Tratamiento de adicciones en la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness

La compleja relación entre las drogas y los trastornos mentales

Los datos estadísticos demuestran la alta tolerancia al consumo de sustancias psicoactivas, especialmente entre los jóvenes. Preguntamos a una experta de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness qué vinculación tienen las drogas más comunes con la aparición de cuadros psicóticos o trastornos afectivos. 

 

Con demasiada frecuencia, los jóvenes consumidores desconocen los efectos que las drogas pueden tener sobre su salud mental. Los datos son claros: España es de los países europeos donde más se consume. Las drogas con mayor prevalencia de consumo son el alcohol (77,6%), el tabaco (40,2%) y los hipnosedantes (12,0%), seguidos del cannabis (9,5%) y la cocaína (2,0%), según el Informe del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, elaborado con datos de 2015.

El alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida. Con los datos de 2015, el 62,1% lo había consumido en los últimos 30 días y el 9,3% diariamente en los últimos 30 días. La prevalencia de consumo de alcohol mantiene una tendencia estable y en niveles altos desde la década de los noventa. Otro dato: el 16,8% de los españoles de 15 a 64 años se emborracharon en 2015.

La ingesta abusiva de alcohol es más frecuentes entre los hombres de 15 a 34 años, el grupo de edad con mayor prevalencia de consumo de la mayoría de las drogas. Los hombres consumen más que las mujeres, y esa diferencia se acentúa en el caso de la cocaína, donde la proporción de hombres triplica a la de las mujeres, y en el del cannabis, que registra una diferencia de casi 8 puntos porcentuales. El inicio más precoz se produce con el tabaco y las bebidas alcohólicas (17 años), seguido del cannabis (18 años). Así, el 17,1% de los jóvenes de entre 15 y 34 años admite haber consumido cannabis en el último año.

Efecto de las drogas sobre la salud mental

¿Hay desconocimiento de los efectos del consumo sobre la salud mental? Según la doctora Irene Pérez Zapico, psiquiatra de la clínica de salud mental SAMU Wellness, en Sevilla, la respuesta es sí. “Falta conciencia de los efectos en los adolescentes” explica, refiriéndose al consumo de cannabis, y antes de matizar que ese desconocimiento está condicionado frecuentemente por el nivel socioeconómico y cultural. Pérez habla desde la experiencia, puesto que percibe en sus consultas un consumo “extenso y normalizado” de cannabis entre los jóvenes y advierte que ese consumo interfiere con frecuencia con trastornos mentales.

“Todas las drogas pueden tener algún efecto sobre la salud mental”, advierte la psiquiatra, que concreta, pueden desencadenar un trastorno mental o agravar un trastorno preexistente. Con frecuencia, están asociadas a trastornos afectivos (depresión, ansiedad…) y, en casos más graves, a trastornos psicóticos. Sin embargo, los efectos son variables según cada droga. Le hemos preguntado por las tres más frecuentes en España:

  • Alcohol: Éste tiene unos riesgos orgánicos por todos conocidos. Suele usarse como vía de escape y tiene un efecto directo de desinhibición. Sin embargo, el efecto posterior es depresivo. “Si hay un cuadro depresivo de base y se tiende al consumo del alcohol para desconectar, lo que hacemos es agravarlo”. Si no existe ese cuadro previo, puede desencadenarlo.
  • Cannabis: “Muchos estudios muestran la relación entre trastornos mentales psicóticos con el consumo de cannabis”, comenta la psiquiatra. Este artículo (pincha aquí) compila gran parte de esos estudios. La investigación Relación entre consumo de drogas y predisposición a tener desórdenes del espectro esquizofrénico, de los profesores de la Universidad de Almería García Montes, Zaldívar Basurto, Moreno Montoya y Flores Cubos, concluye que “las personas que muestran un perfil de consumo de riesgo al  alcohol y al cannabis también presentan niveles (puntuaciones) mayores de esquizotipia” (el conjunto de características de la personalidad relacionadas con la esquizofrenia). Otro estudio concluye que la presencia de un determinado genotipo (ATK1) influye en el riesgo psicótico asociado al cannabis. Todos estos estudios corroboran la experiencia práctica de la doctora Pérez: “La mayoría de pacientes jóvenes que ingresan por trastornos psicóticos tiene un consumo de cannabis asociado”.

Sin embargo, la relación entre el consumo de cannabis y los trastornos psicóticos (particularmente, la esquizofrenia) ha sido objeto de un largo e inacabado debate. El matiz es: ¿El consumo desencadena el trastorno o lo que ocurre es que muchas personas psicóticas acuden al efecto ansiolítico del cannabis? “La causa-efecto no está demostrada”, comenta la experta de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness. El consumo puede ser un también un desencadenante de que a largo plazo, un primer episodio psicótico evolucione hacia una esquizofrenia. No obstante, hay excepciones. “Es raro, pero hay personas muy susceptibles a los tóxicos que pueden presentar un episodio agudo o síntomas aislados, y que cuando se para el consumo desaparece”.

  • Cocaína: es un excitante que genera una adicción muy rápida. Incidir sobre el consumo y mantener la abstinencia es complicado, comenta la psiquiatra. “Por eso se relaciona a problemas de ansiedad y a cuadros depresivos“. También puede tener relación con patologías psicóticas.

Además del tipo de droga, la forma y regularidad del consumo influye en la afectación a la salud mental. “Si hablamos de cocaína, no es lo mismo un consumo de fin de semana asociado a alcohol y fiestas, que un consumo diario o habitual en una persona que lo usa como método de evasión y lo consume incluso en soledad”, explica la experta. En el caso del consumo de fin de semana hay que tener en cuenta la predisposición genética o biológica de desencadenar un trastorno mental. No obstante, Irene Pérez advierte: el consumo esporádico no elimina el riesgo de dependencia o de sufrir el síndrome de abstinencia y es, obviamente, la vía de entrada a un consumo regular y a la adicción.

¿Cómo funcionan las drogas en nuestro cerebro?

El sistema de recompensa, muy útil para nuestras funciones vitales, se basa en la segregación de una hormona, la dopamina. Las adicciones introducen una distorsión en ese sistema. La experta explica que hay personas “con tendencia a buscar la inmediatez de la satisfacción”. Pues bien, cuando existe una adicción el sistema de recompensa satisface de manera continua a la persona, que se siente bien y requiere más dopamina para mantener ese bienestar.

El problema es que la mayoría de las drogas actúan sobre áreas cerebrales alteradas en trastornos mentales. ¿Hay relación de causalidad? “En la práctica y es complicado establecer cuál es la causa de qué, sobre todo con un cuadro agudo”, comenta la especialista, que añade que la información que aporta la familia es clave. Para los pacientes puede ser difícil reconocer una adicción y un trastorno mental.

No hay que olvidar que el DSM-V (el último manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, validado por la OMS) recoge la propia intoxicación por sustancias y la abstinencia como un trastorno en sí mismo: un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental.

Tratamientos en la clínica de salud mental SAMU Wellness

Una vez diagnosticado el cuadro, ¿qué hacer? Aparte de los fármacos que generan un efecto adverso en caso de consumo, hay otros que inciden sobre el sistema de recompensa y pueden reducir el deseo. Pero además de los fármacos para el tratamiento de la adicción física, hay terapias individuales o grupales para abordar la dependencia psicológica.

En la clínica de salud mental SAMU Wellness el tratamiento se adapta a cada situación concreta y a la historia personal y familiar del paciente, individualizando las intervenciones. Si el episodio psicótico muestra un paciente fuera de la realidad se procederá al ingreso, siempre teniendo en cuenta el apoyo familiar. Una vez que se trata el episodio agudo y el tratamiento farmacológico permite una mejora, Irene Pérez comenta que “lo ideal es hacer algún tipo de psicoterapia” para mitigar y acabar con la dependencia psicológica.

SAMU Wellness dispone de un programa de hospital de día, muy útil para personas dependientes porque permite estructurar horarios, llevar la dinámica del día a día y alejarlas de contextos que pueden incitar al consumo. Hay una programación diaria de actividades, basada en talleres de terapias grupales, que cumplir con el objetivo de la clínica: funcionar como comunidad terapéutica.

Jornada Científica sobre el Apego en Sevilla

Fundación SAMU organiza una jornada científica sobre el apego

La Fundación SAMU, en colaboración con la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, la Fundación CEU San Pablo Sevilla y SAMU Wellness, organizará en octubre una jornada científica sobre el apego como vínculo afectivo en la que diferentes profesionales y expertos compartirán experiencias en infancia y adolescencia.

Este encuentro está dirigido a profesionales que trabajan en atención a la infancia en áreas como los servicios sociales, servicios psicojurídicos, equipos psicopedagógicos, personal docente o de salud mental (psicólogos, médicos, trabajadores sociales, titulado en enfermería, pedagogos, sociólogos, técnicos en educación infantil, educadores), así como todas aquellas personas interesadas en los contenido de las jornadas.

Entre los ponentes participantes destacan Sebastián Girón García, psiquiatra del Centro de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencia de Cádiz; Pepa Horno Goicoechea, responsable del departamento de Promoción y Protección de los Derechos de la Infancia de Save de Children; y la profesora de la Universidad de Sevilla Maite Román, del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, entre otros.

Las inscripciones están abiertas en la página web www.samucongresos. También es posible solicitar más información en info@samucongresos.es.

esquizofrenia clónica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness

Esquizofrenia: ¿Qué es? ¿Cómo se diagnostica? ¿Cómo mitigar sus efectos laborales y sociales?

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 21 millones de personas en el mundo. Muchos hemos escuchado historias de una persona con esquizofrenia más o menos cercana: un pariente lejano, el amigo de un amigo, una conocida. Sin embargo, a pesar de que afecta aproximadamente a tres de cada mil personas, sigue cubierta de un manto de desconocimiento. ¿Qué es? ¿Cómo se diagnostica? ¿Cómo tratar con un esquizofrénico? ¿Cómo mitigar los efectos de la esquizofrenia en las relaciones laborales y sociales? Planteamos estos y otros temas al Doctor Zoilo Fernández, psiquiatra de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness.

Dice la OMS, máxima autoridad mundial de la salud, que la esquizofrenia se caracteriza por “una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta”. Y cita entonces algunos ejemplos de experiencias comunes, como oír voces y los delirios. La esquizofrenia afecta más a hombres (12 millones) que a mujeres (9 millones) y sus síntomas se aprecian más frecuentemente entre los 16 y los 30 años, según Medline.

No existe un dato oficial de enfermos españoles diagnosticados de esquizofrenia, pero aplicando proporcionalmente los datos de la OMS rondarían los 150.000. Según el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) hay unos 400.000. Sin embargo, el doctor Zoilo Fernández, de la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness especifica que en estos datos suelen incluirse otros trastornos psicóticos que obedecen a causas muy diversas.

La OMS distingue tres tipos de síntomas:

  • Alucinaciones: oír, ver o percibir algo que no existe.
  • Delirios: ideas persistentes erróneas de las que el paciente está firmemente convencido incluso cuando hay pruebas de lo contrario.
  • Conducta extravagante: aspecto estrafalario, abandono del aseo personal, discurso desorganizado, vagabundeo, habla balbuceante.

Como recalca el doctor Zoilo Fernández, sólo un profesional de la salud mental puede diagnosticar la esquizofrenia. Aún hay un estigma asociado a esta enfermedad, lo que aconseja prudencia y minuciosidad en el diagnóstico. “Por darse en personas jóvenes, en momentos de maduración personal y de proyección de su futuro individual y social, las manifestaciones han de valorarse de manera muy minuciosa y por un equipo y en un tiempo suficiente de observación y estudio”, explica el experto.

La esquizofrenia es una enfermedad grave. La OMS resalta que las personas con esquizofrenia tienen entre 2 y 2,5 veces más probabilidades de morir a edad temprana que el conjunto de la población, debido generalmente a enfermedades físicas, como las cardiovasculares, metabólicas e infecciosas.

Sin embargo, el cine ha representado este trastorno con más o menos fidelidad a la realidad, y ha contribuido a deformar el concepto común de esquizofrenia. La obsesión artística que deriva en delirios en El Cisne Negro (Darren Aronofsky, 2011), la compleja brillantez del matemático John Nash en Una mente maravillosa (Ron Howard, 2001) y las visiones apocalípticas de Take Shelter (Jeff Nichols, 2011) son ejemplos recientes. Los trastornos esquizofrénicos han afectado también a algunos de los grandes genios de la pintura, como Van Gogh o Dalí, o de las letras, como Virginia Woolf. Esto no ha servido para conocer mejor la enfermedad y sus tratamientos, sino para rodearla de un cierto halo.

Causa desconocida y tratamientos de la esquizofrenia

Aunque la causa de la esquizofrenia sigue siendo desconocida, los expertos citan a la genética y los factores ambientales como factores probables. Zoilo Fernández explica que gracias a los avances en el estudio del genoma humano comienzan a identificarse “factores predisponentes o favorecedores de la aparición de la enfermedad”. Sin embargo, aclara: “En absoluto se han identificado los factores causales o etiológicos”. Es decir, el origen de la enfermedad.

Pese a que la esquizofrenia tiene un origen desconocido y sigue sin tener cura, es tratable gracias a la farmacoterapia y al apoyo psicosocial. “La enfermedad esquizofrénica tiene un origen multicausal y desde esa misma perspectiva hay que enfocar el abordaje de su tratamiento“, explica el doctor de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness, que aboga por un estudio bio-psicosocial del paciente, para ofrecer un tratamiento “global e integrador” que incorpore, según un objetivo terapéutico individual, la amplia variedad de avances farmacológicos o de técnicas de psicoterapia y de “movilización personal” que se pueden aplicar:

  • Nuevos fármacos o medicamentos clásicos.
  • Técnicas de psicoterapia de las diferentes corrientes asistenciales.
  • Trabajos, juegos, ocio, teatro, cultura, música, danza…

Como explica Zoilo Fernández, la evolución de la enfermedad dependerá más del tratamiento y la intervención que con la propia “identidad fisiopatológica intrínseca” de la esquizofrenia o su manifestación: “Es un hecho constatado la muy diferente evolución que puede tomar la enfermedad en un medio socio cultural bajo o alto, o la disponibilidad de recursos terapéuticos aplicados en unos casos u otros”.

La resistencia al diagnóstico

Hace unos años, El Mundo publicó un reportaje en el que personas con esquizofrenia “salían del armario”. Este era el término, porque hasta ahora la enfermedad suele ocultarse. En el texto se contaba la experiencia de Vicente Rubio, que había superado la esquizofrenia paranoide y daba charlas para animar a otros afectados. Sin embargo, no es lo habitual. Más de la mitad de quienes sufren una enfermedad mental no son conscientes de ello, según expuso el psiquiatra Fernando Cañas, del Hospital Rodríguez Lafora de Madrid, en una jornada organizada por #di-capacitados, una plataforma que busca desestigmatizar a quienes padecen estas enfermedades.

Esto tiene una consecuencia decisiva: los profesionales médicos y psiquiátricos deben tratar frecuentemente con gente que no asume que está enferma. Esto hace que la relación médico-paciente sea esencial. “Aunque se avance con fármacos eficaces y prodigiosos, si no está el soporte humano de quien instaura el tratamiento, en la confianza, en la autoridad de ciencia reconocida y en la disponibilidad para la ayuda no se conseguirán los objetivos de la curación”, comenta Zoilo Fernández.

Esto pasa por instituir un “vínculo” y evitar algunos errores comunes, como la “atomización de las intervenciones”; el cambio de profesionales en unos momentos caracterizados por la confusión y el sufrimiento; la variedad de diagnósticos; los tiempos de espera y, como destaca Zoilo Fernández, “las angustias no calmadas, o no entendidas ni por el paciente ni por la familia…”.

El estigma de la esquizofrenia

Además, hay que tener en cuenta que a las dificultades para el tratamiento se suma el hecho de que las personas que padecen esquizofrenia han sufrido históricamente un rechazo social que está aún lejos de desaparecer. “La sociedad se angustia ante la enfermedad mental. Se comprende. Lo asumimos hasta los propios trabajadores cuando convivimos con ellos. El bien supremo de la razón ha desaparecido transitoriamente. Pero no es para siempre ni definitivo”, explica el doctor Fernández, de la clínica SAMU Wellness.

El estigma de la enfermedad mental ha afectado históricamente de modo especial al ámbito laboral. Se estima que solo el 15% de los afectados por esquizofrenia en España tiene trabajo, el 35% lo busca y una parte de ellos (unas 2.500 personas) está ocupado en centros especiales de empleo, según este reportaje de El País. Según el estudio El paciente que padece un trastorno psicótico en el trabajo: diagnóstico y tratamiento (Adán, Del Pino, Huidobro, Gutiérrez, De Miguel y Gálvez), “la mayoría de estas personas que padecen psicosis, están desempleados o excluidos del mundo laboral y presentan importantes dificultades para acceder y mantenerse en puestos de trabajo remunerado”.

Por eso, el doctor Fernández aboga por romper la distancia que genera el estigma: “Si no abolimos la exclusión, si no ayudamos al paciente en su ser persona y en su crecimiento con sus dificultades, nunca lo recuperaremos. Se añadirá a su esquizofrenia un resultado y un final que no estaba incluido en la enfermedad”.

Mindfulness Sevilla clínica de salud mental SAMU Wellness

Mindfulness a fondo: qué es y para qué sirve

De un tiempo a esta parte, la práctica del mindfulness está de moda. Copa titulares, aparece en la oferta formativa de decenas de centros y universidades y se recomienda para solucionar los problemas más variados. Algo tendrá el mindfulness cuando su aplicación a los males modernos como el estrés, la ansiedad y la depresión crece cada día. Pero, ¿sabemos qué es? ¿Cuándo se aplica? ¿Para qué sirve? Hablamos con dos expertos en mindfulness, responsables del curso MBSR de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness -cuya segunda edición arranca el 25 de abril– e intentamos dar respuesta a estas y otras preguntas.

¿Qué es mindfulness?

Mindfulnesses, traducido literalmente del inglés, “atención plena”. En las sociedades modernas, nuestra atención salta de un punto a otro. Daniel Kahneman, psicólogo y Premio Nobel de Economía, cree que pasamos por unos 20.000 “presentes psicólogicos” cada día, lo que significa que abrimos una “ventana nueva” cada tres segundos. Esta acumulación de estímulos limita nuestra capacidad y puede llegar a saturarnos.

El mindfulness trata de despejar el ruido ambiental y emocional al que estamos sometidos. “Mindfulness nos entrena para centrarnos en la tarea, a través de una defusión cognitiva, nos ayuda a ser espectadores de nuestros pensamientos, tomar cierta conciencia de qué nos está pasando, qué sentimientos nos están viniendo y a dejarlos estar con nosotros “, explica la experta en salud mental Dulce Nombre Franco.

Ella es psicóloga y terapeuta en la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness. Además, es experta en mindfulness en práctica clínica y responsable del curso SAMU Wellness de MBSR, y nos explica que se trata de una terapia de tercera generación: si la primera generación se centraba en erradicar los síntomas de forma conductista, la segunda introdujo un enfoque cognitivo enfocado hacia los pensamientos, la tercera incorpora las interacciones de la persona con su contexto teniendo en cuenta su historia y circunstancias actuales.

¿Cuál es el origen del mindfulness?

La práctica viene de la meditación en la cultura oriental, aplicada en Occidente desde 1979 por Jon KabatZinn, profesor de Medicina en la Universidad de Massachussets. Según Kabat-Zinn, “El mindfulness no es un catecismo, una ideología, un sistema de creencias, una técnica o conjunto de técnicas, una religión o una filosofía. Como mejor podemos describirlo es como “una forma de ser y estar””.

Desde hace unos quince años, hay un movimiento para incorporar estas prácticas de meditación en las sociedades occidentales. Por ejemplo, un grupo constituido en el Parlamento británico trabajó durante más de un año en un programa para incorporar el mindfulness a las instituciones y servicios públicos en el Reino Unido. El resultado de ese trabajo es el informe MindfulNation UK, publicado en octubre de 2015.

Por razones obvias, el principal campo al que se está incorporando es la Psicología. La experta Dulce Nombre Franco destaca que el “mindfulness sirve como faro que nos alumbra algunas carencias, dificultades personales”. Por eso, en la práctica occidental de la escuela europea se despoja al mindfulness de los elementos religiosos que pudieran tener en la cultura oriental, para mantener la herramienta básica: la meditación.

¿Qué es el protocolo MBSR?

Dulce Nombre Franco es responsable del curso de mindfulness SAMU Wellness que arranca el 25 de abril, y especifica que este sigue el protocolo MBSR. Por sus siglas en inglés, “reducción del estrés basado en el mindfulness“. ¿Qué significa esto? Los instructores deben tener unas “horas de vuelo”, es decir deben practicar mindfulness antes de poder impartir una práctica. Además, el protocolo incorpora unas pautas comunes, como explica Juanma Conde, instructor del curso: “En todo el mundo se sigue el mismo protocolo, los mismos pasos, se imparte la misma materia y se realizan las mismas prácticas”. Conde pertenece a la escuela europea de mindfulness, la más extendida.

“Quien viene nota que algo está pasando en su vida, que no termina de encajar bien y necesita una atención. Quizá no lo relaciona con una patología o trastorno mental grave, pero ve que sus mecanismos de defensa no valen para reorganizar su circunstancia actual”. Es un inicio de transformación personal y conocimiento de sí mismo, comenta Dulce Nombre. Para realizar un curso de mindfulness no es necesario tener un diagnóstico clínico que aconseje un tratamiento psicológico sino, simplemente, “sentir una necesidad emocional, por una situación de estrés o vital, de reflexionar con respecto a su situación”.

¿Qué beneficios produce?

Como explica Dulce, con la práctica de mindfulnessse se pretende desarrollar una “mente de testigo”, “tener una conciencia de que este momento está pasando y relacionarme con él de otra manera”, sin juzgar. Juanma Conde enumera tres aspectos en los que una persona que realiza el curso puede notar mejoras:

  1. Produce bienestar mejorando la salud física y psicológica: el programa del curso de la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness está centrado en el desarrollo de la atención, pues uno de los elementos que más estrés nos genera es cambiar la atención de una cosa a otra continuamente. Ser capaces de controlar este impulso mejora el bienestar. Además, puede ayudar a mejorar la salud física y psicológica. Conde explica que con el mindfulness “dejamos de automatizar respuestas inadecuadas formuladas desde el estrés”. Al bajar el estrés, mejora la salud física y la psicológica.

En este sentido, hay que tener en cuenta que muchas personas tienden a la “rumiación”, a dar vueltas a las cosas generando miedo, rabia o inquietud. “El curso posibilita que las personas se dediquen un tiempo y tomen conciencia de qué les va bien y qué va mal. Como se toma conciencia de lo que ocurre, se generan hábitos más productivos, saludables y sostenibles”, explica Conde.

  1. Se desarrollan las capacidades como la gestión de las emociones, la comunicación y la toma de decisiones. “Mejora la capacidad para manejar la incertidumbre, ganar foco para tomar decisiones y no dejarse llevar por lo emocional”, asegura el instructor.
  2. Puede contribuir a mejorar las relaciones personales. Al reducir los niveles de estrés se facilita la conexión con el otro y con lo que ocurre alrededor. En palabras de Conde: “Hay un elemento importante, que es no juzgar, sino estar atento a la experiencia. Esto permite escuchar más la experiencia de los otros, lo que permite empatizar y generar confianza”.

Algunos expertos creen que, dada su reciente introducción en Occidente, faltan aún estudios que corroboren con certeza absoluta los efectos de la meditación. Hay, además, una dificultad metodológica para alcanzar una demostración empírica, como explica en este artículo de El País el neurólogo Daniel Martín Fernández-Mayoralas.

Sin embargo, ya han aparecido trabajos que muestran la correlación entre la práctica de mindfulness integrada con terapias cognitivo-conductuales y la reducción de las recaídas en la depresión. Es el caso de este estudio publicado en el Journal of Consulting and ClinicalPsycology (pincha aquí). Este otro estudio de revisión de 47 ensayos de meditación, con 3.515 participantes en total, mostraba que el mindfulness podía producir mejoras moderadas en la ansiedad, el estrés y la depresión. Este meta-análisis muestra “efectos clínicamente significativos” sobre la ansiedad y la depresión.

Como recuerda en un artículo el propio Kabat-Zinn, la OMS señala que las enfermedades mentales serán las más comunes en los países desarrollados en 2030. Para avanzar en el desarrollo de herramientas como el mindfulness se necesita complementar su gran popularidad con un soporte científico suficiente, que permita separar las buenas prácticas y los programas basados en la investigación de calidad de lo que él denomina McMindfulness.

El curso mindfulness en SAMU Wellness

Hay un elemento que distingue el curso de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness de otros. Junto al instructor, en SAMU Wellness siempre habrá un experto en práctica clínica presente. Es decir, un psicólogo o terapeuta. Como explica Dulce Nombre Franco, se trata de “sostener las emociones que se generan durante el curso”. En ocasiones mindfulness puede ser una llamada al emergente inconsciente, para lo cual es necesario ser terapeuta habilitado. “De esta forma, cuando aparece una dificultad, un movimiento de determinadas emociones, se atenderá desde una práctica profesional”, añade.

El programa consta de ocho sesiones de dos horas y media y una sesión de práctica intensiva en silencio de ocho horas, con grupos de unos veinte alumnos. “Los alumnos aprenden a ver cómo se forman sus emociones, y entrenan los funcionamientos más saludables”, comenta Conde. Se trata, al fin y al cabo, de posibilitar que las personas se dediquen un tiempo y tomen conciencia de sus dificultades personales y experiencias vitales que le llegan a esta situación actual. De ese modo, dispondrán de mejores herramientas para reducir el estrés y la ansiedad.

La primera edición se celebró el pasado 31 de enero. Dado su éxito y buena acogida, la clínica de salud mental SAMU Wellness acogerá una segunda edición a partir del 25 de abril. El plazo de inscripción para este nuevo curso ya está abierto. 

Maribel Álvarez Leiva

Maribel Álvarez: “La formación en igualdad para todo el sector sanitario es clave”

Desde octubre, Maribel Álvarez Leiva (San José de la Rinconada, Sevilla, 1957) ostenta el cargo de presidenta del Comité de Igualdad de SAMU, rol que compagina con sus funciones como directora de posgrados de la Escuela SAMU y subdirectora de la Clínica de Salud Mental en Sevilla Samu Wellness.

—¿Qué significa SAMU para usted?
—Para mí, SAMU es una gran escuela. Es una empresa familiar en la que he trabajado mucho y que me motiva laboralmente. Me aporta ilusión a la hora de emprender nuevos proyectos y, lo más importante, me ofrece un aprendizaje continuo .

—¿Cuándo se incorporó a SAMU?
—En 2004 , cuando se abrió la residencia de mayores San Isidoro, en el centro de Sevilla. Yo soy enfermera y mi función era apoyar a la dirección en el montaje de la unidad de enfermería. Ahora tengo varias funciones, estoy en varios sitios. En la Escuela SAMU me encargo de la dirección de los posgrados y en la clínica de salud mental SAMU Wellness, de la subdirección del centro. También soy responsable de la gestión y puesta en marcha de los nuevos proyectos de SAMU hasta que dan sus primeros pasos.

—Recientemente ha sido nombrada presidenta del Comité de Igualdad de SAMU. ¿Cuándo se creó este comité?
—Se configuró en octubre de 2017 a raíz de la elaboración por parte de la empresa de un Plan de Igualdad y está formado por nueve personas, cinco mujeres y cuatro hombres. SAMU está muy comprometido con la igualdad de oportunidades y era necesario establecer un instrumento que incorporara este compromiso en el funcionamiento y gestión diaria de SAMU.

—¿Cuáles son los principales objetivos de este comité?
—Velar para que en la empresa se cumpla el principio de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombre, y sensibilizar a la plantilla sobre la importancia de incorporar la igualdad de oportunidades en la política de la empresa y la necesidad de que los trabajadores participen activamente en el desarrollo de las diferentes fases que va a poner en marcha el Plan de Igualdad y velar por el cumplimiento de dicho plan, entre otros.

—¿Cuáles son las principales demandas de la plantilla de SAMU en este sentido?
—Lo primero que hice como presidenta de este comité fue realizar una encuesta entre los trabajadores que nos permitió saber qué opinan sobre la igualdad en la institución y ver en qué debemos mejorar. Los resultados de esta encuesta mostraron una alta demanda en formación en igualdad por parte de los trabajadores.

—¿Y qué opinan los empleados?
—Un alto porcentaje cree que el lenguaje que se utiliza no es sexista, que se contrata y promociona a los trabajadores en igualdad de condiciones, que no existen desigualdades retributivas por razones de género y que la empresa favorece la conciliación familiar y laboral. Aunque, como contrapartida, opinan que los criterios de promoción no se hacen suficientemente públicos y que existen dificultades para el acceso de la mujer a puestos directivos. Además, proponen el fomento de actividades deportivas dirigidas a las mujeres residentes en los centros de la Fundación SAMU y la elaboración de un procedimiento público de promoción interna basado en la meritocracia.

—¿Cuántas mujeres forman parte de la plantilla de SAMU?
—En Grupo SAMU, las mujeres representan el 50,93% del total de trabajadores. Este porcentaje es mayor en la Fundación SAMU, que engloba los centros de menores y las residencias de personas con discapacidad. Aquí el dato es del 73,23%.

—¿Cree que existen desigualdades en el sector sanitario en general?
—No creo que haya desigualdades por razón de género en el sector sanitario ni en el ámbito de las emergencias, aunque en el campo de los Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) si se ven más hombres que mujeres trabajando. Uno de los motivos creo que puede ser el tipo de trabajo que estos profesionales desarrollan, más físico, como el traslado y transporte de pacientes, y por el hecho de que pocas mujeres disponen del carné necesario para manejar ambulancias.

—¿Qué aspectos cree que deben mejorar dentro del sector sanitario?
—Para mí es clave la formación en igualdad de todo el sector, desde la dirección hasta el último trabajador, así como la realización de una fotografía de la opinión de los trabajadores de la empresa. De este modo, se podrá crear conciencia en igualdad y mejorar los aspectos que cada sector considere oportuno.

Deporte salud mental en SevillaDeporte salud mental en Sevilla

SAMU Wellness participa en las VIII Olimpiadas Unidos por el Deporte y la Salud Mental

Pacientes de la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness participaron el pasado martes 20 de marzo en la primera sesión de las VIII Olimpiadas Unidos por el Deporte y la Salud Mental, llevadas a cabo en las instalaciones del Espacio Deportivo Arjona y el Club Piragüismo Triana con el objetivo de motivar a las personas que padecen un trastorno mental grave a la práctica de actividades deportivas y concienciarlas de sus beneficios para la salud mental.

El equipo de la clínica SAMU Wellness, compuesto por profesionales y pacientes del centro, participaron en las diferentes actividades propuestas por la organización durante toda la mañana, que iban desde un taller de biozanza a la práctica de piragüismo. Más de 150 personas participaron en esta jornada organizada por Faisem (Fundación Andaluza para la Integración Social del Enfermo Mental), entre otros.

Así, la masterclass de Biodanza permitió a los asistentes a dejarse llevar por los sentimientos provocados por la música y expresar con el cuerpo sus emociones. Tras un breve descanso para reponer fuerzas miembros de diferentes asociaciones y centros participantes se unieron para jugar al Ringol, modalidad deportiva inclusiva que fomenta la máxima participación. Los espectadores del campo fueron testigo de cómo los miembros de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness cooperaron para defender su equipo mientras disfrutaban del juego.

Por último, los usuarios  más atrevidos se sumaron a la actividad de las canoas de la mano del Club de Piragüismo Triana. El esfuerzo de los miembros del equipo sevillano obtuvo su recompensa con la victoria ante el equipo de Almería.

En mejora de los pacientes de SAMU Wellnes y las personas que padecen un trastorno de enfermedad mental en general, se apoya la práctica deportiva por su beneficio para la salud mental y el bienestar tanto físico como emocional que proporciona, siendo por todo ello una práctica terapéutica. Desde la dirección de SAMU Wellness, agradecen a los organizadores del evento hacer al centro y a sus pacientes participes de la jornada.

Acuerdo clínica de salud mental en Sevilla y Cáritas

Cáritas y Fundación SAMU acuerdan colaborar en la atención de familias sin recursos con problemas de salud mental

Un segundo convenio incluye apoyo educativo y lúdico para los menores del centro Miguel de Mañana por parte de Cáritas

Cáritas Diocesana Sevilla y Fundación SAMU han firmado dos convenios de colaboración que permitirán apoyarse mutuamente en el desarrollo de sus proyectos. El primero de estos acuerdos establece una atención psicológica y psiquiátrica totalmente gratuita por parte de los profesionales de la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness Miguel de Mañara a familias sin recursos económicos y con problemas de salud mental acogidas y acompañadas por los voluntarios de Cáritas parroquial San Juan Pablo II, en Dos Hermanas (Sevilla). Estos derivarán a la clínica a aquellas personas que estén bajo su protección y en las que detecten algún problema de salud mental.

Por otro lado, en base a un segundo acuerdo, Cáritas ofrecerá apoyo de voluntariado al centro de Menores de Miguel de Mañara, también en Dos Hermanas. El convenio incluye trabajo voluntario con menores, apoyo extraescolar, actividades lúdicas y deportivas y la participación de los menores del centro residencial en el campamento de ocio y tiempo libre programado por la Parroquia San Juan Pablo II.

En la firma de ambos convenios estuvieron presentes el director general de Fundación SAMU, Carlos González de Escalada; el director de Cáritas Diocesana Sevilla, Mariano Pérez de Ayala; el presidente y la directora de Cáritas Parroquial San Juan Pablo II, Adrián Ríos y Eloísa Padilla, respectivamente.

Los documentos firmados, con una vigencia de dos años prorrogables, también establecen la elaboración conjunta de un calendario de actividades que incluya actos, conferencias, foros y cursos de formación, entre otras.

La clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness es un recurso terapéutico y hospitalario de la entidad Fundación SAMU gestionado a través de la compañía Servicios de Asistencia Médica de Urgencia, S.A., dedicado al tratamiento integral de la salud mental. Este proyecto aboga por la atención biopsicosocial e integral del paciente, proporcionando servicios sanitarios, procesos terapéuticos y programa individualizados y grupales en la atención a la salud mental de las personas. La Fundación SAMU cuenta con un equipo interdisciplinar de profesionales especializados en salud mental a través de un enfoque inclusivo e integral de la persona.

Gabriel Cruz clínica salud mental en Sevilla

“Nuestros comportamientos, aunque sean aberrantes, execrables, terroristas o inhumanos, no son fruto de una enfermedad mental”

Artículo de opinión del doctor Zoilo Fernández, psiquiatra de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness desde su apertura en 2017. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, durante su extensa carrera destaca su paso como director del Hospital Psiquiátrico de Teruel y del Instituto Psicoanalítico de Zaragoza, además de su trabajo en la unidad de salud mental del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y como jefe de área de Rehabilitación en el Instituto Andaluz para la Reforma Psiquiátrica.

 

El pececito

Si psiquiatrizamos el comportamiento humano, las cárceles no serían tales, serían hospitales psiquiátricos.

La racionalidad de las manifestaciones de la asesina confesa de Gabriel Cruz y la inteligencia desarrollada en la presumible ocultación de las pruebas que le inculpan, nos hace pensar en la existencia de una conducta asocial, no relacionada con una alteración de las facultades mentales de Ana Julia Quezada, al menos inicialmente. Este tipo de conductas, pese a la primera reacción que podamos tener como espectadores, no requieren tratamiento psiquiátrico y sí precisan de la aplicación de las normas fijadas por la sociedad para este tipo de conductas.

Nuestra sociedad, en su evolución, en su cultura, en el sentir y vivir democrático de las personas que la integran, ha elaborado normas con rango de leyes. Estas normas son escritas, fijadas y aplicadas en su ejecución por quienes nos representan en esa labor; y siempre en el ámbito de los derechos humanos, de la dignidad y de la justicia.

A todas las conductas humanas podemos encontrarle un porqué, bien sea psicológico, sociológico o de otra índole; hasta por qué yo soy psiquiatra y usted, lector, tiene cualquier otra profesión.

Nuestros comportamientos, aunque sean aberrantes, execrables, terroristas o inhumanos, no son fruto de una enfermedad mental. Son el resulta de nuestra condición humana: biografía, historia, sociedad, carencias, genética, frustraciones, anhelos… Y aun más: religión, cultura, ideología, fanatismo…

Esta realidad no se puede reducir a un simple diagnóstico de una patología mental, y a un tratamiento de una enfermedad psiquiátrica.

El hombre es un ser social en armonía con su individualidad. Aprendemos a distinguir lo bueno de lo malo; dónde terminan los derechos de uno y dónde comienzan lo de los otros. Ya en nuestro código genético está grabada esa condición de ser social. Con el desarrollo afectivo en la infancia, con la educación y con la integración sociolaboral, llevamos a sus últimas consecuencias nuestra condición de individuos sociales.

Si siendo adultos no contenemos y adecuamos nuestros impulsos, ahí está la sociedad para preservarse y preservarnos de los actos.

El sujeto único

Ante un acontecimiento, una imagen o una situación que genere un impacto emocional a nivel individual, una comunidad local, nacional, internacional e incluso mundial, me atrevería a decir, puede responder como un individuo único. Este fenómeno se ha visto muy favorecido por las redes sociales y mediáticas. Una comunidad con un solo oído, una sola voz y un único sentimiento expresado a través de la red:

Gabriel, el pececito.

El niño en los brazos de un voluntario en la isla de Lesbos

La pareja en el pantano…

La masacre en Siria

La noticia tiene que ser novedosa y sorpresiva, y además debe ser impactante desde el punto de vista de los sentimientos. Si la imagen se repite, el efecto emocional desaparece. “El sujeto comunitario”, como tal, se diluye.

Antes de la existencia de estas redes sociales y medios todo era lejano. Solo se respondía ante la información que llegaba a una comunidad aludida o implicada por la noticia. Hoy cada ciudadano es un corpúsculo, una célula del “sujeto social” que responde a un impacto emocional con sentimiento, con empatía o con una conducta activa.

Se produce una resonancia sentimental que se multiplica o se potencia en la transmisión de esa misma información procedente de la red y que se vuelca nuevamente a la red. Tiene por tanto un carácter “invasor”, de ahí la palabra “viral”.

Si ya hemos sido contagiados previamente por la repetición de noticias similares, deja de existir la respuesta emocional: estamos “vacunados”. Establecemos defensas ante la movilización sentimental para mantener la rutina de la vida y la economía emocional.

La bruja de la capucha

Ante un acto execrable o terrorífico que conmociona a una población, es necesario conocer al causante o responsable del mismo. Si se oculta o se desconoce, la comunidad no descansa hasta que lo encuentra. La sociedad necesita descubrir al hacedor y conocer las motivaciones que le llevaron a ese hecho. Después lo etiqueta, para finalmente aplicar el castigo (linchamiento).

Es liberador considerar la locura como causa de sus actos, y así encontrar una explicación patológica en el origen de su comportamiento.

La sociedad queda así liberada de la angustia que le produce sus contradicciones internas. Queda a salvo de tomar conciencia de la incapacidad para controlar las fuerzas individualistas de sus componentes que ponen en riesgo constante la armonía social.

 

(Fotografía: Imagen publicada en Twitter. Carla Navarro)

 

doctor Zoilo Fernández psiquiatra centro de salud mental en Sevilla SAMU Wellness

“Preservamos y cultivamos en los pacientes la dignidad ante su vida”

Entrevistamos al doctor Zoilo Fernández, psiquiatra de la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness

El doctor Zoilo Fernández  (Trigueros, Huelva, 1945) colabora como psiquiatra en la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness desde su apertura en 2017. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, durante su extensa carrera destaca su paso como director del Hospital Psiquiátrico de Teruel y del Instituto Psicoanalítico de Zaragoza, además de su trabajo en la unidad de salud mental del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y como jefe de área de Rehabilitación en el Instituto Andaluz para la Reforma Psiquiátrica.

—Como director técnico y médico especialista en psiquiatría de la clínica de salud mental en Sevilla SAMU Wellness, ha participado en su diseño asistencial desde el principio. ¿Por qué se ha apostado por un tratamiento que integra a distintos profesionales?

—Hoy, el tratamiento de la enfermedad mental es global e integrador. No podemos abordar la curación de una persona enferma sin atender también sus circunstancias vitales, su biografía, su interrelación social y, por supuesto, su biología. Esto requiere a múltiples profesionales, cada uno especializado en un campo de la terapéutica, para así abordar la alteración biopsicosocial del paciente.

—¿Cuál es el perfil de los pacientes que atiende en SAMU Wellness?

—El perfil es muy variado. Desde trastornos leves neuróticos y todo tipo de alteraciones de la conducta hasta enfermedades mentales más significadas como la depresión, el trastorno bipolar o las psicosis. Pretendemos dar una atención integral con las terapias más actuales y luchar contra la idea de la estigmatización de los trastornos mentales.

— ¿Qué es lo que diferencia a la clínica de salud mental de Sevilla SAMU Wellness del resto de clínicas y hospitales psiquiátricos?

—La diferencia es notoria. Nosotros trabajamos bajo el concepto de comunidad terapéutica. Todos los elementos personales, materiales, normativos y estructurales del centro que rodean al paciente son concebidos como agentes terapéuticos e intervienen en el desarrollo psicológico del paciente. SAMU Wellness no es un hotel psiquiátrico ni una residencia mental al uso basada en tratamientos individualizados. El propio centro es el principal instrumento terapéutico para el paciente.

—¿Cómo se trabaja el problema de la estigmatización?

—Lo que prima en nuestro centro es preservar y cultivar en el paciente la dignidad ante su vida y su intimidad y el respeto a su libertad personal. Es el primer paso para que el paciente se perciba como persona y conciba su trastorno como otra enfermedad más. Y éste es el mensaje que hay que transmitirle a las familias, amigos y a la sociedad en general cuando el paciente sale del centro. Desgraciadamente no podemos borrar esa percepción negativa y ese miedo anclado históricamente en la sociedad.

—Usted trabajó durante 15 años en un hospital psiquiátrico tradicional, ¿qué aprendió de esa etapa?

—Aludiendo a una frase de la película Blade Runner, ‘he visto cosas que vosotros no creeríais’. Durante este tiempo me di cuenta de que los manicomios no podían seguir existiendo, que el tratamiento de las enfermedades mentales no era encerrar a los pacientes excluyéndolos de la sociedad, ni quitarles la dignidad como persona porque tuviesen sus facultades mentales alteradas. Luego, me formé como psicoanalista y me incorporé al Instituto Andaluz de la Salud Mental, donde me encargué del desmantelamiento de los hospitales psiquiátricos en Andalucía y de la planificación de la Rehabilitación en Salud Mental para los pacientes crónicos.

—¿Por qué existe ese miedo y rechazo de la sociedad a los hospitales psiquiátricos tradicionales?

—Porque allí se excluía a las personas de la sociedad, les anulaban sus derechos fundamentales y se les privaba de libertad sin fecha, lo que provocaba en el paciente nuevas enfermedades añadidas: la institucionalización, la cronificación y el deterioro personal y social. La sociedad era conocedora de todo ello pero negaba la evidencia. Rechazaba su propia acción condenándola a la marginación y al alejamiento de la comunidad.

—Cambiando de tema, ¿cree que los hábitos y el ritmo vida actual afectan a la salud mental de las personas?

—Todas las generaciones atribuyen a los nuevos cambios sociales una repercusión en la salud mental. El hombre tiene una enorme capacidad de adaptación para asumir cualquier cambio social y continuar en su evolución de maduración y crecimiento. Hace una generación, con el incremento de los divorcios, los hijos únicos, los hijos monoparentales, el fomento del juego o los tóxicos, los especialistas estábamos convencidos de su repercusión negativa, y no es así. Cuando la generación de hoy se enfrente a la de mañana dirán lo mismo: ‘Como viven no es bueno para su salud mental’.

—Pero hay un incremento de las depresiones y la demanda de ayuda psicológica.

—Sí, y también hay un incremento de la oferta de las técnicas especializadas en bienestar personal. La soledad, la frustración, la tristeza o la angustia existencial están presentes en el lenguaje cotidiano. La sociedad encuentra no sólo nuevas formas de expresiones ante los sentimientos de siempre, también las ayudas que se solicitan se adaptan a esos posibles nuevos remedios que se ofrecen y ambos se retroalimentan. Hoy es más fácil pedir ayuda médica y que te prescriban fármacos que apoyo espiritual o consejo.

—¿Y las nuevas tecnologías? ¿Cómo afectan a los más jóvenes?

—Un cerebro, una personalidad, un ser social en crecimiento requieren que los estímulos para su desarrollo no estén monopolizados en una sola dirección. Pero el cerebro está preparado para recibir y adaptarse al mundo que le espera. En ese punto está la clave del proceso de maduración.

— El suicidio es un tema tabú, sin embargo, el pasado año fue la primera causa de muerte no natural en España. ¿Cree que los medios de comunicación deben seguir ocultando esta realidad?

— El suicidio siempre ha sido la primera causa de mortalidad infantil y juvenil no natural, por delante, incluso, de los accidentes de tráfico. Está comprobado que ciertas conductas fuera de lo común provocan un efecto contagio. Esto no ocurre sólo en el caso de los suicidios, también en actos violentos. Es como si la publicación en los medios de estos actos abriera los cerrojos de la contención social ante actos prohibidos o rechazables social e internamente. Al difundirse la noticia, es como si este acto dejase de ser tan horrendo y tuviese una explicación.

¿Cómo se puede prevenir?

—Detrás del suicidio siempre existe una enfermedad mental o un sufrimiento insoportable. Estos son los dos signos de alarma y en los que hay que trabajar para una prevención adecuada del suicidio. El segundo nivel de actuación en la prevención sería ante una manifestación, directa o de soslayo, de esta intencionalidad. Ante esta situación, hay que actuar abiertamente y de manera explícita para evitar que la persona llegue al suicidio. Y, por último, si somos testigo de un intento frustrado de suicidio, en este caso sólo cabe la intervención de un profesional especializado en colaboración con la familia.