan, qué hacen, sus efectos adversos y beneficios, además de resolver sus dudas sobre los diferentes tratamientos. El objetivo es que el paciente tome consciencia de la importancia que tiene seguir el tratamiento. A veces, los pacientes se niegan a tomar el tratamiento y ésta es una de las principales causas de una recaída, descompensación o que el paciente no responda como se espera.
—¿Cómo benefician los talleres terapéuticos a los pacientes?
—Una de las señas de indentidad de SAMU Wellness es la comunidad terapéutica. Se trabaja en equipo, codo con codo, aunque las especilidades sean distintas, y los pacientes también participan en la recuperación de otros pacientes, se ayudan unos a otros. El paciente es coterapeuta y esto le permite conocer los problemas de otras personas, ponerse en su lugar y ver su propio problema desde una perspectiva distinta. Al ayudarse unos a otros se dan cuenta de que no están solos.
—¿Cuál es el perfil de sus pacientes?
—Es muy diversos, pero, muchos de los pacientes que trato padecen depresión, ansiedad, trastornos por  consumo de sustancia y episodios psicóticos, que, a su vez, derivan en otras patologías y problemas.
yoga samu wellness

Una jornada cualquiera en el Hospital de día

Dentro de la planificación de actividades ocupacionales del hospital de día, en nuestra clínica SAMU Wellness Miguel de Mañara trabajamos para orientar a los usuarios hacia los beneficios del ejercicio físico y la conexión entre cuerpo y mente. Por eso, cada mañana arranca con el área deportiva Activatek, siempre adaptándonos a las necesidades personales de nuestros pacientes, bajo el marco de su plan terapéutico personalizado y con la guía de la fisioterapeuta del equipo.

En este espacio realizamos talleres de yoga y pilates que complementamos con dinámicas de relajación y aprendizaje de nuevas herramientas de permiten a los usuarios hacer frente a situaciones de crisis por ansiedad o angustia.

A continuación, desarrollamos talleres de composición y de recital, donde el objetivo es la libre expresión de emociones. Así, creamos un espacio de motivación por los nuevos aprendizajes teniendo presente el abordaje del miedo a la exposición ante a otros compañeros. Estas herramientas nos permiten facilitar la integración de cada persona en el grupo.

Tras este punto de partida, comienza el día a día de nuestros usuarios, que asisten a terapias individuales y grupales, bajo un abordaje terapéutico sistémico y multidisciplinar.

De forma complementaria realizamos salidas terapéuticas semanales. En estas sesiones  nos marcamos como objetivo el conocimiento y descubrimiento de la cultura de nuestra ciudad. La idea es nutrirnos de la historia que nos rodea para generar curiosidad, fomentar alternativas a pensamientos negativos y recurrentes, y facilitar nuevos aprendizajes y estilos de vida. Bajo este paradigma orientamos nuestras intervenciones hacia el bienestar emocional, la recuperación de la autonomía y la ampliación de nuevas fórmulas de relación en el desarrollo de nuestros tiempos de ocio.

El funcionamiento de estas actividades, desde su propia planificación, se convierte en parte del plan terapéutico personalizado de cada paciente. Cada semana nos reunimos para hacer una programación en la que incluimos una gran variedad de propuestas para las salidas. Los mismos pacientes ofrecen sus sugerencias después de una previa búsqueda de información, exponiendo y gestionando cada actividad.
Realizamos numerosas actividades y salidas, y así logramos que los usuarios disfruten de la observación, de las explicaciones de la historia del arte en museos y en exposiciones. En ocasiones, ellos mismos  se convierten en guías.

Trabajamos la mejora de las habilidades sociales y las relaciones interpersonales. Fomentamos la autoestima creando un clima de seguridad con nuestro acompañamiento. Y potenciamos los recursos personales, generando nuevos espacios que faciliten la autonomía e independencia de cada persona.

Además, alternamos el ocio y cultura con el conocimiento de nuevas formas de gastronomía, a fin de fomentar habilidades de la vida diaria que repercutan de forma positiva en su autonomía personal e independencia. Así hemos realizado visitas a restaurantes donde nos ofrecen una guía gastronómica y orientación sobre nuevos hábitos de vida saludables.

Una vez terminada la programación, realizamos una evaluación como parte del propio programa, en la que repasamos los objetivos y metodología empleada para reformular propuestas con ideas y sugerencias. A través de estas actividades dinámicas fomentamos transversalmente un nuevo entrenamiento de la mente, focalizando el pensamiento presente en el aquí y ahora al objeto de mejorar la calidad de vida emocional de nuestros usuarios.

El psicoanalista Juan J. Martínez Ibáñez , en el congreso de SAMU sobre el apego

“El apego no es una cuestión de amor, sino de supervivencia”

Fundación SAMU celebró el 18 de octubre en el salón de actos de la Fundación CEU San Pablo Andalucía en Bormujos (Sevilla) la I Jornada Científica El apego como vinculo afectivo, un congreso dirigido a profesionales que trabajan en la atención a menores y que reunió a especialistas de todo el país para ofrecer una formación de primer nivel sobre el apego y su trascendencia en el desarrollo emocional de niños y adolescentes.

La jornada, que contó con la colaboración de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, el Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental y SAMU Wellness, arrancó con la conferencia inaugural del psicólogo clínico, psicoanalista y psicoterapeuta relacional Juan J. Martínez Ibáñez, que habló sobre El funcionamiento mental y el trastorno de apego reactivo.

“Somos seres que si no nos cuidan, nos morimos, y no sólo cuando somos bebés”, destacó Martínez Ibáñez, miembro de la Sociedad Española y de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. “Existe la creencia de que cuando los niños pequeños son criados en instituciones, éstos tienen oportunidades limitadas de formar vínculos afectivos y los padres adoptivos, a menudo, se quejan de serias perturbaciones de apego en los niños que han adoptado de las instituciones. Lo cierto es que cuando los cuidadores ignoran las necesidades de los niños o les molestan que existan, estos niños aprenden a anticipar el rechazo”, continuó. “Los niños abandonados manejan lo mejor que pueden esa situación, bloqueando la hostilidad o el abandono de su madre como si no les importara, pero es probable que su cuerpo permanezca en un estado de alerta elevado, preparado para recibir los golpes, la privación o el abandono”.

Tras la conferencia inaugural se desarrollaron diferentes ponencias, debates, mesas redondas y exposiciones de casos prácticos en los que participaron, entre otros, el psiquiatra Sebastián Girón García, que abordó el apego según el modelo relacional sistémico.

“Cuando un hijo, principalmente adolescente, no se deja cuidar o educar por sus padres es porque existe un daño en el vínculo de apego. Estos padres no han estado disponibles cuando él los necesitó y no le han proporcionado de niño la seguridad que él requería. Ahora, el joven recibe esa educación como un ataque a su ser, a su intimidad, y su actitud es más rebelde”, señaló Girón durante su intervención. “Un cuidador suficientemente bueno para proporcionar a un menor una base de seguridad debe ser predominantemente sensible, empático, responsivo y constante”.

En la jornada, que se desarrolló desde las nueve de la mañana hasta las siete y media de la tarde, también participaron otros profesionales como el psicólogo y terapeuta familiar Andrés Pérez Rúa; la psicóloga Natalia Seijo Ameneiros, del Centro de Psicoterapia y Trauma Natalia Seijo Ferrol; la profesora de la Universidad de Sevilla Maite Román Rodríguez; la psicoterapeuta Ana Morales Martínez; el educador social Antonio Reina Chamorro; y la consultora en infancia, afectividad y protección de la entidad Espirales Pepa Horno. Esta psicóloga desarrolló su ponencia basándose en La afectividad consciente como competencia profesional e hizo hincapié en que “el ser humano tiene dos necesidades universales: sentirse amado y sentirse seguro”. “El apego no es una cuestión de amor, es una cuestión de seguridad y supervivencia. La gente prefiere tener poco apego a no tenerlo, prefiere tener una familia en la que le tratan mal a no tenerla”, comentó durante su intervención.

El doctor Zoilo Fernández, director técnico de SAMU Wellness, fue el encargado de cerrar el evento y entre sus conclusiones destacó las carencias en el ámbito del apego en las instituciones dirigidas a menores y sus repercusiones en el desarrollo y adaptación del menor en la sociedad en el futuro, así como el desconocimiento de los trastornos de apego en el ámbito de la asistencia social, sanitaria, jurídica y educativa y la necesidad de formación en espacios como éstos.

Fernández también señaló la necesidad de trabajar con los padres adoptivos con el fin de construir relaciones basadas en la seguridad como motor del cambio de los menores y la importancia de trabajar en red para el avance y evolución del apego.

El equipo organizador considera un éxito haber podido encontrar un equilibrio entre un auditorio tan variopinto, ofreciendo formación y conocimientos de calidad a un sector del público formado por recién graduados o personal con poca experiencia en el apego, y experiencias de gran interés a otro sector del público formada por profesionales con una larga trayectoria en este ámbito. Las evaluaciones que se realizaron entre los asistentes al concluir la jornada técnica mostraron un grado de satisfacción del 87%, lo que anima a pensar en futuras ediciones.

Día Mundial de la salud mental

10 de octubre: Día Mundial de la Salud Mental

La Federación Mundial para la Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud (OMS) instituyeron el 10 de octubre como Día Mundial de la Salud Mental con el propósito de contribuir y tomar conciencia de los problemas vinculados a la salud mental y erradicar los mitos y estigmas que rodean la enfermedad mental.

Esta iniciativa internacional se celebra actualmente en más de 100 países. En España, año tras año, diversas instituciones, colectivos profesionales, asociaciones de familiares y de enfermos mentales remarcan y ponen de manifiesto la necesidad de potenciar actividades de prevención y promoción de la salud mental. Asimismo, recuerdan que para intentar superar el estigma por razón de salud mental debe de existir en su eliminación una implicación global de la sociedad, ya que siguen estando presentes estereotipos y prejuicios sociales en aquellas personas que son diagnosticadas o tratadas de una enfermedad mental.

En la clínica SAMU Wellness de Sevilla, especializada en la atención integral de la salud mental, seguimos viendo diariamente el aislamiento y rechazo que sufren estos pacientes, que cargan a sus espaldas con historias de discriminación social, escolar y laboral que repercuten en la disminución de su calidad de vida, incrementan las dificultades para su recuperación e impiden que alcancen una vida satisfactoria y normalizada.

El tema propuesto por la Federación Mundial para la Salud Mental para conmemorar el Día Mundial de la Salud Mental 2018 está dedicado a nivel global a los jóvenes y la salud mental en un mundo cambiante. Y el lema escogido es Educación inclusiva, salud mental positiva.

Con este lema se pretende llegar a la población más joven y hacer hincapié en que una educación que apueste por los valores, que trabaje la diversidad y la inclusión generará en las generaciones futuras una salud mental más positiva.

El papel de la clínica de salud mental SAMU Wellness

Desde su inauguración, la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, que este verano cumplió su primer aniversario, ha apostado por un modelo asistencial que contempla de manera prioritaria actuaciones enfocadas a la comunidad tanto de carácter preventivo como de promoción de la salud mental. Nuestra actividad asistencial está regida por el modelo clínico de comunidad terapéutica, donde todos los recursos del centro, humanos, estructurales o instrumentales, son agentes terapéuticos al servicio del paciente.

Así, desde su apertura se vienen realizando un sinfín de actividades con importantes contenidos comunitarios, como excursiones y rutas al aire libre, jornadas de convivencia, talleres, salidas culturales, actividades deportivas o paseos en barco dentro del programa Disfrutamar de la Fundación SAMU, entre otras actividades.

SAMU Wellness se suma a este día felicitando a pacientes, familiares, profesionales y a todas las asociaciones implicadas en la atención de la salud mental y abre sus puertas para compartir con quien lo desee en su aniversario los objetivos señalados totalmente vigentes en la actualidad y que formaron parte del ideario que impulsó hace un año nuestro proyecto.

Dr. Alfonso Prieto, psiquiatra de la clínica de salud mental SAMU Wellness

I Jornada Científica El apego como vinculo afectivo

Sevilla acoge una jornada de primer nivel sobre el apego y su trascendencia en el desarrollo emocional de los niños

La Fundación SAMU, en colaboración con la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, la Fundación CEU San Pablo Andalucía, el Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental y la clínica de salud mental SAMU Wellness, organiza el 18 de octubre en Sevilla la I Jornada Cientí­fica El apego como vinculo afectivo. Experiencias profesiones en el trastorno reactivo del apego en la infancia y adolescencia. 

Esta jornada, dirigida a todos los profesionales que trabajan en la atención a menores, reunirá a especialistas de todo el país para ofrecer una formación de primer nivel sobre el apego y su trascendencia en el desarrollo emocional de niños y adolescentes.

Los ponentes ofrecerán distintas experiencias en intervenciones profesionales, además de transmitir a los participantes sus conocimientos sobre la importancia de la Teoría del Apego en los contextos psicoterapéuticos, y asesorarles en su relación cotidiana con los jóvenes.

La jornada, que se celebrará el jueves 18 de octubre de 9:00 a 19:30 en el salón de actos de la Fundación San Pablo Andalucía CEU en Bormujos (Sevilla), arrancará con la conferencia inaugural del doctor Juan José Martínez Ibáñez, psicólogo clínico, psicoanalista y psicoterapeuta relacional, que hablará del Funcionamiento mental y el trastorno de apego reactivo. 

A lo largo de la jornada se desarrollarán diferentes conferencias, debates, mesas redondas y exposiciones de casos prácticos en los que participarán, entre otros profesionales, Sebastián Girón García, psiquiatra del Centro de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencias de Cádiz; Pepa Horno Goicoechea, consultora en infancia, afectividad y protección de Espirales Consultoría de Infancia; el psicólogo y terapeuta familiar Andrés Pérez Rúa; la psicóloga Natalia Seijo Ameneiros, del Centro de Psicoterapia y Trauma Natalia Seijo Ferrol; la profesora de la Universidad de Sevilla Maite Román Rodríguez; la psicoterapeuta Ana Morales Martínez; y el educador social Antonio Reina Chamorro, que cerrará el encuentro con la ponencia No basta con quererles.

Esta jornada científica sobre el apego y su trascendencia en el desarrollo emocional de los niños nace con una clara vocación de convertirse en un encuentro anual de referencia para los profesionales, empresas e instituciones que trabajan en atención a la infancia.

La Fundación SAMU es una entidad de carácter fundacional sanitario que persigue la consecución de fines de interés general sin ánimo de lucro en España, y en especial en Andalucía. Nació hace más de una década con el claro objetivo de impulsar la igualdad de oportunidades de los colectivos más vulnerables, desarrollando un conjunto de servicios integrados destinados a mejorar la calidad de vida de las personas gravemente afectadas con discapacidad.

 

Día y hora: Jueves, 18 de octubre de 9:00 a 19:30

Lugar: Salón de Actos Fundación San Pablo Andalucía CEU. Glorieta de Ángel Herrera Oria, s/n 41930 Bormujos (Sevilla)

Más información e inscripciones: www.samucongresos.es y en el teléfono 682 33 73 25

Jornada de apego clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness Sebastián Girón

“Un bebé con apego seguro está mejor preparado para afrontar situaciones difíciles de la vida”

Sebastián Girón es psiquiatra del Centro de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencias de Cádiz. Es un apasionado del tema del apego y su trascendencia en el desarrollo emocional, que, por aclarar, es una teoría desarrollada en la segunda mitad del siglo pasado a partir de los estudios de John Bowlby. Este psicoanalista inglés descubrió que el bienestar psicológico depende fundamentalmente del sentimiento de “sentirse seguro”. La conclusión era evidente: las relaciones tempranas y su “calidad” son determinantes para el desarrollo de la personalidad y de la salud mental. Mary Ainsworth amplió y perfeccionó estos conceptos a partir de diversos experimentos.

Girón explica en esta entrevista que Konrad Lorenz (premio nobel de Medicina en 1973) ya había descubierto ese vínculo animal con su célebre experimento con gansos: cogió unos huevos y fue el primer ser vivo que vieron las crías, que a partir de entonces le siguieron como si de su madre se tratara. “En los seres humanos ese vínculo tiene la función principal a nivel biológico de garantizar la supervivencia del individuo y la especie, y además sirve para establecer la relación afectiva con el cuidador”, explica Girón, antes de añadir que un apego seguro dará al niño (y al adulto, a largo plazo) la seguridad para afrontar mejor las dificultades que le presente la vida. Por el contrario, el apego inseguro les hará vulnerables al estrés y los traumas.

En octubre, Sebastián Girón será uno de los ponentes destacados de las jornadas científicas sobre el apego como vínculo afectivo organizadas por Fundación SAMU y la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness, tema que aborda en esta entrevista.

– ¿Qué consecuencias tiene en el desarrollo del niño la creación de un vínculo afectivo y una situación de apego “sanos”?

En los seres humanos la relación de proximidad que tienen los bebés con sus cuidadores cubre una doble función: por un lado, la más etológica, de que el adulto esté cercano al bebé para protegerlo en caso de peligro; por otro lado, la más psicológica, de que el bebé al ser adecuadamente protegido se perciba a si mismo como alguien valioso y perciba a los demás como personas que potencialmente van a socorrerlo en caso de necesidad. Cuando estas funciones se desarrollan de forma apropiada, el bebé establece un vínculo afectivo y amoroso con sus cuidadores. Esa relación primaria y nutricia en todos los aspectos es básica para el aprendizaje de la autorregulación de los estados emocionales, para el desarrollo cognitivo y para nuestra capacidad de vivir en sociedad. Un bebé que ha establecido una relación de apego segura con sus cuidadores está mejor dotado psicológica y emocionalmente para afrontar situaciones difíciles de la vida: por ejemplo, los periodos de separación de sus cuidadores, las posibles pérdidas de éstos, enfermedades, u otras situaciones traumáticas. Tras la exposición a una de estas situaciones mencionadas, el niño va a estar en mejores condiciones para superarlas. Una buena vinculación afectiva, confiere al niño capacidad de resiliencia.

Pero la vinculación de apego no depende sólo del bebé. Al principio de la vida, el bebé dispone de muy pocas conductas de apego (es decir, conductas que atraen la atención y suscitan los cuidados maternales: el llanto primero, y luego la sonrisa) por lo que son los adultos que cuidan los que tienen activadas dichas conductas y se mantienen alertas y próximos al bebé. Para que se desarrolle un apego seguro, es imprescindible que el cuidador sea capaz de ser sensible a las señales de necesidad de apego del bebé, sea empático, responda lo más adecuadamente posible (eso incluye el poder pedir ayuda si se siente incapaz de atender al bebé) y de forma consistente (esto quiere decir que la mayor parte de las veces responda de una forma parecida en los momentos en que el niño se estrese).

– ¿Qué trastornos se desarrollan a partir de un apego inseguro?

En los años 70 y 80 del pasado siglo, un grupo de investigadores liderado por una psicóloga norteamericana, Mary Ainsworth, se dedicó a estudiar detenidamente cómo eran las conductas de apego de los niños hacia sus padres en diferentes poblaciones. Los estudios se efectuaron en infantes que tenían entre uno y tres años. El grupo de investigación describió que sobre dos terceras partes de los niños evaluados exhibían conductas que podían considerarse como seguras, en tanto que el tercio restante manifestaba conductas que fueron descritas como inseguras, que fueron divididas en tres categorías distintas. Niños que no manifestaban ninguna conducta de búsqueda de proximidad en situaciones de estrés; niños que exageraban conductas de búsqueda de proximidad, sobre todo a través del llanto y de rabietas inconsolables; y un pequeño grupo de niños cuyas conductas de búsqueda de proximidad no estaban organizadas en un patrón predecible de comportamiento. De estos niños que presentaban conductas de apego inseguro, lo que se sabe a día de hoy es que son especialmente vulnerables para afrontar situaciones difíciles de la vida y que algunos de ellos podrán desarrollar en la vida adulta trastornos de la personalidad. Especialmente los niños que presentan conductas de apego inseguro-desorganizado.  De este grupo de niños, que supone un 4 % de los examinados, se sabe que han estado expuestos a situaciones de abandono físico o afectivo, negligencia, maltrato o abuso sexual en su infancia. Son niños que no se perciben valiosos y que no confían en que haya nadie que pueda prestarles ayuda o apoyo, lo cual dificulta enormemente el establecimiento de relaciones terapéuticas con ellos. En la infancia estos niños tienen un desorden de conducta que se llama Trastorno de Apego Reactivo.

– ¿Qué reflejos pueden producir estos trastornos en la edad adulta?

Los patrones de apego son guías para el establecimiento de relaciones sociales y particularmente en lo que más influyen es en cómo se estructuran las relaciones de intimidad en los adultos. Los seres humanos mantenemos relaciones de apego a lo largo de toda nuestra vida. Es decir, siempre vamos a necesitar saber que “existimos” en la mente de alguien que nos quiere. Ese sentimiento confiere seguridad.

Cuando el apego ha sido inseguro, y este patrón de relación no ha cambiado durante la adolescencia, el adulto también va a presentar patrones de apego inseguros. Eso se va a notar en que sus relaciones íntimas no son plenamente satisfactorias: bien porque son demasiado fríos emocionalmente, y sus parejas se van a quejar por ello; o bien porque son demasiado exigentes de búsqueda de atención, y se instalan en las quejas, como forma de saberse escuchados. De forma que sin ser conscientes, explotan emocionalmente a sus parejas. El problema mas importante a nivel emocional y psicológico lo presentan los adultos que en su infancia desarrollaron un patrón de apego desorganizado, ya que en su vida adulta no saben de qué forma pueden obtener proximidad emocional sin sentirse al mismo tiempo amenazados por recibir algún tipo de atención. Dicho de otro modo, no confían en que la persona a la que le piden ayuda no los vaya a atacar al proporcionar dicha ayuda. Este tipo de funcionamiento está relacionado con los trastornos graves de la personalidad y también con el consumo y la dependencia de sustancias.

– Además de carencia o déficits de apego, ¿puede existir también un apego “por exceso”? ¿Qué consecuencias puede generar?

Una relación de apego surge a propósito de la necesidad de seguridad que tiene un bebé y de la forma en que va a ser cubierta por su cuidador. Los cuidadores que van a tener hijos con apego seguro son sensibles, empáticos, consistentes y responsivos. Esto implica que el cuidador es capaz de tener acceso al estado mental del bebé y representárselo en su mente, de forma que conoce cuales son, aproximadamente, las necesidades de atención y de seguridad que tiene su hijo. Se puede producir un problema si el cuidador no se representa adecuadamente esas necesidades de seguridad de su bebé y proporciona más atenciones o seguridad de las que el bebé requiere, o menos. Sería algo así como que el cuidador no está viendo realmente a su bebé, sino a una proyección de sí mismo en su bebé, proporcionándole aquello que él cree que necesitaría si él fuera el bebé. Por ejemplo, si el cuidador sintió que en su infancia recibió pocas atenciones afectivas por parte de sus cuidadores, puede pensar que debe proporcionarle a su bebé muchas atenciones afectivas. Eso en principio no tendría por qué ser negativo, salvo que el bebé no es el cuidador, y puede ser que realmente no necesite de tantas atenciones. En este caso se le estaría dando mas de lo que pide, y se le estaría confundiendo con respecto a cuáles son sus verdaderas necesidades de afecto y de proximidad. No podemos decir que haya un apego en exceso sino mas bien un cuidador que da atenciones en exceso. Si esto se mantiene en el tiempo se corre el riesgo de que el bebé crezca creyendo que dependerá siempre de alguien para sentir seguridad, lo que le hará sentir inseguro y dependiente.

– ¿Existen los grupos de riesgo en este tipo de trastornos?

Se han realizado estudios para conocer si el resultado final de cómo es un vínculo de apego está relacionado con lo congénito o con lo ambiental. Es decir, si los niños nacen ya con un determinado tipo de apego o si éste depende de cómo han sido atendidas las solicitudes del niño de recibir atención afectiva por parte de los cuidadores. Se sabe que hay niños de temperamento fácil (niños tranquilos, que duermen y comen bien y que no dan problemas especiales) y bebés de temperamento difícil (llorones, irritables, inquietos, poco dormilones, etc.). Es evidente que ese temperamento influye en el cuidador. Es mucho más fácil relacionarse con un bebé tranquilo que con uno difícil. Para un cuidador de un niño “difícil” vincularse afectivamente con él también va a ser difícil, por muy buenas cualidades parentales que tenga. Va a haber momentos en los que esté desesperado y sea incapaz de ser empático debido al estrés que supone manejarse con este tipo de niños.

Ello quiere decir que aunque un cuidador tenga buenas cualidades, si un bebé es difícil, va a haber más riesgo de que se pueda desarrollar un apego inseguro. Sin embargo, si en esta situación cuidamos del cuidador (si se le da tiempo de “recreo” con respecto a los cuidados de estos niños), el riesgo de que se desarrolle un apego inseguro en el bebé disminuye considerablemente, ya que un cuidador “cuidado” es mas tolerante a las dificultades que pueda encontrarse con su bebé. Por tanto, los cuidadores poco empáticos, poco sensibles, inconsistentes o deficientemente responsivos, condicionan más probabilidades de tener hijos con apegos inseguros; igualmente, los niños difíciles (niños irritables, que nacen con hándicaps como deficiencias físicas o sensoriales, o muy inquietos) pueden condicionar que cuidadores seguros, se “quemen” y traten inadecuadamente a sus bebés.

Parte del movimiento actual que se dirige a que tanto madres como padres tengan más tiempo de baja “maternal” tiene que ver con facilitar que los cuidadores sean cuidados. Bowlby, el padre de la teoría del apego, decía que el bienestar y la calidad de una sociedad se mide por la disponibilidad de recursos que se ponen al servicio de los padres en los primeros momentos en que deben dedicarse a criar un hijo.

– ¿Hay una influencia de factores socioeconómicos o culturales?

Cuando Mary Ainsworth y su equipo realizaron sus investigaciones sobre los tipos de apego en los bebés de entre 1 y 3 años, lo hicieron con diferentes muestras poblacionales, en diferentes lugares del mundo y con distintos estratos sociales y económicos. Los resultados eran similares en la distribución de proporciones de apegos seguros e inseguros. El estatus económico, por tanto, no es un factor que influya directamente en el tipo de apego. Sí lo es cualquier situación que estrese a los cuidadores y que no sea bien manejada por ellos (crisis de empleo, de economía doméstica, emigración, enfermedades crónicas, muertes prematuras de miembros de la familia, etc.).

– ¿Hay una mayor predisposición a desarrollar estos problemas en los padres que a su vez los han sufrido?

Numerosos estudios realizados sobre la transmisión intergeneracional de los patrones de apego atestiguan que efectivamente hay una mayor predisposición a que los niños desarrollen un tipo de apego similar al que su cuidador principal tuvo en su infancia. Hay estudios longitudinales que demuestran que el patrón de apego infantil, si no media ninguna circunstancia que pueda cambiarlo, será el que tenga la persona de adulto. Y estudios transversales que corroboran la correspondencia casi directa entre el tipo de apego que tienen padres en etapa de crianza (evaluados a través de entrevistas que miden el tipo de apego en el adulto), y sus hijos de entre 1 y 3 años, que a su vez se han sometido a evaluaciones sobre el tipo de apego que están desarrollando. Este conocimiento ha invitado a los investigadores a tratar de averiguar qué medidas se pueden tomar para prevenir esa transmisión intergeneracional.

– ¿Se puede realizar una intervención externa para mejorar el apego? ¿Qué tipo de intervenciones se realizan? ¿Son efectivas?

Claro. En este sentido, el pionero nuevamente fue Bowlby, quien se dio cuenta en los años 40 del pasado siglo, de que dedicar atención terapéutica a madres que tenían hijos con patrones de apego inseguro, cuando ellas empezaban a mejorar durante ese trabajo, se traducía en una mejoría en la conducta de los niños. Otros investigadores han descubierto que niños con apegos inseguros que circunstancialmente se apegan a alguien (bien de la familia extensa, o bien un agente social, como un maestro, o una “tata”) que proporciona una buena base de seguridad, pueden cambiar el patrón de apego de inseguro a seguro. Parece que la condición para que se pueda revertir el tipo de apego inseguro en un niño es el establecimiento de una relación fuerte, íntima, de calidad afectiva, con un adulto disponible, cálido, consistente y empático. Cualidades que deben tener educadores o monitores que trabaje con niños, así como los profesionales de la psicoterapia.

En suma, las intervenciones que pueden facilitar cambios en los patrones de apego deben ser de índole terapéutica, tanto en su aspecto mas psicológico, como mas social (terapias familiares y de grupo, por ejemplo).

Cuanto mas dañado esté el vínculo de apego en un niño, mas complicado va a ser poder revertirlo. Los niños con patrones de apego desorganizados (trastorno de apego reactivo) tienen el problema de que no saben cómo vincularse a figuras de apego sustitutas (terapeutas, maestros, educadores, etc.). Se han criado en un ambiente donde las personas que tenían que cuidarlos eran quienes los ignoraban o los trataban mal. Y para poder defenderse de ellos han tenido que desplegar mecanismos en los que deben impostar sus expresiones afectivas (por ejemplo, expresar falso afecto positivo para tratar de que su cuidador no lo maltratara) o desconfiar de sus percepciones e impresiones cognitivas (carecen de un discurso narrativo donde se pueda predecir cognitivamente cual va a ser la respuesta del cuidador en cada momento, porque no se sabe qué es lo que va a desencadenar la respuesta hostil del cuidador ni cuándo ni en qué circunstancias se va a producir). Si esto se traduce a la relación que el niño va a mantener con los educadores, monitores o terapeutas, es comprensible la dificultad con la que se parte para reparar dicho vínculo (es decir, para que el niño confíe en el adulto y empiece a ser auténtico en sus expresiones afectivas y a confiar en la información cognitiva que le llega del nuevo entorno). Digamos que en estos casos todo el proceso terapéutico es mucho mas complejo y prolongado en el tiempo. Y los resultados positivos más difíciles de alcanzar.

– Una manera de evitar estos trastornos es la prevención. ¿Se presta atención a estas cuestiones en las fases pre-natal o en las primeras fases de la crianza?

Pienso que en estos casos es mucho más fácil prevenir que tratar (o curar). En los años 90 del siglo pasado, la Organización Mundial de la Salud había constatado que la proporción de madres recientes que abandonaban a sus hijos o los entregaban en adopción era de un 3/100.000 partos en casi todo el mundo, salvo en el sudeste asiático (parte de Vietnam, China, Tailandia, Filipinas…) en la que esa proporción era de 33/100.000 partos. Se conocía ya que cuando un bebé recién nacido entra en contacto piel con piel con su madre disminuye notablemente la probabilidad de que la madre rechace al bebé o lo entregue en adopción. Se pusieron manos a la obra y propusieron una intervención consistente en dejar que el bebé recién nacido estuviera durante al menos 45 minutos en el abdomen de la madre. En ese tiempo, el bebé hace movimientos de reptación buscando el pezón de la mamá, y se desencadenan una serie de mecanismos neurohormonales que ayudan a que el bebé empiece a regular de forma natural sus funciones vitales (temperatura corporal, frecuencia cardiaca, etc.) y a que la mamá produzca mas oxitocina, hormona relacionada tanto con la subida de la leche como con el placer por estar junto al bebé. Y efectivamente esta intervención dio el resultado esperado: las gran mayoría de madres que tienen esta experiencia postparto no abandonan a sus bebés (incluso aquellas que tenían pensado hacerlo). Cuando por circunstancias sobrevenidas (por ejemplo cesáreas) la madre no está disponible, pero hay un padre, u otro cuidador cercano a la madre, que asume esta función de contacto con el niño, también decrece la probabilidad de abandonar al bebé.

Desconozco si actualmente se le dedica suficiente atención sobre este tema del apego a las parejas que acuden a los grupos de preparación al parto. Sé que en los programas de preparación están incluidos como temas a tratar, pero imagino que dependerá de la importancia y del conocimiento que los profesionales tengan para impartir esta formación que se le dedique mayor o menor atención. Igualmente, en los programas postnatales (el niño sano), se pueden hacer intervenciones dirigidas a detectar posibles problemas de apego y a ayudar a los padres a mejorarlos o corregirlos. A mi juicio, ese es el contexto preventivo ideal: la mayor parte de la población pasa por esos grupos de preparación al parto; profesionales bien cualificados podrían detectar presumibles problemas con el apego (hay entrevistas y cuestionarios que permitirían detectar esos problemas), y podrían orientar y dirigir a las personas hacia recursos en los que abordarlos y tratarlos.

En nuestro país no tengo constancia de que se haga este trabajo de forma sistemática, pero sí sé que en Reino Unido hay programas en los que sistemáticamente se ayuda a las madres durante los primeros meses tras el parto (grupos de lactancia materna; grupos de recreo, ocio y juegos con sus bebés, etc.).

– Cada familia establece una relación afectiva que considera conveniente con el niño o niña. Esta dimensión tan íntima y personal, de espacio familiar inviolable (excepto en casos delictivos) puede también provocar que no se detecten pautas relacionales “insanas”. ¿Cómo se solventa esta contradicción? ¿Puede un educador corregir la relación afectiva establecida en una familia?

Efectivamente, si no hay constancia de que se produzca un trato que pueda ser calificado como delictivo, no es posible una intervención, si los padres no hacen ninguna demanda de ayuda u orientación. Y también es cierto que cada padre, como educador, establece prioridades o criterios educativos que pueden determinar cómo va a ser el futuro comportamiento del niño.

No obstante, yo subrayaría que la función educativa está relacionada pero es distinta que la función de apego. En un niño que se está vinculando con un apego seguro con sus cuidadores, cuando empezamos el trabajo de educación (que consiste básicamente en socializarlo a través de que interioricen normas), ese niño va a protestar cuando sea frustrado en algo. Si le reñimos por hacer algo indebido, el niño protestará y llorará, pero acabará asumiéndolo porque confía en que sus cuidadores lo que rechazan de él es una conducta inapropiada. Sin embargo, en un niño con un apego inseguro (es decir, que no siente confianza con respecto al afecto y a la protección que espera y necesita de su cuidador), el acto de reñirle puede conllevar que lo experimente como un daño añadido al que está sintiendo por esa falta de seguridad en su valía personal. Y perciba la riña no como un rechazo a una conducta, sino a su persona. En este caso la trascendencia psicológica del mismo acto de “reñir” o “corregir” al niño es completamente distinta.

Dicho esto, y respetando las formas en que cada familia cree que debe educar, lo más importante para que el proceso de socialización sea exitoso es que cuidemos de que el apego sea seguro. Para lo cual una buena preparación y formación en este tema de los agentes sociales (pediatras, matronas, maestros, trabajadores sociales, educadores) que puedan detectar disfunciones del apego, así como la realización de actividades dirigidas a orientar y ayudar a los cuidadores (grupos de preparación al parto, seguimiento del “niño sano” y talleres de padres en guarderías, jardines de infancia y colegios) podrían ser el mejor recurso para prevenir todos los trastornos relacionados con los apegos inseguros.