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Samu Wellness asiste al I Congreso Internacional de Mindfulness

Durante la pasada semana, parte del equipo de Samu Wellness acudió al I Congreso Internacional de Mindfulness, Compasión y Psicoterapia y sus aplicaciones en diferentes conceptos. Nuestra psicóloga, Dulce Nombre Franco, fue la encargada de representar a la clínica durante los cuatro días que duró el congreso.Las sesiones se desarrollaron desde el miércoles hasta el sábado.

En ellas, profesionales como Natalia S. Ramos, profesora de la Facultad de Psicología de Málaga y presidenta del Congreso, Fabrizio Didonna, del Instituto Italiano para el mindfulness, Marta Alonso, presidenta de la Junta Directiva de AEMIND (Asociación Española de Mindfulness)  y Ronald D. Siegel, profesor de la Escuela médica de Harvard. De forma más señalada, cabe destacar que  contó con la participación de  Vicente Simón, pionero en España en traer esta práctica integrativa de Jon Kabat-Zinn, padre del Mindfulness. Simón es médico, psiquiatra y catedrático de Psicobiología, un profesional que lleva más de 25 años estudiando la conciencia y la meditación.

La atención plena, los mecanismos básicos de cambio en el trastorno obsesivo compulsivo o la importancia del equilibrio entre los sistemas principales han sido algunos de los temas tratados en las distintas conferencias. El objetivo es estudiar las aplicaciones del mindfulness en el campo de la Psicoterapia así como en otros campos de la salud y la educación, de cara a crear conciencia. Y además,  pretende visitar otras ciudades españolas. “Actualmente existe mucho trabajo científico que intenta evitar el populismo que se ha creado a través de Mindfulness” afirma Dulce Nombre, psicóloga de Samu Wellness, “la teoría Mindfulness se encuentra amparada ahora mismo entre el paraguas de la práctica terapéutica, la espiritualidad y la cultura popular. Mediante estos estudios científicos, intenta apartarse de estos populismos y busca que el ser humano sea más humano e intenta potenciar que pueda conectar con sí mismo.

Actualmente, el Mindfulness se explica desde la psicología científica y la psicobiología, y es un movimiento de la psicología que ha occidentalizado la meditación budista. En nuestro proceso de adaptación en la evolución, ha habido algunas pautas que se han vuelto disfuncionales: algo tan biológico como el dolor experimentado de forma orgánica se ha convertido en algo desadaptativo como el sufrimiento. Hay estudios y evidencias científicas que han demostrado que el sistema límbico y el hipotálamo son los responsables de las emociones y que el Mindfulness desarrolla una evolución, un aumento, del lóbulo frontal mejorando nuestras funciones ejecutivas. Mediante la meditación se crea una mejora de la red atencional, esto mejora la capacidad de atención, calidad de vida, los marcadores biológicos…

En palabras de Dulce: “Existe un vanganbudeo de nuestros pensamientos que tenemos sistematizado, y que con la práctica de Mindfulness, atención correcta, sin juzgar, podremos comprender y ejercer el cambio, podremos ver cual es nuestro objetivo. La mente funciona como un mar, como un pantano, si removemos el agua no vemos de forma clara, estaría todo perturbado y difuso, solo con las aguas calmas y claras podremos ver nuestro cual es objetivo real. Las emociones perturbadoras no nos dejan permanecer conscientes en el aquí y el ahora. La revolución de este enfoque terapéutico nuevo es que lo problemático no es la experiencia vivida, sino la emoción de esa experiencia, la importancia en cómo nosotros lo gestionamos”.

“El Congreso es una iniciativa de la Facultad de Psicología de la UMA y de la Asociación Española de mindfulnees y Compasión (AEMIND) a las que se suman el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO), la Sociedad Española para el Avance de la Psicología Clínica y de la Salud (SEPCyS) y la Escuela Española de Psicoterapia (EEP)” afirma la Universidad de Málaga.  Por ese motivo, estuvo presidido por María Rosa Esteve Zarazaga,   decana de la Facultad de Psicología de Málaga y  la conferencia inaugural corrió a cargo de Rebecca Cranne, de la Universidad de Bangor .

Estado de conciencia, Mindfulness, emociones… un conjunto de experiencias compartidas que ayudan a mejorar la calidad de nuestros servicios, porque apostamos por una Vida Wellness.

El equipo de SamuWellness visita dos centros de referencia en Salud Mental en Málaga

Durante la jornada del jueves, el equipo de SamuWellness, con el Doctor Álvarez Leiva como Director, realizó una visita institucional a dos centros de referencia en salud mental: el hospital San Juan de Dios y la Clínica del Seranil, ambos situados en la provincia de Málaga.

El objetivo de la visita era conocer las experiencias de los trabajadores de ambos centros en materias de salud mental y discapacidad. SamuWellness acaba de nacer, pero ya desea estrechar lazos de coordinación con estos ejes, de cara a mejorar cada día su labor y el servicio que ofrece.  Ambas visitan fueron muy productivas. “Nuestro equipo valoró como altamente satisfactoria toda la información ofrecida por los profesionales de ambos centros”.

El centro asistencial San Juan de Dios atiende a personas con problemas de Salud en tres grandes áreas: área de atención a la Salud Mental, área de atención a la dependencia y área de atención médica especializada en pacientes pluripatológicos y cuidados paliativos. Por su parte, el centro hospitalario el Seranil, ofrece tratamiento a servicios como la depresión, ansiedad, esquizofrenia o trastornos de conductas entre otros.

Una odisea de 155 kilómetros hacia la vida

Con el objetivo de salvar la vida a una niña de tan solo 20 meses, efectivos de la Guardia Civil y de cuerpos sanitarios, entre los que figuraba SAMU Málaga, llevaron a cabo a principios de junio una misión extraordinaria cuyos protagonistas difícilmente olvidarán. Consistió en el traslado de la pequeña desde el Hospital Materno de Málaga hasta el Hospital Reina Sofía de Córdoba en una situación crítica, que requirió la máxima coordinación, un despliegue logístico con muy pocos precedentes en el traslado de críticos, y el mejor desempeño de todas las personas implicadas para dar una oportunidad a una vida que tan solo comienza.

La pequeña estaba ingresada en Málaga pendiente de unos estudios que debían determinar si necesitaba un trasplante cardíaco. En ese trance, sin embargo, su situación empeoró y pasó a la UCI. Allí tuvo que ser conectada a un complejo sistema capaz de mantenerla con vida sustituyendo sus funciones vitales (ECMO, Oxigenación por membrana extracorpórea), pero este equipo solo podía ser útil para la joven paciente durante unos días.

La niña requería su traslado urgente al Hospital Reina Sofía de Córdoba: primero, porque necesitaba un trasplante cardíaco que sólo se realiza en este centro; y, segundo, porque en el Reina Sofía disponen de otro equipo ECMO más sofisticado al que la pequeña podría estar conectada durante más un tiempo, mientras esperaba la llegada de un donante compatible.

Un procedimiento sin manual

Las circunstancias eran cualquier cosa menos rutinarias. El ECMO debía instalarse en una UVI Móvil, un procedimiento para el que no existe manual, que nunca se había realizado en Andalucía y que en España sólo había uno o dos antecedentes, y el traslado debía realizarse sin ningún parón, frenazo o contratiempo durante los 155 kilómetros del trayecto.

La responsabilidad logística recayó en el Técnico en Emergencias Sanitarias de SAMU Málaga Francisco Guerrero, especializado en traslado de pacientes críticos, que actuó con el apoyo de dos de sus compañeros Miguel Ángel Maisanaba (TES) y Tatiana Mérida (enfermera). “Nunca lo olvidaré. Ha sido mi mayor reto profesional y una responsabilidad enorme. Recuerdo la llamada de Ignacio Ávila [jefe de operaciones de SAMU] en la víspera diciendo que había que preparar el traslado YA”, recuerda Guerrero.

El TES de Málaga se reunió en el Materno con el equipo de la UCIP (Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos). “Estuvimos cinco horas reunidos intensivistas, perfusionista, enfermeros de UCIP y un cirujano cardiovascular para estudiar si era posible realizar un traslado con ECMO en una ambulancia. Desmontamos otro ECMO que tenían allí similar al que estaba conectado la niña y vimos dónde y cómo podíamos transformar la UVI para que todo se acoplara y para que su funcionamiento no se viera afectado en ningún momento durante el traslado”, relata.

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La problemática se acrecentaba porque todo el material electromédico debía estar conectado a la red eléctrica y ésta debía mantener el abastecimiento de energía durante el trayecto: “consola de la ECMO, calentador, filtros, alrededor de 15 bombas de perfusión, respirador, monitores y un largo etcétera”, enumera el especialista de SAMU Málaga. “Me vi rodeado de grandes profesionales a los que tenía que explicar cómo actuar en mi ámbito, una UVI Móvil, algo que desconocían”.

Además de la UVI Móvil titular, se movilizó una segunda por si la primera sufría problemas eléctricos. El dispositivo se replicó en esta segunda, en la que también se cargó el soporte físico de la ECMO, un carrito metálico, que quedó vacío después de que el equipo se desmontara “hasta todo lo desmontable” para mantener el soporte de la pequeña. “El mismo día del traslado tuvimos que dedicarle otras tres horas al montaje. No podía salir bien, tenía que salir perfecto. No había lugar para el error”, recuerda Guerrero.

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En la UVI que transportaba a la niña estaban operativos dos intensivistas, una enfermera de UCIP, un perfusionista controlando la ECMO, y la enfermera y el propio Francisco Guerrero de SAMU. En la otra unidad, otra enfermera de UCIP y un cirujano cardiovascular preparado para actuar en caso de urgencia. Además, participó el 061 Málaga a cargo de un VIR (Vehículo de Intervención Rápida) con un técnico, un enfermero y un médico.

A las 8:00 del 31 de mayo comenzó la operación en el Materno, con salida de los vehículos a las 11:00 y llegada al Reina Sofía alrededor de las 13:00 horas.

Desde Málaga, dos motos de la Guardia Civil abrieron paso a la comitiva a fin de garantizar que el transporte no sufriera ningún tipo de interrupción ni percance, y, ya en la provincia de Córdoba, dieron el relevo a un vehículo de la propia Benemérita que llevó a los sanitarios hasta la misma puerta del hospital cordobés.

En total, fueron 155 kilómetros en unas dos horas de máxima tensión que acabaron en un éxito gracias a la coordinación de todos los implicados. Para la pequeña, fue un paso más, impulsado por más de treinta especialistas de los servicios sanitarios y de seguridad, en su particular carrera hacia la vida.

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Nacho Ávila, jefe de operaciones de SAMU

“Yo no he hecho la mili, he hecho el máster de SAMU”

El enfermero Nacho Ávila Guerra (La Palma del Condado, Huelva, 1982) es desde febrero el nuevo jefe de operaciones de SAMU, cargo que compagina con guardias en ambulancias en Sevilla y Huelva.

—¿Cómo conoció SAMU?
—Tras terminar Enfermería en 2005, empecé a trabajar en un centro de salud haciendo guardias sueltas. En el verano de 2006, en Matalascañas, tuve una guardia muy mala, con muchos accidentes de tráfico. El conductor de la ambulancia me sacó las castañas del fuego y al verme sobrepasado por los avisos me dijo que había una empresa en Sevilla que se dedicaba a la formación en emergencias y que creía oportuno que hiciera el curso.

—¿Qué recuerda del máster de SAMU?
—Yo siempre digo: no he hecho la mili, he hecho el máster de SAMU. Es muy intenso, absorbente, con formación paramilitar. Hacemos muchos simulacros junto con fuerzas especiales y trabajamos en equipo con diferentes dispositivos. Es un ambiente de entrenamiento severo. Pero al que le gusta este mundo, cuando lo prueba, le pica el gusanillo y no para.

—¿Por qué estudió Enfermería?
—Cuando tenía 15 años saqué a un niño de una piscina que se estaba ahogando. Todo el mundo me dijo que tenía que ser socorrista o sanitario, lo típico. Además, yo tengo un tío que es enfermero y me contaba cosas de este mundo, y me entró el gusanillo. Ya cuando entras en contacto con la profesión te das cuenta de si esto es realmente tu vocación.

—¿Qué significa ser jefe de operaciones?
—Todo. Control de personal, de cuadrantes, de vacaciones, sustituciones. A la primera persona a la que acuden los profesionales de guardia cuando se produce cualquier incidente en los servicios de Sevilla, Huelva y Málaga es a mí.

—¿Por qué decidió asumir este reto?
—A nivel profesional y personal, creo que era el momento. Yo ya había sido, de forma accidental, director de la unidad de día San Lucas, por lo que tenía experiencia en el ámbito de la dirección de SAMU. Además, la plaza de jefe de operaciones no sale todos los años. La anterior compañera, Victoria Galiani, se ha llevado más de 12 años en el cargo. Hubiera sido más fácil quedarme en mi puesto de enfermero normal, pero me gustan los retos, asumir nuevos proyectos e ir creciendo.

—Durante tres años trabajó en Málaga, ¿cómo fue la experiencia?
—Hubo un periodo de reestructuración de la plantilla de Huelva y me mandaron para Málaga, pero no cambié de residencia, seguí viviendo en La Palma del Condado. Eso suponía salir de casa a las cuatro y media de la mañana para entrar a trabajar a las ocho. Al día siguiente, sales a las ocho de la mañana y sobre las once y media o doce llegas al pueblo. Te pegas una ducha y te vas a por tu hija a la guardería y disfrutas de ella durante la tarde. Era mi forma de verlo. Cuando estaba en Málaga tenía más tiempo para estar con mi hija que ahora que estoy en Sevilla.

—Participó en la misión de SAMU en Haití en 2010. ¿Cuál fue su función allí?
—SAMU envió cinco expediciones. Yo fui como jefe del último contingente y con la misión de hacer un repliegue lo más ordenado posible. El periodo de emergencias ya había pasado.

—¿Qué vio en Haití?
—Cuando llegué se suponía que lo peor ya había pasado pero lo cierto es que Haití no podía estar peor. No tenían agua potable en las casas, los escombros estaban sin recoger y la gente vivía en campamentos de refugiados. Siete años después, esto sigue igual. Estructuras como el Parlamento, la comisaría central, la escuela de policía o facultades como Medicina o Enfermería se habían derrumbado, matando promociones enteras de profesionales. No tenían policías ni sanitarios porque habían muerto en el terremoto.

—¿Qué significa SAMU para usted?
—SAMU es mi segunda familia. Es un gran conglomerado de distintos profesionales que nos apasiona lo que hacemos. Es una filosofía de vida, una forma de entender el trabajo y las responsabilidades, una religión. Es algo más grande que una empresa en sí.