SAMU Foundation USA

La aventura de EEUU: Así funciona SAMU Foundation

Hace ahora tres años, la Fundación SAMU realizó una misión de acción humanitaria en Calais, al noroeste de Francia. Se trataba de prestar ayuda a los miles de migrantes y refugiados, la mayoría de ellos sirios, que se hacinaban en un antiguo vertedero con la esperanza de cruzar el Canal de la Mancha. El campamento había crecido tanto que pasó a ser conocido como La Jungla, y se dividió en barrios segregados por nacionalidades. Los sirios no podían acceder a la ayuda de otras organizaciones, porque para llegar hasta los puntos de reparto o asistencia debían atravesar la zona kurda.

La misión de Fundación SAMU, coordinada con Bridge2Life y con apoyo de La Caixa y Menarini, permitió el reparto de comida y ropa, atención médica y levantar un refugio donde estos sirios que huían de la guerra pudieran comer bajo techo.

Andrés Rodríguez Holst, que acudió como enfermero a Calais, recuerda hoy que la presencia de SAMU en Calais permitió afrontar otros problemas que apenas recibían atención mediática, por ejemplo, en la localidad de Dunkerque, donde unos 500 refugiados se habían instalado huyendo de la violencia de La Jungla. “El campamento de Calais era muy peligroso para mujeres y niños, y los que venían con familias preferían ir a Dunkerque”, recuerda Rodríguez Holst. Esas familias no recibían ayuda porque casi toda la atención se concentraba en Calais, a unos 40 kilómetros. La presencia del equipo de Fundación SAMU alivió su situación.

El equipo también se desplazó a París para atender a un grupo de afganos que vivía en las calles de la capital francesa. La misión duró diez días y en ella participaron seis miembros del equipo de SAMU bajo la coordinación de Borja González de Escalda.

La misión de Calais es una muestra de los trabajos en situaciones de emergencia que desde 2007 viene realizando la Fundación SAMU, que también ha participado en misiones de ayuda a Haití tras el terremoto de 2011, en una operación de apoyo y reconstrucción tras el tifón de Filipinas, en 2013, o enviando un equipo de primera respuesta a Katmandú (Nepal) tras el terremoto de 2015. Además, en los últimos años, la Fundación SAMU ha enviado misiones de formación a El Aaiún y Tan-Tan, con el fin de colaborar en la modernización de la atención médica en algunas zonas de Marruecos y Sáhara Occidental.

La Fundación SAMU está especializada en la prestación de servicios de salud y emergencia social, atención a personas dependientes y a inmigrantes, y en intervención en catástrofes internacionales, ofreciendo atención médica de urgencia. Ahora, SAMU Foundation acaba de abrir su primera oficina en Estados Unidos con la finalidad de seguir realizando estas misiones y aumentar su impacto sobre la población más necesitada.

La oficina de Washington DC tiene como fin facilitar la obtención de ingresos para la realización de futuras misiones internacionales. Pese a que los profesionales que participan en ellas lo hacen voluntariamente, estas misiones generan unos gastos de desplazamiento, material médico, alojamiento o manutención que vienen asumiendo Fundación SAMU y sus socios. SAMU Foundation permitirá canalizar donaciones y ayudas provenientes de una sociedad, la norteamericana, muy abierta a las colaboraciones altruistas en situaciones de necesidad.

En paralelo, SAMU está consolidando una de las líneas que siempre ha caracterizado su actuación en este tipo de situaciones. Cuando SAMU acude a una misión internacional lo hace bajo unos criterios de alta profesionalidad que siempre han guiado su desempeño. Ahora, SAMU está en vías de obtener el certificado de Emergency Medical Teams (EMT), emitido por la Organización Mundial de la Salud. “Es nuestro compromiso con la calidad. Algo que veníamos haciendo y ahora nos va a dar el espaldarazo”, resalta Juan González de Escalada, director de Escuela SAMU y uno de los impulsores de SAMU Foundation.

La profesionalización es una tendencia que viene consolidándose en la acción humanitaria con el fin de garantizar la calidad de la ayuda. Cada vez más, los países receptores exigen que los equipos de ayuda acrediten unos estándares de calidad y que se coordinen con otras misiones sobre el terreno. Se trata de evitar malas experiencias y duplicidades.

Las misiones de SAMU están integradas por personal con la más alta cualificación para el desempeño de esas tareas, muchos de ellos formados en la Escuela, donde se imparte un máster en acción humanitaria. “La idea es poner en marcha este círculo virtuoso para ayudar a los más necesitados ante cualquier eventualidad”, señala González de Escalada, que añade que “SAMU es una entidad que se compromete con la acción social más allá de cuáles sean sus capacidades. Nos comprometemos con la calidad, cueste lo que cueste”.

Se trata de garantizar que la ayuda que reciben las personas que han sufrido una catástrofe responde a sus necesidades inmediatas y es prestada por profesionales con alta cualificación. La nueva SAMU Foundation permitirá consolidar la prestación de una acción humanitaria de calado y que ésta sea lo más significativa posible.