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Idilio Escénico

Idilio Escénico: Sin barreras sobre el escenario

Alba Garrido Gata llegó hace poco más de un año a la residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta. Maestra de profesión y formada en danza y expresión corporal, no dudó en aceptar nada más llegar un importante reto: crear una compañía de teatro entre los residentes del centro.

Tras un año de duro trabajo, montaje, muchas repeticiones para que los actores memorizaran sus movimientos y posiciones en el escenario, de nuevas incorporaciones y bajas inesperadas, de tardes buenas pero también malas, la compañía Idilio Escénico debutó con la obra Sinergia en la Casa de la Cultura de Cantillana, a final de año, con motivo del Día de la Discapacidad. El debut fue un gran éxito. A partir de entonces no han cesado de representar la obra en diferentes sitios como La Rinconada, ante los alumnos del CEIP Aníbal González, en Sevilla, en el IES Curro Jiménez o en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, entre otros lugares.

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Hoy es un día especial, no es un ensayo cualquiera, tienen público, una periodista y una fotógrafa, pero la cámara no les intimida. Están nerviosos, se nota en sus risas, pero en el momento que suena la música, todos se meten en su papel. “¿Empiezo ya?”, pregunta Manuel Silva, el primer actor en aparecer en escena con un libro en la mano. “Cuando empiece la música”, le indica Alba Garrido.
Hoy son ocho actores en el ensayo, pero el grupo lo forman 10. “Hay dos actrices que no han podido venir porque no tienen un día bueno”, explica la directora de la compañía. “Uno de los retos que tenía era montar una obra donde si faltaba alguien no nos viéramos obligados a suspender, una obra que se pueda representar con cinco, siete o diez personas sin que se vea afectada”.

Durante la representación, Antonio, Isidoro, Chiquito, Salvador, Fernando, José Antonio y Manuel se despojan de sus defectos y todos los aspectos negativos de su persona. “Agresivo”, grita Chiquito. “Mentiroso”, continúa Isidoro. “Sacamos todo lo malo que tenemos dentro”, explica Antonio Romero una vez finalizada la obra.

“La evolución ha sido muy grande y sorprendente. No actúan, son ellos mismos, así de expresivos, no exageran, todo lo que se ve es verdad”, indica Garrido. “Creo que ahora es cuando están disfrutando de verdad de la obra porque los pasos ya les salen solos, no tienen que pensar, tienen los movimientos interiorizados”.

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Para todos ésta es la primera vez que hacen teatro, excepto Fernando. “Yo sí había hecho antes teatro, cuando estuve en Proyecto Hombre. Me ayuda a perder la vergüenza y la timidez”, asegura. “Cuando me pongo nervioso pienso que no hay nadie delante, que estoy solo”, añade Chiquito.

La sala de ensayo es pequeña y deciden volver a repetir la obra en el jardín de la residencia. “Os habéis colocado al revés. Isidoro, tú vas en el otro lado”, indica Alba Garrido, que da las últimas instrucciones antes de comenzar de nuevo la representación. “A veces, cuando cambia el escenario, se despistan un poco porque pierden sus referencias, pero es normal. Por lo general, se adaptan muy bien a todos los escenarios, pequeños y grandes”, afirma la directora de la compañía. “Están muy ilusionados con esta actividad y no siempre todos pueden ir a las representaciones. En la furgoneta sólo caben siete y dos monitores, y si todos tienen un día bueno, me resulta muy difícil decidir quién va y quién se queda en la residencia”.

Durante la interpretación, los actores gritan uno a uno “fuego”. “En los primeros ensayos, cuando llegábamos a esta parte, el de mantenimiento venía siempre asustado pensando que había un incendio. Ellos se partían de risa”, comenta Alba Garrido, que ya tiene en mente crear una nueva obra. Aún no tiene claro la temática pero sí que seguirá la misma línea que la primera. “Me reuniré con ellos y hablaremos, a ver qué sale de ahí. Me gusta que sean ellos mismos los que aporten ideas y sean plenos partícipes de este proyecto”.

Entrevista a Francisco Javier Ruiz, SAMU

“Nos mueve un espíritu de aventura, investigación y crecimiento”

Francisco José Ruiz (Sevilla, 1977), compañero de la Residencia San Sebastián de Cantillana (Sevilla), asume la responsabilidad de Plan Idilio con el objetivo de dar más visibilidad a la acción social de SAMU.

—¿Cómo y cuándo entró a trabajar en SAMU?
—Mi ‘idilio’ con SAMU surgió en 2008. Me presenté en las oficinas de Cartuja decidido a matricularme en los dos cursos de Técnico en Emergencias Sanitarias que impartía SAMU. Durante ese periodo nos informaron de que la Fundación SAMU abriría un centro destinado al cuidado de personas con discapacidad intelectual en Cantillana. Recuerdo, una vez terminado el curso, hablar con mi querido compañero de promoción, Carlos Casado, docente de la Escuela sobre lo bonito que sería prolongar nuestra relación de amistad compartiendo también espacio de trabajo. Varios meses después, ahí estábamos…

—¿Cuáles son sus funciones en la residencia?
—Programar las actividades que se llevarán a cabo de manera diaria, semanal o mensual, como reuniones con los familiares de nuestros residentes. Diseñar los talleres con un enfoque individual o grupal, dentro del centro o fuera de él. Realizar junto al equipo técnico los PPA de cada usuario. Estar siempre presentes en las horas de comedor, etcétera.

—Háblenos de Plan Idilio.
—Plan Idilio no es más que la evolución natural del trabajo que venimos haciendo en la Fundación desde el 2012. Un paso más, un reto muy bonito a través del cual contribuiremos a dinamizar las actividades que surjan en el seno de los diferentes centros socio-asistenciales de SAMU y Fundación SAMU. Es un camino cuyo objetivo es ilusionante y motivador.

—¿Quién impulsa Plan Idilio?
—Es un proyecto que solo tiene sentido con el impulso y respaldo de todos y cada una de las personas que conforman la Fundación, de todos y cada uno de los centros. Desde nuestra dirección general, pasando por las direcciones de las diferentes unidades hasta el último de los trabajadores. Todos somos protagonistas de este proyecto.

—¿Cuáles son sus objetivos?
—Personalmente resaltaría la voluntad de proyectar la visualización de la marca SAMU, Fundación SAMU, dotando de una mayor originalidad y continuidad a las acciones que llevemos a cabo: actividades, jornadas deportivas, campañas de sensibilización, congresos, jornadas científicas, etcétera. Debemos trabajar transversalmente entre los diferentes recursos residenciales intercentros ideando una estrategia de organización y coordinación que unifique los diferentes servicios socio-sanitarios de la entidad. Además, nuestro objetivo es consolidar los lazos ya existentes con otras instituciones y ampliar los contactos de SAMU y Fundación SAMU con otros actores sociales. Por último, trabajar y abordar las diversas temáticas sociales (cultura, deporte, ocio y recreación, cooperación, etc), contando con todos los agentes comunitarios con el fin de generar un intercambio de recursos, humanos, económicos o tecnológicos.

—¿Qué diferencias hay entre Plan Idilio y Cuatro Estaciones?
—No hay ninguna diferencia. Ambos contienen la misma esencia, la misma raíz. Nos mueve un espíritu de aventura, investigación y crecimiento. Es el sello de la Fundación SAMU. A cada sitio que vamos, la gente nos reconoce, nos pregunta, nos insiste y demanda. Las Cuatro Estaciones por la Integración, Carrera Popular Inclusiva, Aljarafe Integra, Congreso de Discapacidad, Actividad Física y Salud, Disfrutamar, jornadas científicas de diferentes temáticas… Son las bases estructurales que dan vida a Plan Idilio.

—¿Sigue en marcha el proyecto Cuatro Estaciones? ¿Qué objetivos persigue?
—Sí. Este año hemos retomado el proyecto Cuatro Estaciones por la Integración, haciéndolo más sostenible, eso sí, pero manteniendo la misma originalidad e intentando crear nuevos lazos de amistad con diferentes instituciones. El pasado mes de abril celebramos la estación de primavera y pronto iremos desvelando las sorpresas que nos deparan las próximas estaciones. Nuestra máxima, la inclusión, además de mejorar la calidad de vida del colectivo de personas con discapacidad intelectual, que adquieran un hábito de vida saludable, la integración de los valores del trabajo en equipo, la amistad, el compañerismo, la superación, motivación y que aumenten su autoestima.

—¿Qué perfil atienden en la Residencia San Sebastián?
—A nuestro cargo hay 60 residentes, todos ellos personas con algún tipo de discapacidad o diversidad funcional intelectual que presentan trastorno de conducta.

—¿Cómo es trabajar con personas con discapacidad intelectual?
—Para mí, no hay trabajo más bonito y enriquecedor que éste. Las personas con discapacidad son un colectivo muy agradecido que reciben con mucho entusiasmo todo el trabajo que se hace con ellos. Se ilusionan con cualquier proyecto o actividad que se les proponga, por lo tanto, el feedback que recibes por el trabajo realizado es positivo al 100% y muy motivador.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
—Las muestras explícitas de cariño que recibo por parte de los chavales y pensar que el trabajo que realizamos les aporta felicidad y una mejora en su calidad de vida.

El debut de Idilio Escénico

La compañía de teatro Idilio Escénico, formada por usuarios de la Residencia San Sebastián, de Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual, debutó el 23 de abril en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Aníbal González de Sevilla con la obra Sinergia.

Este grupo de teatro fue fundado en enero por Alba Garrido Gata, educadora social de la Residencia San Sebastián y directora de la compañía, con el apoyo de Fundación SAMU. Idilio Escénico tiene como objetivo principal dar a conocer y desplegar las manifestaciones artísticas producidas por personas con discapacidad intelectual de la Fundación SAMU. Para ello, se organizan talleres creativos dirigidos por profesionales en las artes escénicas y las artes plásticas.

Discapacidad, arte, participación e inclusión social. Éstas son algunas de las piezas fundamentales del puzle que Idilio Escénico se ha propuesto montar a través de un proyecto con el que crear un espacio en el que se unan el mundo de las artes y el de la discapacidad. Un trabajo común entre profesionales de ambos sectores con el que contribuir al proceso creativo, social y personal de las personas con discapacidad intelectual.

“Idilio Escénico, promueve y organiza representaciones para dar a conocer a los actores y su obra, convirtiéndose en participantes de pleno derecho en el mundo del arte. Es una nueva forma de mediación e inclusión en las artes diferenciadas”, señalan desde la Fundación SAMU.

Sinergia es la opera prima de esta compañía de teatro, que debutó el 23 de abril ante los alumnos de 6º de Primaria del Colegio público Aníbal González. “La obra se centra en la idea de que las personas pueden cambiar y eliminar los aspectos más negativos de sus vidas y su personalidad”, explica la directora de la obra, Alba Garrido.

La compañía también participó el 30 de abril en el programa de actividades con motivo del Día Internacional de la Danza organizado por el Ayuntamiento de San José de la Rinconada (Sevilla).

Jornadas Deportivas Inclusivas de Primavera: Unidos a través del deporte

Más de 300 personas participaron el 26 de abril en las Jornadas Deportivas Inclusivas de Primavera, organizadas por Fundación SAMU, un proyecto que pretende mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, lograr que adquieran un hábito de vida saludable, integrar en sus vidas los valores del trabajo en equipo, la amistad, el compañerismo, la superación y la motivación, y que aumenten su autoestima.

La actividad se celebró en las instalaciones del Campo Municipal Nuestra Señora de la Soledad del municipio sevillano de Cantillana (Sevilla) y estuvo dirigida a personas con discapacidad intelectual vinculadas a la Fundación SAMU, las asociaciones Apdedis y Caffa, la Fundación Rocío de Triana y el Patronato con Discapacidad de San José de la Rinconada, además de a los alumnos del IES Cantillana.

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El acto institucional arrancó puntualmente a las once de la mañana. Don Carlos Álvarez Leiva, presidente de la Fundación SAMU, fue el encargado de presidir la ceremonia inaugural. Estuvo acompañado por el director general de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía, el jerezano Gonzalo Rivas Rubiales; Carlos González de Escalada, director general de SAMU; y la directora de la Residencia San Sebastián de Cantillana, María José Tinoco.

A continuación se desarrollaron diversas juegos y actividades deportivas con bicicletas, conos, globos, cubos de agua, música, balones o lonas de colores, entre otros materiales. Eran actividades de equilibrio, coordinación, expresión corporal o agilidad, con el objetivo fundamental de potenciar sus habilidades y destrezas de los participantes, además de su disfrute y el fomento de la relación entre ellos.

Estas jornadas estaban dirigidas a facilitar una práctica deportiva sin barreras, establecer marcos de colaboración entre diferentes entidades públicas y privadas, a concienciar y sensibilizar a la sociedad de la relación beneficiosa del deporte y la discapacidad y a proporcionar una mayor especialización, innovación y estudios en la materia.

Jornadas Deportivas Inclusivas de Primavera de la Fundación SAMU

Deporte sin barreras

Más de 300 personas participarán el 26 de abril en las Jornadas Deportivas Inclusivas de Primavera de la Fundación SAMU, un proyecto que pretende mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, lograr que adquieran un hábito de vida saludable, integrar los valores del trabajo en equipo, la amistad, el compañerismo, la superación, la motivación, y que aumenten su autoestima.

Estas jornadas están dirigidas a facilitar una práctica deportiva sin barreras, establecer marcos de colaboración entre diferentes entidades públicas y privadas, a conciencias y sensibilizar a la sociedad de la relación beneficiosa del deporte y la discapacidad y a proporcionar una mayor especialización, innovación y estudios en la materia.

La actividad se celebrará en las instalaciones del Campo Municipal Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana (Sevilla) y va dirigida a personas con discapacidad intelectual pertenecientes a la Fundación SAMU, las asociaciones Apdedis y Caffa, la Fundación Rocío de Triana y el Patronato con Discapacidad de San José de la Rinconada, además de alumnos del IES Cantillana.

SAMU

Plan de formación de SAMU: en continuo reciclaje

Durante 2017, Grupo SAMU llevó a cabo un completo plan de formación en que participaron más de 300 profesionales de la entidad y en el que se tuvo en cuenta la demanda formativa que los trabajadores habían transmitido a los directores de los diferentes centros de la entidad.

El plan de formación programado y solicitado por los compañeros de este equipo se ha cumplimentado en un 80%. Además, la formación obligatoria en prevención de riesgos laborales, autoprotección, planes de emergencias y manipulador de alimentos la realizó el 95% de los profesionales de la institución.

Como resultado del análisis continuo de este plan de formación interna, hemos detectado que las temáticas más demandadas por los trabajadores de Fundación SAMU han sido las relacionadas con la inteligencia emocional, autismo, medidas coercitivas y conductas positivas .

En el caso del personal de SAMU, existió un mayor interés por los cursos de primeros auxilios, contención física, soporte vital básico, reciclaje en SVA (Soporte Vital Avanzado), soporte vital al trauma, la técnica Ecofast, transporte pediátrico y asistencia sanitaria en entornos hostiles. En este último apartado, la organización está poniendo una mayor énfasis con el objetivo de que nuestros profesionales tengan los conocimientos y habilidades necesarios para intervenir en cualquier circunstancia. Las circunstancias así lo exigen.
El personal que participó en este plan formativo pertenece a la Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla), la residencia Santa Ana (Sevilla), el Centro de Acogida de Menores Miguel de Mañara (Montequinto, Sevilla), el centro de acogida de Motril (Granada), la Residencia Santa Teresa (Toledo), el centro Alfar de Gijón (Asturias), el Centro de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla), la Escuela de Emergencias SAMU, y sanitarios de SAMU Málaga, SAMU Huelva y SAMU Sevilla.

Las encuestas realizadas al finalizar los cursos formativos revelaron un grado de satisfacción de los profesionales del 96%, lo que nos anima a seguir avanzando en esta dirección.

A través de este editorial de nuestra revista SAMU de marzo, queremos informaros de que institución prepara un nuevo plan de formación para este 2018 con el compromiso adquirido por los directores de centro de detectar y comunicar las necesidades formativas de nuestros equipos, por lo que os animamos a ser proactivos en este sentido. Además, la entidad se ha comprometido a negociar con los comités de empresa la planificación de la formación con tiempo para poder ejecutar el plan en el periodo establecido.

El equipo directivo de SAMU

Programa Disfrutamar

Rumbo fijo hacia la integración

La Fundación SAMU inauguró el 23 de septiembre, gracias al apoyo de la Obra Social La Caixa, el programa Disfrutamar, una iniciativa social que tiene como objetivo acercar el mar y las actividades náuticas a los residentes de los diferentes servicios de la fundación, muchos de ellos con discapacidad intelectual y trastornos de conducta.

“Con 8.000 kilómetros de costas, España es un país donde tenemos una gran orientación al mar, especialmente en Andalucía, gracias a su clima y a su instalación náutica de primer orden”, afirma Borja González de Escalada, vicepresidente de la Fundación SAMU. “Con esta iniciativa, queremos que las personas discapacitadas adquieran nuevos aprendizajes referidos tanto a la comunicación con los demás como a la expresión y el reconocimiento de sus propias sensaciones”.

Programa Disfrutamar 2

Un grupo de seis residentes del centro San Sebastián de Cantillana, en Sevilla, fue el primero en disfrutar de la travesía inaugural a bordo de un barco de 10 metros de eslora, llamado Scheila, que partió del puerto deportivo de Mazagón (Huelva). Borja Gonzalez de Escalada, patrón de embarcaciones de recreo, actuó de capitán. Éste tuvo la ayuda a bordo de dos monitores de la residencia, Rafael Rueda y Juan Antonio Ruiz. Ambos están realizando, junto a otros compañeros de SAMU, un curso de patrón de embarcaciones con la escuela náutica Navegamás, con el objetivo de que el personal de SAMU que acompañe a los residentes tenga los máximos conocimientos posibles en esta materia.

La actividad comenzó en torno a las diez y media de la mañana. Pepito, José, más conocido como Chiquito, Gabriel, Pepe, Isidoro y Enrique escuchaban con atención las instrucciones de Borja antes de subirse a la embarcación. “Está prohibido caerse. Y si os caéis, tranquilos, mantened la calma”, indicaba el patrón del barco. “¿Hay tiburones?”, preguntó con preocupación Gabriel ya a bordo. “No, tranquilo, no hay tiburones”, le tranquilizaron.

Durante dos horas, el grupo navegó frente a la costa de Mazagón, sin alejarse demasiado del espigón. “Mirad, eso es un barco mercante. Ahora nuestro barco se moverá por las olas que provoca a su paso”, explicaba Borja.

Para los residentes, todo era una novedad y la satisfacción se reflejaba en sus caras. Lo curioseaban todo, tanto en el interior del navío como en cubierta. Algunos incluso se atrevió a llevar el timón, siempre bajo la supervisión del patrón de la embarcación o de alguno de los dos monitores. “Mira qué bien lleva Chiquito el timón. Totalmente recto”, exclamó uno de los monitores. “Me lo estoy pasando muy bien”, repetía una y otra vez Chiquito.

Los tripulantes de la embarcación saludaban con efusión a otros barcos y a los que le veían desde el espigón antes de arribar a puerto. La actividad se desarrolló sin ningún incidente y con nuevas ideas en mente. “Me gustaría llevar a los chicos a una regata, sin la intención de competir, sólo para que vean y disfruten del ambiente de una regata”, señaló el vicepresidente de la Fundación SAMU.

“Gracias al apoyo de La Caixa, al que se han sumado varios propietarios de barcos, el programa Disfrutamar nos permite ampliar las actividades deportivas al campo de la náutica, haciendo que los chicos vivan experiencias inolvidables”, explica Carlos González de Escalada, director general de SAMU e impulsor de la iniciativa. “La mayoría de nuestros residentes nunca se han montado en una embarcación de recreo y sería insensato ignorar que Andalucía ofrece unas condiciones excepcionales para esta actividad, que además está especialmente indicada para personas con mayor deterioro cognitivo. Este programa me hace muy feliz y demuestra nuestra vocación de darlo todo por ellos. También quiero agradecer al equipo SAMU cómo se han volcado con la iniciativa. Cuando vi las fotos de la excursión inaugural me emocioné mucho”.

“Para SAMU la calidad de vida de sus residentes tiene prioridad absoluta. Somos inconformistas y pensamos que la actividad deportiva no puede ser sólo fútbol y gimnasia. Todos nosotros queremos lo mejor para nuestros hijos para que disfruten de una vida plena y eso mismo quiere SAMU para sus usuarios”, subraya Carlos González de Escalada.

 

entrevista José Aurelio Ventura

J. Aurelio Ventura, enfermero: “Mi trabajo es cuidar, en su sentido más amplio”

J. AURELIO VENTURA. Enfermero y enlace sindical

En diciembre, el enfermero José Aurelio Ventura (Sevilla, 1984) cumple un año al frente del primer comité de empresa de la residencia San Sebastián de Cantillana, en Sevilla, lugar en el que trabaja desde hace siete años junto a otros 60 compañeros.

—¿Desde cuándo trabaja en SAMU?
—Empecé a trabajar en la residencia de San Sebastián hace siete años. Una compañera de profesión que estaba haciendo el Máster de Emergencias de SAMU me informó de que había un hueco en la residencia de Cantillana, así que eché el currículum y aquí estoy.

—¿Cuál es el perfil de los residentes?
—Son unas 60 personas psicodeficientes y con trastornos graves de la conducta. En la mayoría de los casos no son por daños sobrevenidos, sino más bien por cuestiones genéticas.

—¿Cuáles son sus funciones?
—Una gran parte del trabajo se centra en la administración de medicamentos y la realización de curas, pero yo diría que mi función principal es la de cuidar, en el sentido más amplio de la palabra. Aquí, la experiencia es un grado muy importante. Tienes que conocer muy bien a los residentes. Me refiero en el plano personal. Tienes que saber hasta cuándo va a venir su madre a visitarlo o cuándo no, el por qué está hoy enfadado, por qué hoy está tan contento, que no siempre es bueno, por qué está más eufórico de la cuenta. Y en base a eso, tratarlo. Cuando ellos no reciben la atención o el cuidado que desean, sea justificado o no, acaban haciendo algo para lograrlo. Teniendo en cuenta esos pequeños detalles, tendrás o no un día tranquilo y ellos una vida más apacible.

—Es un trabajo con una carga emocional.
—Por supuesto, y aunque quieras evitar tener una relación afectiva hacia ellos, es imposible. Hay residentes que llevan siete años conmigo aquí. Estamos hartos de vernos las caras. Es imposible no tener sentimientos, pero a veces tienes que cumplir con tu deber porque no siempre tienen un día bueno. Cuesta ser firme, pero sabes que lo que haces es por su bien y que le estás ahorrando peores tragos.

—¿Cómo y por qué surge el comité de empresa de la residencia San Sebastián?
—Nació hace menos de un año. Yo lo veo como un fenómeno casi natural. Cuando una empresa prospera, como la Fundación y Grupo SAMU, y tiene un determinado volumen de trabajadores, el empresario o directivo, por mucho que lo intente, tiene un límite a la hora de satisfacer las necesidades de los trabajadores. Creo que hace falta alguien que venga desde la primera línea de batalla y que transmita de forma rápida y eficaz las necesidades que le surgen al compañero o a él mismo.

—¿Qué carencias había en la residencia que impulsaron la creación del comité?
—Principalmente la falta de información, sobre todo, en torno al convenio, el estatuto de trabajadores, las leyes, decretos… He tenido que habilitar una estantería en mi casa sólo para leyes y papeles de ese estilo. Me dedico a estudiarlo todo para responder las dudas de mis compañeros, pero siempre surge algo nuevo y al final acabas recurriendo a abogados o al sindicato. Y para una respuesta que son 10 segundos, acabas echando tres días.

—¿Cuáles son las principales dudas o preocupaciones de los trabajadores?
—Como llevamos poco tiempo y aún no hemos cogido rodaje, ahora mismo lo habitual son dudas sobre las nóminas o las ausencias justificadas o no. Por ejemplo, una compañera no sabía si le correspondía algún día por el ingreso hospitalario de su tío. Todos creíamos que sí, pero no, el convenio no lo contempla. Hay mucha desinformación en ese sentido.

—¿Cuáles son las principales líneas de negociación actualmente con la empresa?
—Acabamos de llegar a un acuerdo sobre las retribuciones, creo que satisfactorio por ambas partes. Ahora mismo el caballo de batalla lo tenemos en los horarios de trabajo, el calendario, la conciliación laboral. Es algo que se negocia anualmente. Son cosas estructuradas. Todavía no nos matamos. Nos entendemos. Hay mucha desinformación en ese sentido.

—¿Qué cree que es lo mejor y lo peor de SAMU?
—Lo mejor y lo peor de SAMU es el compañerismo. Lo mejor porque todos tiramos del carro. Hoy por ti y mañana por mi. SAMU te somete a un alto nivel de estrés. Trabajamos 24 horas los 365 días, pasamos juntos la Navidad, y no siempre estás al 100%. El compañerismo se valora mucho. Quizás, esto sea también lo peor. Cuando a un compañero le pasa algo, te afecta a ti. No puedes desvincularte de alguien con el que pasas tanto tiempo.