6 pasos para entrenarnos en MINDFULNESS

Una sola respiración, una sola mente.

Seguramente habrás oído hablar del MINDFULNESS. Se trata de una técnica de meditación que sin connotación espiritual tiene como objetivo tener conciencia plena o mejorar nuestra vida siendo conscientes de lo que nos ocurre.

Nos ayuda a reducir el estrés en nuestra vida profesional y personal. Mejora nuestra atención, concentración y emoción, así como nuestra capacidad de disfrutar. Dejamos de ser testigos de lo que ocurre y conectamos con el  mundo que nos rodea, olvidando incluso el cansancio, el hambre, las molestias…  Deportistas de Élite como Roger Federer o Kobe Bryant realizaban este tipo de entrenamientos para conectar la mente con la respiración. Todo ello en un espacio de riguroso silencio.

Parte de la práctica se basa en la observación, en ser conscientes de en qué estado nos encontramos, por ejemplo, si estamos escribiendo en el ordenador con una postura tensa y agarrotada y nos damos cuenta de ello, podremos corregir esa postura y nuestro cuerpo sufrirá menos las consecuencias.

En Samu Wellness te ofrecemos 6 pasos para entrenarte en MINDFULLNESS:

  1. Deja de Pre- ocuparte y Ocúpate

Debemos concentrarnos en lo que tenemos que hacer, no sólo en el objetivo  que tenemos que conseguir. El estado de alerta genera estrés y ansiedad. Cometer un error no implica que tengamos que castigarnos por ello. Mejor será optar por centrarnos en lo que queremos conseguir, el próximo salto siempre será mayor. Sólo los tropiezos harán que aprendas a pisar mejor.

  1. Aceptar lo que no depende de nosotros no es resignarse, es aceptar

A menudo enfocamos mal la energía. La fuerza no puede centrarse en aquello que no depende de nosotros, tan sólo debemos aceptarlo.  El ímpetu debe dirigirse a aquello de lo que sí podemos ocuparnos. Apostemos por nosotros mismos en aquello que podemos controlar, dejemos que el resto complete la tarea.

  1. Nuestro peor rival somos nosotros mismos, nos conocemos mejor que nadie

Las dudas o el fracaso pueden convertirse en nuestro peor rival. Nuestra mente posee una gran cualidad: la creatividad. Ayúdate de ella para crear aquello que quieres. Los pensamientos negativos pueden apartarse, nos dañan si le prestamos atención. Crea tus propios pensamientos, disfruta de tu imaginación, da lo mejor de ti.

  1. Mente de principiante

No caigas en lo habitual, en lo cotidiano. Cada día puede ser diferente, y en cada paseo, en cada momento puedes descubrir algo nuevo. Por ejemplo, el primer día que corremos nos fijamos en si la ropa es cómoda, si el calzado está bien atado, nuestra respiración si es acelerada o lenta… detalles y sensaciones que se van perdiendo con la rutina.

  1. Nuestro rendimiento marcará el resultado, disfrutémoslo

La importancia del camino. El estrés por conseguir determinados resultados puede acabar con nosotros y nos impide centrarnos en el presente. El foco de atención debe estar en el camino, en cada paso que damos, con el que aprendemos, con el que disfrutamos.

  1. Vivir con incertidumbre es permitir que todo fluya

Recuerda que siempre puedes apartar aquellos pensamientos que te lleven a un futuro catastrófico.  Escucha tu cuerpo, aprende de él y con él, agradécele sus cualidades y descúbrete cada día.  Ya sabes que no puedes controlarlo todo, pero ahí reside la esencia de la vida, déjate llevar, relájate, disfruta.

La rapidez y la instantaneidad marcan nuestra vida profesional y personal. Si bien, no podemos cambiar todo el entorno que nos rodea, lo que sí podemos es decidir de manera consciente  cómo afrontar el camino. Con MIDNFULNES generamos habilidades que mejoran nuestra vida, reducimos nuestro estrés y sobre todo vivimos aquí y ahora.

Las vacaciones pueden ser un buen momento para comenzar con estas técnicas. Por ejemplo, date una ducha en modo consciente, no simplemente porque sea un hábito y corresponda hacerlo antes de ir al trabajo; tómala como una oportunidad para desarrollar la atención plena. Sentir la temperatura del agua, escuchar como cae, el olor del jabón, la suavidad de tu piel, mil y un estímulos hay en una ducha que pueden hacernos estar concentrados en ella. ¿Cuántas veces has sido consciente de la ducha? ¿Te ocurre estar inmerso en tus pensamientos, pensando en qué ropa te pondrás, dónde has aparcado el coche o qué tal irá la reunión de las 10?  Regálate momentos.

No te preocupes si al principio no logras mantener tu atención, se trata de un ejercicio de observación que, como todo, requiere su entrenamiento.

Cuando uno se siente bien consigo mismo comienza a disfrutar del lado bueno de la vida.