Acceso Máster de Enfermería Escuela SAMU 2020

Regreso a las aulas: Otro enfoque para una formación de élite en Escuela SAMU

Escuela SAMU ha vivido estos días un extraño inicio de curso a causa de la crisis sanitaria del Covid-19 que vive el planeta. Tras el parón obligatorio de las clases presenciales en marzo, y tras la vigencia del estado de alarma, el equipo directivo y docente de Escuela SAMU retoma con fuerza toda su oferta académica con el propósito de ofrecer a sus alumnos la alta calidad que siempre ha caracterizado a este centro de formación.

El curso empezó el 15 de septiembre para los alumnos de los ciclos de Formación Profesional de Grado Medio en Técnico de Emergencias Sanitarias, Grado Medio en Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería y el Grado Superior de Técnico en Integración Social. A diferencia de años anteriores, en los que el acto inaugural del curso se celebró en el Ayuntamiento de Gelves, en esta edición la pandemia obligó a organizar tres actos distintos en las instalaciones del propio centro de formación, y así poder garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad anticovid. En todos estos actos estuvieron presentes los profesores del centro y el director del mismo, Juan González de Escalada.

El lunes 21 de septiembre también retomaron sus clases los estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria y los del Máster de Emergencias Médicas Fundación CEU San Pablo Andalucía, ambos de la promoción 2019-2020, que no pudieron concluir el pasado curso sus estudios como consecuencia del estado de alarma.

“Durante el estado de alarma, Escuela SAMU se adaptó a las circunstancias y se impartieron las clases de manera on line, pero en el caso del máster de Enfermería, nos dimos cuenta que si queríamos garantizar la calidad y la exigencia del mismo, debíamos pararlo y retomarlo cuando fuera posible, ya que el plan de formación incluye numerosas actividades y simulacros de situaciones de emergencias imposibles de llevar a cabo en un estado de alarma”, explica el profesor Andrés Rodríguez. “Los alumnos están haciendo un esfuerzo enorme para continuar sus estudios en horario de mañana y tarde, de lunes a sábado, para poder acabar la formación en dos meses”.

El 13 de octubre, por otro lado, está previsto que arranque el máster de Enfermería de este año (2020-2021), así como una nueva edición del Máster de Emergencias Médicas Fundación CEU San Pablo.

Este año, como consecuencia de la pandemia, el número de alumnos del Máster de Enfermería se ha reducido para poder cumplir con las exigencias del Gobierno y las normas anticovid y así poder garantizar la calidad del máster.

También resultaron bastantes diferentes las pruebas de acceso al Máster de Enfermería, que se celebraron el 7 de septiembre y a las que se preinscribieron 36 personas, “muchas menos que en años anteriores, como consecuencia de la Covid-19”, indica Andrés Rodríguez.

En ediciones anteriores, la primera parte de esta prueba de acceso tenía lugar en el Pabellón San Pablo de Sevilla, y constaba de varios ejercicios físicos: natación, velocidad, salto. En esta ocasión, y con el propósito de adaptarse a las circunstancias, las pruebas se han celebrado íntegramente en las instalaciones de la Escuela en Gelves (Sevilla).

“Mientras que en años anteriores, los aspirantes se enfrentaban a pruebas físicas más generales, este año se han enfrentado a situaciones lo más realistas posibles y relacionadas con situaciones de emergencias. Se les ha puesto en situaciones de estrés y presión ambiental. Esto nos ha permitido ver su capacidad de reacción. Se les ha puesto a prueba para ver si soportaban la tensión de lo que iba a ser su trabajo en un futuro”, explica la profesora Saray Toro. “En este sentido, han realizado ejercicios con el maletín polivalente, la bomba de oxígeno, subir a un edificio cargado de material, hacer masajes cardiorespiratorios, realizar la asistencia y valorar sus capacidades físicas”.

También ha habido una carrera de velocidad, pero con ella se ha querido comprobar si los aspirantes tenían fondo y resistencia para trabajar con los materiales que se utilizan estos sanitarios a diario.
“En mi opinión, este cambio ha sido positivo, porque a través de las nuevas pruebas hemos podido valorar tanto la capacidad física de los aspirantes como su actitud”, señala Saray Toro.

Para poder cumplir con las normas anticovid, especialmente en lo que respecta a la distancia de seguridad, y teniendo en cuenta que este año, especialmente durante los dos primeros meses, habrá más cursos, ya que a los ordinarios de este año se suman los dos másteres que no pudieron concluir el pasado año, SAMU ha ampliado el número de aulas y ha instalados una decena de iglús para poder impartir clases a grupos reducidos. Además, muchas de las clases prácticas se realizarán al aire libre en lugar de dentro de las aulas, siempre que el tiempo lo permita.

Andrés Rodríguez Holst Escuela SAMU

Andrés Rodríguez Holst, ‘team manager’ de la misión El Salvador: “Mi vida cabe en dos maletas”

El enfermero e instructor de Escuela SAMU Andrés Rodríguez Holst (1986, San José, Costa Rica) se pone al frente como ‘team manager’ del equipo de 30 sanitarios de SAMU que ha viajado a El Salvador para prestar asistencia sanitaria por la Covid-19. Rodríguez ha convertido su trabajo en su modo de vida y El Salvador será su misión humanitaria número 13.

—¿Cuándo y por qué decidió dejar los bosques tropicales y la costa caribeña de Costa Rica por España?
—Llegué a España el 15 de octubre de 2014 con una beca del Banco Interamericano de Desarrollo para estudiar el máster de Enfermería de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU. Tras graduarme, trabajé en el Hospital público de San Juan de Dios y fui profesor en la Universidad de Costa Rica, pero quería seguir formándome, sobre todo en logística sanitaria y acción humanitaria. Entonces sólo había dos másteres de estas características en el mundo, uno en Noruega y otro en Sevilla, el de SAMU. Así que me viene a España.

—¿Su intención era volver a Costa Rica una vez finalizado el máster?
—Yo voy donde me lleve el viento. A mi la vida me cabe en dos maletas. Además, estando en Europa comencé a colaborar con Médicos Sin Fronteras, por lo que me muevo mucho.

—Actualmente es profesor en Escuela SAMU, donde usted mismo se formó, y es el coordinador del módulo de Acción Humanitaria del máster de Enfermería. ¿Qué suelen esperar los alumnos de este módulo?
—Por lo general, las personas tienen una visión muy pasional y romántica de la acción humanitaria. Piensan en lo guay que es ser viajero del mundo y lanzarse a la aventura. Eso es lo que les llama la atención. A mis alumnos, cuando les presento el módulo nunca les cuento dónde he estado y qué he hecho, no me gusta ir alardeando, por lo que mis estudiantes, al principio, se muestran un poco escépticos. No esperan mucho y creen que es una chorrada de módulo. Pero al final, cuando nos metemos de lleno y profundizamos en la acción humanitaria, salen muy contentos. Alumnos que han llegado diciendo que su meta en la vida era tener una interinidad en el SAS han salido diciendo que quieren hacer una misión.

—¿Algunos de sus alumnos han ido a alguna misión humanitaria?
—Sí, hay varios que han mostrado interés y han realizado misiones con Cruz Roja, Save the Children, Médicos Sin Fronteras, Enfermeros Sin Fronteras o Bomberos Unidos Sin fronteras, entre otros.

—¿En su caso, cómo entró en contacto con la acción humanitaria?
—En 2009 hubo un terremoto en Costa Rica, concretamente en Cinchona. Necesitaban enfermeros instrumentistas, ya que había muchos traumas, y había que organizar aquello, y allá que me fui. Esa fue mi primera misión fuera de casa. Fui con Cruz Roja y, a raíz de aquello, hice contactos y empezaron a llamarme para otras acciones. Ya en España, en 2016, Médicos Sin Fronteras contactó conmigo para participar en el desarrollo de una unidad quirúrgica, un proyecto humanitario piloto de vanguardia, y ahí sigo.

—¿Cómo logra compaginar su trabajo como enfermero y profesor con sus numerosas colaboraciones humanitarias?
—Hasta el pasado año, dedicaba mis vacaciones de verano a trabajar con Médicos Sin Fronteras. Este año con la Covid-19 no ha sido posible.

—¿Cuántos años lleva sin disfrutar de unas relajadas vacaciones veraniegas?
—(Se ríe) Pues unos tres años, pero eso no significa que no descanse. Cojo días sueltos a lo largo del año. Por ejemplo, en diciembre estuve en una boda en Costa Rica y unos días antes de que se declarara el estado de alarma en España, también estuve en mi país. De hecho, estando allí se registró el primer caso de Covid en Costa Rica y estalló todo en España.

—Este verano se va a El Salvador como team manager de un grupo de intervención de catástrofes de SAMU. ¿Cómo surgió esta misión humanitaria?
—Debido a la crisis sanitaria que está atravesando El Salvador a causa del coronavirus, el Ministerio de Salud salvadoreño envió a principios de julio al doctor Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU, una petición de ayuda para dar apoyo asistencial al recién inaugurado Hospital Nacional El Salvador, en la capital. La misión durará un mes y nos vamos el 29 de julio.

—¿Cuántas personas forman este equipo de intervención?
—Somos 30 personas, entre médicos, enfermeros, técnicos de emergencias sanitarias, auxiliares de enfermería y una psicóloga. Diecisiete de estos treinta sanitarios pertenecen a la plantilla de SAMU. El resto ha sido seleccionado tras un llamamiento que hicimos a través de las redes sociales.

—¿Cómo ha sido el proceso de selección de profesionales?
—Lo primero que hemos valorado ha sido la predisposición. Todos se pusieron en contacto con nosotros, no al revés. En total recibimos 127 solicitudes. A todos ellos les mandamos un correo electrónico explicando los objetivos de la misión y lo duro que iba a ser el trabajo allí. Tras este correo, 40 mostraron interés en continuar con el proceso. Es lo que hemos hablado antes, esa visión pasional de la acción humanitaria, pero en el fondo la gente no quiere darse la paliza.

—¿Qué aspectos se han tenido en cuenta para seleccionar al equipo?
—Los perfiles profesionales, los currículos y, sobre todo, la experiencia con Covid-19. También se ha dado prioridad al personal de SAMU.

—¿Se lleva a algún exalumno de Escuela SAMU?
—Sí, me llevo a cinco exalumnos del máster de Enfermería y a cuatro del curso de TES. Todos ellos contactaron conmigo.

—Una vez en El Salvador, ¿cuentan con algún enlace en España en caso de que surja algún problema?
—Nosotros lo llamamos gabinete de crisis y está formado por personal de SAMU íntegramente. La mayoría de estas personas tienen experiencia en el trabajo con Covid-19, como por ejemplo Andrea Luis, que formó parte del equipo de mando del dispositivo del Hotel Alcora en Sevilla, que atendió a personas mayores contagiadas.

—¿Qué se van a encontrar en El Salvador cuando lleguéis?
—Todo es un poco incierto aún. El Gobierno salvadoreño abrió recientemente un hospital con capacidad para mil camas y necesitan ayuda asistencial ante la grave crisis sanitarias que estamos viviendo. A principios de julio, los datos oficiales eran de más de 8.000 personas contagiadas y 209 fallecidos. El 87% de los casos se concentran en la capital. No obstante, amigos y conocidos de la zona me cuentan que la situación es bastante caótica. Hasta que no lleguemos allí no sabremos a qué nos vamos a enfrentar.

—¿Qué es exactamente lo que os pide el Gobierno de El Salvador?
—En concreto, nos piden tres cosas: adiestrar y formar al personal local, ayudar en la organización y ofrecer apoyo asistencial.

—¿Qué supone para SAMU esta misión humanitaria con un grupo de intervención tan numeroso?
—Ésta es la primera vez que SAMU envía un grupo tan grande a una misión. En otras misiones como en Filipinas fueron varios contingentes de unas diez personas cada uno, pero no coincidieron todos allí. La acción humanitaria contemporánea es eso, llevar grupos numerosos de entre 30 y 50 personas, que sean autosuficientes y capaces de gestionar y organizar una situación de estas dimensiones. Con nuestra participación en El Salvador demostramos que SAMU tiene la capacidad y el nivel para estar en las grandes ligas de la acción humanitaria.

—En España, cada días son más numerosos los brotes. ¿Está SAMU capacitado para hacer frente a una segunda ola en España y mantener una misión humanitaria de gran escala en El Salvador al mismo tiempo?
—Sí, SAMU tiene capacidad para ello. La limitación más grande son los recursos humanos. En el caso de El Salvador, no todo el mundo está dispuesto a irse un mes fuera de su casa y a otro país, y más con todo lo que está sucediendo. No es lo mismo combatir una enfermedad como ésta en El Salvador que en casa, por lo que sigue habiendo profesionales cualificados en España para dirigir de nuevo dispositivos de pacientes con Covid-19 si fuera necesario.

—¿Podría nombrar otras misiones importantes en las que ha participado SAMU?
—En los últimos diez años, SAMU ha estado presente en Filipinas, Nepal, Marruecos, Haití, Calais (Francia) y Lorca (España). Con anterioridad al año 2000, SAMU ha realizado importantes misiones en puntos como Irán o Bombay (India).

—En su caso personal, ¿en cuántas misiones humanitarias ha participado?
—El Salvador será la número 13. Las que más me han marcado han sido Siria y Libia, porque eran zonas en guerra; y también Calais (Francia), porque fue la primera vez que trabajé con refugiados. Calais fue especial y distinto porque yo estaba acostumbrado a misiones de catástrofes y desastres naturales, y aquí fue la primera vez que estuve en un campamento de refugiados. En los desastres naturales la gente lo pierde todo, hay mucha ansiedad, muchas personas en shock, con conmoción. En Calais era diferente, eran personas sometidas a mucha presión desde hacía mucho tiempo y que estaban desgastadas emocional y físicamente.

—¿Podría explicarnos, desde su experiencia, cómo es trabajar en una zona en guerra?
—He tenido la suerte de estar en acciones humanitarias de diversa índole: desastres naturales, emplazamientos humanos, conflictos civiles, conflictos militares. Cada una tiene sus propias características y hace que las personas se comporten de manera diferente y tú también actúas de manera distinta. En Siria fue la primera vez que estuve en una guerra, un conflicto militar. Vi otra cara de la humanidad. En Libia, el conflicto era civil, mucho más caótico y desorganizado. Arrasan con todo. Tienen a niños de 13 y 14 años con una AK-47 y se creen muy hombres porque tienen esa pedazo de pistola. Libia es un sitio que está olvidado, eso es tierra de nadie. He visto cosas terribles e innombrables.

—En todas estas misiones, ¿ha temido alguna vez por su vida?
—Sí, pero con el paso del tiempo, cada vez tienes menos miedo. Hace mucho que tengo muy interiorizado que si aquí me muero, aquí me muero. No me entrego a la muerte, pero uno sabe dónde se mete. En pocas ocasiones he pensado ‘aquí termina todo’, pero alguna que otra ha habido.

—¿Cómo se prepara para hacer frente a estas situaciones?
—En Médicos Sin Fronteras te preparan mucho psicológicamente en el manejo de situaciones en un entorno hostil. Hay ocasiones en las que tienes que saber cuándo tienes que agachar la cabeza. Hay sitios que por mirar mal a alguien te apuntan con una pistola.

—Antes de la crisis sanitaria, ¿tenía destino cerrado para este verano?
—Sí, Yemen. Tenía que haberme ido el 15 de julio. Ahora todos los esfuerzos se centran en combatir la Covid, todo lo demás se ha parado.

Escuela de Oficios Nativos Digitales

La Escuela de Oficios amplía su oferta con habilidades digitales

La Escuela de Oficios SAMU, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), impartió en julio tres talleres prácticos sobre nuevas tecnologías a jóvenes desempleados de entre 14 y 30 años: Diseño de Aplicaciones Móviles, Diseño Gráfico y Community Manager. Esta iniciativa formativa de carácter gratuito se enmarca dentro del programa Nativos Digitales y ha recibido una magnífica acogida: 200 jóvenes interesados en trabajar en el sector de las nuevas tecnologías han llenado las plazas ofertadas en esta primera edición.

El 16 de julio, el director del IAJ, David Morales Zamora, acudió a la Escuela de Oficios de SAMU con motivo de la inauguración del programa formativo. Al acto también asistieron el subdirector del IAJ, Antonio José Redondo, y la directora del centro, Lourdes Vázquez, así como varios miembros de la dirección de SAMU.

Los tres cursos se impartieron de forma semipresencial (dos días online y uno presencial, que incluye la realización de prácticas), con una duración total de doce horas lectivas.

Así, del 14 al 17 de julio se desarrolló el primero de los cursos, el de Community Manager, en el que los alumnos adquirieron conocimientos sobre esta figura profesional y sus funciones más utilizadas, así como de las distintas redes sociales y cómo hacer una campaña creativa en Facebook.

Del 21 al 24 de julio se desarrolló el taller de Diseño Gráfico, dedicado a conocer los fundamentos básicos del diseño y ponerlos en práctica mediante un programa de diseño gráfico. Los alumnos aprendieron nociones de composición, teoría del color y tipografías, así como el manejo de las herramientas principales.

Por último, del 28 al 31 de julio se impartió el taller de Diseño de Aplicaciones Móviles, que tenía como finalidad descubrir los procesos y nociones básicas para crear una aplicación en plataformas de telefonía. Incluyó los módulos sobre el negocio de las Apps, diseño de aplicaciones y diseño de una aplicación básica.

“En la era digital, herramientas como las redes sociales, las aplicaciones móviles y el diseño gráfico cobran un papel muy importante en las empresas, ya que necesitan comunicar y desarrollar su actividad, productos o servicios. Las innovaciones en el campo de la informática y el diseño son constantes, haciendo que cada vez existan más herramientas tecnológicas disponibles y creando nuevas oportunidades laborales”, apuntan desde la Escuela de Oficios (EOF).

El Instituto Andaluz de la Juventud estableció a finales del año pasado un acuerdo de colaboración con la Escuela de Oficios SAMU con la finalidad de ofrecer a los jóvenes herramientas que favorezcan su autonomía y ayudarles a incorporarse con éxito al mercado laboral. En este sentido, el director general del IAJ, David Morales, expresó “la necesidad de crear y potenciar este tipo de acciones para la juventud, al objeto de dar una formación práctica que consiga su empleabilidad”.

El programa Nativos Digitales se enmarca en dicho acuerdo para fomentar la inserción laboral de los jóvenes andaluces.

La Escuela de Oficios (EOF) cuenta con un complejo de 18.000 metros cuadrados localizado en el municipio de Gelves (Sevilla) y dotado con diversos espacios para la realización de las prácticas profesionales. Dicha escuela ofrece una amplia oferta formativa en sectores y oficios con alta empleabilidad en España.

La EOF es una empresa social de SAMU, dedicada a desarrollar e impartir diferentes programas formativos a jóvenes en riesgo de exclusión social, con el objetivo de darles las herramientas necesarias para convertirse en adultos autónomos y responsables, así como favorecer su inclusión en el mercado laboral.

Los cursos ofertados hasta la fecha se han centrado en aquellos sectores y oficios que tienen alta empleabilidad en España (construcción, servicios sociales, hostelería, jardinería, entre otros) que se llevan a cabo a desde una perspectiva integradora ligada al contexto profesional, vinculando los aspectos teórico-prácticos y atendiendo a las distintas dimensiones de las competencias profesionales.
Los responsables de la Escuela de Oficios y el IAJ ya trabajan en la programación de nuevos cursos.

SAMU y el Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía firman un convenio de colaboración

SAMU ha firmado un convenio de colaboración con el Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía (ICPFA) para el desarrollo de actuaciones de interés común orientadas al avance del sistema sanitario así como al desarrollo profesional de los fisioterapeutas, y dirigidas hacia la mejora de la salud de los ciudadanos.

Este acuerdo, firmado el 15 de junio, fue ratificado por Carlos González de Escalada, director general de SAMU, y Juan Manuel Niebla Silva, presidente del Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía. En él se manifiesta el deseo por parte de ambas organizaciones de profundizar en sus relaciones y cooperar mutuamente para favorecer, mediante fórmulas de cooperación adecuada, el fortalecimiento y defensa de la profesión de fisioterapia en todos los ámbitos en que sea útil o necesario, con el fin último de mejorar la atención de la salud en todos los aspectos que la conforman.

Entre sus objetivos principales está el fomento de la calidad del personal de apoyo de las clínicas de fisioterapia a través de cursos de formación impartidos por SAMU, según detalla Juan González de Escalda, director del área de Emergencias de SAMU, presente en la firma del acuerdo junto a Carlos González de Escalada.

Este acuerdo marco incluye que la atención sanitaria prestada se perfeccione con programas de formación continuada para el profesional, con campañas de divulgación pública de las ventajas y beneficios de la fisioterapia que precisa el enfermo, en lo asistencial o a la persona sana, y en lo preventivo.

Así, ambas entidades colaborarán para difundir entre la sociedad todo tipo de información sobre la fisioterapia, y sus tratamientos a través de la creación de material gráfico específico. Además, se comprometen a fomentar la organización de jornadas formativas para sus miembros (colegiados y socios) y público en general (afectado o no) interesado.

En especial, el ICPFA llevará a cabo charlas y talleres con la intención de promover la participación de los fisioterapeutas en la promoción de la salud y así asegurar que los contenidos impartidos en estas actividades están actualizados y se basan en la evidencia científica disponible.

Unidad de Acogida Temporal de Emergencia (UATE) de Ceuta: misión cumplida

El 23 de abril fue el último día de actividad de la Unidad de Acogida Temporal de Emergencia (UATE) de la Ciudad de Ceuta, un recurso de atención a menores extranjeros no acompañados que Fundación SAMU, en concierto con el Gobierno de Ceuta, ha gestionado desde junio de 2019. El cierre de este centro, que atendía a unos 80 menores, ha supuesto la finalización de la relación laboral entre Fundación SAMU y sus 35 trabajadores, ya que los menores han sido reubicados en un nuevo espacio provisional que será gestionado por otra entidad y donde se pretende reubicar a todos los menores acogidos en Ceuta.

Fundación SAMU presentó a la Dirección General del Área de Menores del Gobierno de Ceuta un proyecto técnico para hacerse cargo de la gestión de todos los menores en un único espacio. Dicho proyecto proponía incluso una ubicación y una propuesta de instalaciones, con el enfoque integral de SAMU, que implica no sólo alojamiento y manutención, sino también servicios sociosanitarios, psicológicos, educativos o de inserción laboral, entre otros. El proyecto presentado por la Fundación SAMU estimaba que, para ofrecer un servicio de calidad, el centro debía dotarse con, al menos, 100 profesionales. Finalmente, el Gobierno de Ceuta desestimó la propuesta atendiendo a razones presupuestarias.

Fundación SAMU ha mostrado su agradecimiento a la positiva valoración que la consejera de Presidencia y Gobernación, Mabel Deu, ha realizado sobre los servicios de la entidad.

Además, la dirección de SAMU ha subrayado la “excelente labor” desarrollada por los 35 profesionales que han atendido este recurso, y que fueron contratados específicamente para este desempeño. Dicho centro tenía la consideración de recurso de emergencia y, por tanto, era de carácter temporal.

En todo caso, desde la Fundación SAMU se ha hecho un ofrecimiento al Gobierno de Ceuta, con “una actitud de mano tendida y colaboración”. “El balance de la Fundación SAMU en su relación con el Gobierno de la Ciudad Autónoma es impecable, y está en nuestra voluntad volver a colaborar en el futuro”.

Fundación SAMU es la entidad que más centros de protección de menores gestiona en España. Así, durante 2019, la Fundación atendió a más de 4000 menores no acompañados en 38 centros, con una plantilla movilizada superior a los 500 profesionales.

Talleres de EPI en Escuela SAMU: La importancia de la autoprotección

Más de 450 personas se han formado hasta la fecha en el curso de normas de seguridad y autoprotección para primeros intervinientes en zonas de riesgo biológico del virus SARS-CoV-2 puesto en marcha por Escuela SAMU en sus instalaciones de Gelves.

En una nueva acción para luchar contra la propagación del coronavirus Covid-19 en España, SAMU a través de su Fundación, hizo el domingo 22 de marzo un llamamiento público para reclutar voluntarios de diferentes categorías profesionales. En sólo dos días, más de 600 personas respondieron a la convocatoria, que se ha convertido en un enorme éxito.

Los voluntarios seleccionados se han formado junto con personal de SAMU en estos cursos cuyo contenido va desde el esencial lavado de manos hasta cómo ponerse y, lo que es más importante, cómo quitarse sin contaminarse un equipo de protección individual. Aquellos voluntarios con un perfil sanitario reciben una formación más específica a modo de recordatorio de sus conocimientos.
Una vez formadas, todas estas personas pasan a formar parte de una bolsa a la que recurre SAMU cuando es necesario incorporar personal para las distintas misiones de la organización, como traslado de pacientes, funciones logísticas o apoyo psicológico, entre otras acciones.

En total, se han celebrado 75 cursos en 32 días en los que se han formado a 453 personas de diferentes categorías profesionales. La mayoría de ellas (32%) son técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), seguido de enfermeros (11%), pero también hay técnicos de emergencias sanitaria, estudiantes de Medicina y Enfermería, terapeutas, educadores, monitores, conductores, personal de limpieza, costureras, personal de mantenimiento y logística, personal de lavandería y trabajadores sociales, entre otros.

Tanto el número de cursos que se celebraban al día como sus participantes ha ido disminuyendo conforme pasaban los días y los alumnos respondían más a perfiles concretos en función de las necesidades del momento. “Los últimos días hemos formado a tres curas, ya que muchos de los pacientes del Hotel Alcora y de la Residencia del Tiempo Libre de La Línea, todos ellos ancianos, son religiosos y reclamaban la presencia de un sacerdote”, explica Carlos D. Luján Martínez, miembro de Escuela SAMU. “Se ha formado incluso a una peluquera para que pudiera entrar en el Hotel Alcora y acicalar a los pacientes que recibían el alta médica”.

Otro dato interesante es el número de personas que se han ofrecido como voluntarios durante esta crisis sanitaria a través de la web de SAMU. Desde el 26 de marzo hasta el 23 de abril, SAMU ha recibido a través de su web 1.080 solicitudes de voluntarios de toda España. De este total, 854 provienen de Andalucía y 607 de la provincia de Sevilla. Una vez más, la mayoría de ellos son TCAE, seguidos de estudiantes de Enfermería y Medicina, trabajadores sociales y conductores.

SAMU y TESMA suspenden el Crisis Task Force 2020 por el Covid-19

La dirección del ejercicio Crisis Task Force 2020 (CTF), formada por máximos responsables de Escuela SAMU y Técnicos de Emergencias Sanitarias en Mallorca (TESMA), se ha visto obligada a aplazar sine díe su celebración como consecuencia de la crisis del coronavirus.

La primera fecha programada para este evento era los días 21, 22 y 23 de abril. Aunque se valoró posponer el simulacro al 9, 10 y 11 de junio, las circunstancias obligan a los organizadores a otear, como pronto, el último trimestre del año para llevar a cabo esta edición.

Crisis Task Force, uno de los ejercicios de simulación de urgencias y emergencias sanitarias más importantes del país, traslada este año por primera vez su sede de Andalucía a las Islas Baleares. De la mano de TESMA, la organización ha puesto en marcha un despliegue logístico, profesional e institucional del máximo nivel. Las entidades han valorado CTF como una oportunidad única para trabajar una metodología real de entrenamiento y de calibración de sus capacidades de respuesta ante cualquier situación de emergencia. Pero por ahora, habrá que esperar para hacerlo realidad.

“La situación nos desborda en un auténtico ejercicio interinstitucional y global. Estamos en una crisis inusitada, por lo infrecuente de su presentación, que es lo que ha desbordado todas las previsiones. Crisis Task Force hay que hacerlo porque hay que estar preparado para lo inesperado. Ése es el único objetivo que tienen nuestros ejercicios y por eso hoy os animo a mantener el entusiasmo para que en nuestra próxima edición podamos identificar qué hemos aprendido en esta situación tan inédita y agresiva. Tenemos que estar de nuevo en todo lo que signifique prepararse para lo inesperado”, ha subrayado el Dr. Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU.

La edición 2020 de Crisis Task Force cuenta con el apoyo de, entre otros, la dirección general de Emergencias 112, SAMU 061 de Palma GSAIB, Salvamento Marítimo, el Instituto Balear de la Naturaleza, la Universidad de las Islas Baleares, Cruz Roja, Protección Civil, Bomberos del Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Andratx.

José Antonio Rodríguez, ‘Sabiduría’, TES: “En SAMU llevamos años preparándonos para esto”

José Antonio Rodríguez (Sevilla, 1973) -conocido por sus compañeros como ‘Sabiduría’- formó parte el 21 de marzo del primer equipo de profesionales de SAMU que acudió a Madrid para colaborar en el traslado de mayores infectados por el Covid-19, misión en la que ha participado durante 25 días.

—Tras 25 días de duro trabajo en Madrid, ya está en casa. ¿Cómo ha sido la vuelta?
—He estado unos días en aislamiento de manera preventiva, ya que he trabajado casi un mes con pacientes infectados con coronavirus. Me han hecho las pruebas y los resultados han dado negativo. Pocas horas después de conocer el resultado, me fui a Escuela SAMU, donde trabajo desde hace más de un año en el área de logística.

—¿Por qué decidió presentarse voluntario para participar en la misión de apoyo a Madrid en plena crisis sanitaria?
—Mis compañeros dicen que me apunto a un bombardeo. Lo cierto es que hago mucho voluntariado y me gusta ayudar a los demás. Antes de entrar a estudiar en SAMU, ya colaboraba con Protección Civil. Yo soy así y mi familia ya está acostumbrada.

—¿Cuál fue su impresión al llegar a Madrid?
—Fue una sensación muy extraña. No reconocía la ciudad. Yo conozco Madrid en otras circunstancias, llena de gente y con atascos. Madrid estaba vacía. No había nadie en la calle. Los madrileños ya llevaban 10 días confinados cuando llegamos. Sabías que estabas en Madrid pero no la sentías.

—¿Cuántos profesionales eran en el primer contingente?
—Éramos tres personas, dos Técnicos de Emergencias Sanitarias y una enfermera. Fuimos un poco a modo de avanzadilla, como apoyo asistencial. No sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar, pero lo cierto es que antes de que llegáramos ya nos estaban esperando.

—¿A qué se refiere exactamente?
—Después de ocho horas de viaje, directamente, sin ni siquiera pasar por el hotel para dejar nuestras cosas, tuvimos que trasladar a tres pacientes contagiados desde las residencias de mayores en las que vivían hasta un hospital. En uno de los traslados tardamos una hora en llegar, y eso que no había tráfico. No conocíamos el terreno, utilizábamos el GPS.

—¿Cómo ha vivido estas situaciones a nivel personal?
—Ha sido una experiencia brutal, con muchos sentimientos encontrados. Tú tienes unas costumbres, una formación. En tu ser está atender a todo el mundo. Pero cuando llegas a un hospital y te echan para atrás a un paciente enfermo, te rompen tus esquemas. Cada vez que salías con la ambulancia era una aventura. Nunca podríamos habernos imaginado lo que ha ocurrido.

—¿Cuántos traslados realizaban al día?
—Depende. Había días en los que podíamos hacer tres o cuatro traslados y otros, siete. Lo malo era que no conocíamos el terreno, que nos movíamos por toda la Comunidad de Madrid y había trayectos muy largos.

—¿Cómo ha sido la relación con el resto de profesionales de Madrid? ¿Cómo les recibían?
—Muy bien. El SUMMA 112 nos ha apoyado mucho. También hemos tenido el respaldo de los bomberos y de la UME (Unidad Militar de Emergencias), con los que hemos colaborado en varias ocasiones. Nos conocían como los sevillanos, estábamos en todos lados. Nosotros teníamos la base en el mismo hotel donde nos quedábamos a dormir. Todos los que estábamos en el hotel éramos sanitarios que habían decidido dormir lejos de sus familias mientras durara la crisis por precaución. La Policía también venía a vernos, nos preguntaba si necesitábamos algo y nos ayudaba con la revisión de los vehículos.

—¿Cuál ha sido el momento más duro de esta misión?
—El día que clausuraron una residencia con 40 abuelos, 20 de ellos sin posibilidad de movilidad, y tuvimos que repartirlos entre hospitales y residencias de la zona. Ese fue un día de mucha tensión. Aunque, sin duda, los primeros días fueron los peores, cuando trasladabas a un abuelo a un hospital y al día siguiente preguntabas por él y había fallecido. Eso te desanimaba.

—¿Cómo conseguían animarse tras estas situaciones?
—El apoyo de los compañeros y de los vecinos ha sido fundamental. En estas situaciones es muy importante el apoyo de la persona que tienes al lado y yo he tenido suerte. A mi lado he tenido compañeros maravillosos.

—¿Sigue activa la misión?
—Sí, hay nueve compañeros que siguen en Madrid.

—Por curiosidad, ¿por qué sus compañeros le llaman ‘Sabiduría’?
—¿Se ha fijado en mi año de nacimiento? Yo entré en la Escuela para estudiar el curso de FP de TES hace unos tres años. Todos mis compañeros tenían veintipocos años. Yo era el padre de todos y empezaron a llamarme Sabiduría y con ese apodo me he quedado.

—¿Por qué decidió estudiar en Escuela SAMU?
—Me dedicaba a la osteopatía y la acupuntura. También estuve en Protección Civil y surgió la oportunidad de estudiar el curso de TES, que me interesaba mucho. Estuve viendo diferentes centros y cuando conocí las instalaciones de Escuela SAMU en Gelves lo tuve claro: dónde iba a estudiar mejor que aquí.

—¿Recomendaría a sus conocidos estudiar en Escuela SAMU?
—Mucho. De hecho, mi hijo de 16 años está estudiando allí ahora el curso de FP de Técnico de Emergencias Sanitaria, lo mismo que hice yo.

—¿Cree que la formación recibida ha sido la adecuada?
—Muchas veces, en los simulacros y acampadas, nos preguntábamos para qué nos iba a servir una formación de esas características a nosotros. Y aquí estamos, en plena crisis sanitaria de alcance mundial. El jefe [Dr. Carlos Álvarez] tenía razón. Siempre ha tenido visión de futuro. SAMU lleva años preparando a sus alumnos para una crisis así.

 

Captación de voluntarios: Una barrera solidaria contra la incertidumbre

En una nueva acción para luchar contra la propagación del coronavirus Covid-19 en España, SAMU a través de su Fundación, hizo el domingo 22 de marzo un llamamiento público para reclutar voluntarios de diferentes categorías profesionales. En sólo dos días, más de 600 personas respondieron a la convocatoria, que se ha convertido en un enorme éxito.

De todos los candidatos presentados, SAMU ha seleccionado a 60 voluntarios, en función de criterios de idoneidad, pertenecientes a los siguientes perfiles: médicos, enfermeros, técnicos de emergencias sanitarias, auxiliares de clínica, farmacia, estudiantes de Medicina, especialistas en logística, psicólogos, educadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, conductores, personal de mantenimiento, costureras y monitores.

Fundación SAMU ha habilitado un centro de recepción de voluntarios en la Escuela SAMU de Gelves (Sevilla). En grupos reducidos de en torno a diez voluntarios al día y con las máximas medidas de protección para garantizar la seguridad, los voluntarios van pasando por las instalaciones de la Escuela para recibir formación en autoprotección con el objetivo de que puedan incorporarse cuanto antes a las diferentes labores asignadas dentro de la organización.

La formación que reciben estos voluntarios va desde el esencial lavado de manos hasta cómo ponerse y, lo que es más importante, cómo quitarse sin contaminarse un equipo de protección individual. Aquellos voluntarios con un perfil sanitario reciben una formación más específica a modo de recordatorio de sus propios conocimientos.

Una vez formados, estos voluntarios se están incorporando a un retén al que recurrirá SAMU en el caso de que sea necesario personal para las distintas misiones de la organización, como traslado de pacientes, funciones logísticas o apoyo psicológico, entre otras acciones.

“Nos estamos preparando para una situación que puede empeorar. Todos deseamos que, en los días venideros, la situación mejore, especialmente en Andalucía. Pero SAMU, como institución, está trabajando también en otras comunidades como Madrid, donde la crisis se complica por momentos. Tenemos un equipo de profesionales trabajando ya allí, pero a veces éstos necesitan apoyo”, señala Carlos González de Escalada, director general de SAMU. “Esta formación es fundamental para preservar la seguridad de los voluntarios”.

SAMU agradece a todos los voluntarios su respuesta y ha hecho un nuevo llamamiento para seguir reclutando los perfiles más demandados: profesionales sanitarios o estudiantes de Medicina, de Enfermería, cuidados auxiliares de enfermería, auxiliares de geriatría, cuidadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales y logistas-conductores.

“Todo voluntariado y ayuda es bienvenida en estos momentos de crisis en los que es necesaria la implicación total de la sociedad. El proceso de selección continúa abierto a través de seleccion@samu.es”, apuntan desde Escuela SAMU.

Lourdes Vázquez SAMU

Lourdes Vázquez: “Vamos a cambiarle la vida a muchos jóvenes”

Licenciada en Pedagogía, Lourdes Vázquez (Fuente de Cantos, Badajoz, 1984) dirige desde su apertura en enero el proyecto de la Escuela de Oficios de SAMU. Durante su carrera profesional ha trabajado con menores en situación de riesgo social, personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta, y como orientadora de Formación Profesional.

—¿Cómo surgió el proyecto de la Escuela de Oficios SAMU? ¿Qué motivó su puesta en marcha?
—SAMU cuenta con numerosos centros de menores en acogida en todo el territorio nacional. La mayoría de estos jóvenes se encuentran en edad de preemancipación y no existen recursos suficientes para acoger a estos chicos cuando cumplen los 18 años. El proyecto de la Escuela de Oficios surgió de la necesidad de ayudar a este colectivo para su inclusión social y laboral, y de la preocupación y labor que realiza SAMU en darles las herramientas necesarias para que puedan llegar a ser personas adultas responsables y autónomas.

—¿No se trabaja este aspecto ya en los Centros de Inserción Sociolaboral de SAMU?
—Sí, pero con la Escuela de Oficios hemos querido dar un paso más en la formación de estos chicos, ampliando la oferta de los programas formativos, su duración teórica y práctica, y estamos trabajando para obtener la acreditación por parte de distintas entidades.

—¿Cuál es su labor como directora de este proyecto?
—Mi principal labor es de coordinación: tener en cuenta a todas las partes implicadas en el proyecto, diseñar los programas formativos que mejor se adapten al perfil de los alumnos, tener en cuenta la visión de los especialistas en cada sector, sentar las bases pedagógicas de la Escuela, apoyar y coordinar al equipo docente, y marcar los protocolos de actuación para que exista buena comunicación entre la escuela y los centros de inserción sociolaboral.

—¿Cuál es el principal objetivo de la Escuela de Oficios?
—El proyecto nace con la convicción de que es necesario desarrollar acciones que favorezcan la integración social y laboral de nuestros alumnos. El objetivo final es conseguir la contratación de los chicos en empresas colaboradoras.

—¿Cuál es el perfil de los alumnos?
—Son jóvenes de 16 y 18 años. Algunos tienen dificultades con el idioma, pero se están esforzando mucho, tienen muy claro lo que quieren y están muy motivados.

—¿Qué tipo de oficios se enseñan en esta escuela?
—En enero arrancamos con dos cursos: auxiliar de albañilería y atención sociosanitaria a personas dependientes. Ahora estamos trabajando en los próximos cursos: auxiliar de jardinería, mediador intercultural, auxiliar de cocina y soldadura.

—¿Cuál está siendo la actitud de los alumnos?
—Los alumnos están muy motivados. Los docentes me han transmitido que se muestran muy participativos, hacen preguntas, comparten sus experiencias, e incluso bromean en las clases, generando así muy buen ambiente. En algún momento, incluso les han pedido más material de estudio a los profesores. Se han adaptado muy bien a la escuela, son un grupo más en Escuela SAMU.

—¿Cómo transcurrieron los primeros días?
—Me quedo con la cara de los chicos el día de la inauguración. Se les notaba nerviosos e ilusionados, mirando lo que hacían otros alumnos en la escuela. Me encantaron las palabras de agradecimiento de uno de los chicos, en las que contaba su experiencia de vida y la oportunidad que suponía para él esta escuela.

—Tras dos meses, la primera promoción ya ha terminado su formación teórico-práctica. ¿Cuántos alumnos se han graduado?
—Se han graduado 10 alumnos en auxiliar de atención sociosanitaria a personas dependientes, y ocho en auxiliar de albañilería. Los alumnos están muy agradecidos, valoran mucho la formación, se sorprenden al conocer todo lo que hacen los profesionales en los centros y se han establecido unos vínculos muy bonitos entre profesores y alumnos.

—¿Dónde están desarrollando los alumnos sus prácticas profesionales?
—En centros de SAMU. Los alumnos de auxiliar de albañilería están colaborando en las obras de SAMU Wellness y las del centro ISL de Alcalá de Guadaíra. Por otro lado, los chicos de auxiliar en atención sociosanitaria están trabajando en la Unidad de Estancia Diurna de San Lucas y en la Residencia Santa Ana, ambos en Sevilla capital, y especializados en la atención de personas con discapacidad intelectual y/o trastorno de conducta. Los alumnos están muy implicados, muestran una actitud ejemplar, quieren colaborar en todas las tareas y aprender todo lo que pueden de los profesionales de SAMU. El feed-back de los tutores de prácticas está siendo muy positivo.

—¿Cómo está afectando el estado de alarma decretado por el Gobierno de España como consecuencia de la expansión del virus Covid-19 a la formación y las prácticas de estos chicos?
—Nuestros alumnos solo han podido disfrutar de dos semanas de prácticas. Al igual que en todos los centros educativos, hemos tenido que parar nuestra programación. Ahora mismo, los chicos siguen las programaciones de sus centros, no pueden salir. La escuela adaptará el calendario cuando todo esto acabe para que no pierdan esta oportunidad.

—¿Qué está significando este proyecto para usted?
—Es un proyecto que me enamoró desde el primer día. Es todo un reto que estoy viviendo con mucha ilusión. Si lo hacemos bien, vamos a cambiarle la vida a muchos jóvenes. Y a nivel profesional, me está ayudando a seguir creciendo y aprendiendo, tener experiencias nuevas, y a reilusionarme con el trabajo. Cuando sabes que con tu trabajo estás poniendo un granito de arena para ayudar a alguien, todo el esfuerzo merece la pena

—¿Cuáles son los retos futuros que se plantea la Escuela de Oficios?
—A corto plazo, nuestros retos son ampliar la oferta formativa y ofrecer los cursos a todo aquel que esté interesado en participar en nuestra formación. Y, a largo plazo, crear una amplia red de empresas colaboradoras para las prácticas y futuras contrataciones, y convertir nuestros cursos en certificados de profesionalidad.